Viajo mucho y tengo claro cuándo merece la pena usar el roaming y cuándo una eSIM en mi móvil

¿Qué es mejor para viajar: tirar de la itinerancia de datos o comprar una eSIM? Esta es mi experiencia

Viajar forma parte de mi trabajo, en tanto en cuanto me toca cubrir algunos eventos y acudir a la llamada de ciertas marcas para que me enseñen de primera mano sus innovaciones. Por otro lado, como me gusta viajar y teletrabajo,  cuando no tengo viajes profesionales también aprovecho para hacer escapaditas de todo tipo. Sea como sea, soy una viajera frecuente y si hay algo imprescindible en mi equipaje, eso es el móvil.

Por supuesto que a estas alturas, llevar un smartphone es esencial para cualquiera, ya sea simple y llanamente para comunicarse con tu gente y avisar ante cualquier incidente como para orientarte con Google Maps, tener a mano documentos como reservas o tickets cosas más mundanas como hacer fotos. En mi caso además, me sirve para trabajar. Así que me resulta imprescindible tener voz y datos en mi móvil esté donde esté.

Cuando viajas dentro del estado no hay problema, pero cuando mi destino supone cruzar esas fronteras, se presenta ante mí la pregunta del millón para tener datos allí: ¿usar roaming o comprar una eSIM? Cada una tiene sus ventajas e inconvenientes, por lo que la respuesta no siempre es la misma, ya que dependerá de factores como lo que vas a hacer allí, cuánto tiempo viajas y sobre todo, el destino.

Lo más importante del roaming y cuándo es la mejor opción

El roaming o itinerancia de datos supone la conexión a una red de datos móviles fuera de las fronteras donde aplica el suministro del servicio de nuestra operadora. Es decir, perdemos los datos de cobertura nuestra teleco y nos conectamos a la infraestructura de otra, con sus condiciones. En mi caso, en el estado español.

Vivo en Pamplona y en verano voy con frecuencia a la playa de Hendaia.  En cuanto rondo la frontera administrativa, mi móvil cambia de Vodafone España a otras operadoras que actúan en el país galo y en ese momento recibo el aviso pertinente.

Ojo, que la empresa puede ser la misma, pero al cambiar de estado cambian condiciones, tarifa e identificador. Eso sí, siempre y cuando tengamos la itinerancia de datos activada.

Usar el roaming tiene ventajas a tener en cuenta, como lo fácil que es activarlo para poderlo usar desde ya, sin tener que comprar nada o modificar más que un ajuste en la configuración de datos del teléfono. Asimismo, tampoco cambiaremos de número de teléfono, por lo que más o menos todo se siente y funciona como siempre. Eso sí, al cambiar de operador puede que las condiciones de navegación (datos y cobertura) no sean tan buenos como el original, pero el gran problema suele ser el coste.

He mencionado antes un primer ejemplo: al menos una vez a la semana voy a la playa de dicha ciudad de Nueva Aquitania y en ese escenario lo resuelvo simplemente activando el roaming.  ¿Por qué esta decisión? El principal motivo está en los acuerdos (o no acuerdos) entre la teleco que me suministra los servicios y las que operan en el país de destino.

Las operadoras tienen diferentes acuerdos de roaming y esto es clave. Volviendo a Vodafone, mi operadora, tiene cuatro niveles de roaming, cada una con unas tarifas diferentes. Si voy a un país con nivel roaming 1 se aplican las mismas condiciones que en el estado español, por lo que el roaming es la mejor opción.

Si el país de destino pertenece al roaming 2, 3 y 4, aquí la cosa cambia. Si el viaje es extremadamente corto, no voy a necesitar demasiado internet y voy a tener Wi-Fi en mi alojamiento, puede que echando cuentas salga mejor tirar del roaming, pero ya te adelanto algo: los móviles se conectan muchísimo a las redes para comprobar cualquier cosa (desde el WhatsApp a los emails) a lo largo del día, por lo que es fácil llevarse una sorpresa incluso aunque solo hayamos viajado un par de días.

Resumiendo: salvo que el país de destino esté en la zona 1, me suele rentar más tirar de una eSIM para total tranquilidad. Así que lo que suelo hacer antes de viajar es comprobarlo en la web o la app de mi operadora y a partir de aquí, tomar una decisión.

Lo más importante de las eSIM y cuándo es la mejor opción

Vaya por delante una obviedad: mis teléfonos personales y de trabajo son un iPhone 15 Pro y un Google Pixel 8a y ambos son compatibles con las eSIM, de lo contrario no me plantearía esta cuestión y sí la de usar una SIM del país de destino, a la vieja usanza. Así que lo primero que necesitas para funcionar con una eSIM es que tu teléfono las admita. Eso obviamente puede ser un hándicap si no tienes un móvil que cumpla esta condición.

Una eSIM es la evolución de las SIM, pasando a estar integrada en el teléfono. Es decir, que no hace falta un pincho para abrir la bandeja para cambiar una SIM por otra ni tener que adquirirla físicamente para hacer uso de ella. Aquí ya se vislumbra la primera ventaja frente a las SIM: puedes tener la tuya en cualquier momento o lugar, sin tener que esperar a que te llegue o simplemente a que esté la tienda abierta.

Así, cambiar de una SIM o de una eSIM a otra supone simplemente ir a los ajustes, elegir una opción y seguir las instrucciones para tenerla operativa en menos de un minuto. Por lo demás, funciona igual que una SIM física.

Volviendo al tema de los viajes, cuando me toca un viaje fuera de la zona del roaming 1 de mi teleco habitual, lo que hago es adquirir una eSIM internacional de empresas como Holafly, Airalo, etc. Basta con ir a su web, buscar si operan en el destino y ver el precio en función de los días.

Las ventajas frente al roaming fuera de esa tarifa 1 es que ahorrarás dinero (salvo que tu viaje sea cortísimo y apenas uses los datos porque los tienes desactivados para evitar sustos) y flexibilidad, ya que te permite adquirir servicios que se ajusten a tus necesidades. Pero en mi caso lo esencial es la tranquilidad y comodidad de tener un precio cerrado y una tarifa a conveniencia.

Otra desventaja a considerar es que para activar la eSIM hace falta tener internet, por lo que es importante tenerlo en cuenta y dejar todo listo antes de emprender el viaje.

Concluyendo, si el país en cuestión no pertenece a la zona 1 del roaming, tiro de las eSIM. En mi caso nunca me ha pasado que tirando del roaming en un país de la zona 1 la conexión sea insoportable, pero si fuera así, valoraría la opción de las eSIM para aquellos viajes donde necesitase una conexión estable, continua y de calidad, por ejemplo en un viaje profesional. Si además el viaje es de unos cuantos días, con más razón si cabe.

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Vía | El mostrador

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