Sam Altman ha durado dos días en Microsoft: una de las mentes tras ChatGPT regresa a OpenAI

  • Marcha atrás y aquí no ha pasado nada: OpenAI vuelve a fichar a Sam Altman como CEO

  • Es algo con lo que Microsoft está conforme, y tiene todo el sentido

Estamos viviendo dos culebrones en el mundo tecnológico. Por un lado, el juicio entre Google y Epic que está dejando al descubierto asuntos como el acuerdo secreto con Spotify, el dineral que Google se gasta en marcas como Samsung o lo que paga a Apple para que su buscador sea el predeterminado en Safari.

Por otro lado, los vaivenes de Sam Altman, uno de los fundadores de OpenAI (empresa que está detrás de ChatGPT o Dall-E). El resumen es que hace cinco días fue despedido fulminantemente en un movimiento, pocas veces en una empresa de este nivel, Microsoft salió al rescate para darle los recursos que quisiera y, ahora, vuelve a OpenAI con más poder que antes. Vamos por partes porque tiene miga.

El culebrón de OpenAI

Lo primero es lo primero: el pasado 17 de noviembre, Altman no se fue de OpenAI, fue despedido de la empresa que ayudó a fundar. Tras una reunión de urgencia, la junta directiva tomó la decisión de cesar al que, hasta entonces, estaba ejerciendo el papel de director ejecutivo de OpenAI debido a que, según la junta, había dejado de ser sincero en sus comunicaciones con la propia junta.

Se inició un proceso de búsqueda de un nuevo director ejecutivo, un papel que recayó en Emmett Shear, cofundador y CEO de Twitch. Iba a ser el nuevo CEO interino y el propio Shear ratificó su confianza en la junta y en lo que podía lograr al frente de OpenAI.

Todo el caso ha sido rocambolesco porque otro de los nombres importantes ha sido el de Greg Brockman, cofundador de OpenAI y miembro del consejo que no asistió a la reunión en la que el propio consejo, a través de Google Meet, comunicó a Altman la decisión de despido. De hecho, el consejo mandó una invitación. Brockman en plena reunión para comunicarle su expulsión del mismo, pero que seguirá siendo presidente.

Todo se desarrolla a una velocidad de vértigo que nuestros compañeros de Xataka detallan a la perfección, pero el resumen es que Altman fue despedido, OpenAI comunicó a Microsoft su decisión debido a los numerosos proyectos en común y a que es uno de los pilares tecnológicos de la empresa. Mientras, Brockman, debido a todo el caso, decide dimitir con un comunicado en el que lamentaba la forma de actuar del consejo.

Microsoft entra en escena

Cuando OpenAI era una startup, Microsoft invirtió 1.000 millones de dólares para que Azure fuera el proveedor exclusivo de servicios en la nube de la empresa. Fue un movimiento inteligente viendo todo lo que ha ocurrido después, pero también una relación simbiótica.

Microsoft tenía los recursos tanto económicos como de músculo gracias a Azure y OpenAI tenía la idea y la tecnología. Ambos salían ganando y esa estrecha colaboración nos ha permitido tener ChatGPT en Bing, un generador de imágenes de Microsoft con tecnología de Dall-E 3 y, además, están trabajando juntos el próximo gran paso de Microsoft.

Al poco de conocerse el despido de Altman, Satya Nadella, CEO de Microsoft, comunicó en Twitter que tanto Altman como Brockman, junto a otros miembros de OpenAI, se iban a unir a Microsoft para liderar un nuevo departamento de investigación de IA.

Les brindó todos los recursos que necesitaran para lograr sus metas y, además, comunicó que seguían muy enfocados en los acuerdos con OpenAI, con entusiasmo por conocer a Emmett Shear como nuevo líder de la empresa.

Debido a ese fichaje por parte de Microsoft, y al descontento de muchos miembros de OpenAI por el trato a Altman, la empresa de inteligencia artificial se declaró en rebeldía. Muchos empleados empezaron a amenazar a OpenAI: si Altman no vuelve, nos vamos a Microsoft. Y, al final... parece que ganaron.

OpenAI rebajando la tensión y la vuelta a casa de Altman y Brockman

Por su parte, Microsoft también estaba presionando a OpenAI. Ya hemos contado que el gigante tiene mucho interés en que OpenAI sea un buen espacio de trabajo debido a los acuerdos y proyectos en común y una forma de presionar fue la de Kevin Scott, CTO de Microsoft. En un mensaje en X, comunicó que cualquier empleado de OpenAI tendría un puesto en Microsoft con el mismo salario.

Al final, los que vuelven a OpenAI son tanto Brockman como Altman. En un mensaje en X, la empresa confirma que han llegado a un acuerdo para que Sam Altman regrese como director ejecutivo con una nueva junta formada por Bret Taylor (presidente), Larry Summers y Adam D'Angelo.

El protagonista de toda esta historia también ha publicado un mensaje en X en el que expresa su amor por OpenAI y que, en su decisión de unirse a Microsoft, buscaba lo mejor para él y su equipo. Y algo curioso es que agradece el poder volver a OpenAI tanto a la nueva junta directiva... como a Satya Nadella.

Y es que, podríamos pensar que Nadella estaría enfadado con el movimiento, pero como decíamos, a Microsoft le interesa que haya una buena relación con una OpenAI fuerte. El mandamás de Microsoft también ha querido pronunciarse en X con un mensaje interesante:

"Nos entusiasman los cambios en la junta de OpenAI. Creemos que es un primer paso esencial hacia un gobierno más estable, más informado y más eficaz. Sam, Greg y yo acordamos que tienen un papel clave que desempeñar en el equipo directivo de OpenAI para garantizar que la empresa continúe creciendo y desarrollando sus objetivos".

Ahora sólo queda ver cómo se desarrollan los acontecimientos, pero parece que, en esta historia, gana Altman, gana Brockman, ganan los empleados de OpenAI y gana... Microsoft.

Y, además de ver cómo se resuelve todo, queda esclarecer los motivos del despido de Altman. Hay muchos rumores e insinuaciones, pero se va a realizar una investigación interna y veremos si publican algo al respecto.

Imagen de portada: TechCrunch (Flickr)

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