Cada vez nos cuesta menos esfuerzo comprar desde el móvil, en parte por lo fácil que nos lo van poniendo tanto las tiendas como los servicios de compraventa como eBay o Wallapop. Pero esto aún puede explotarse mucho más, y las redes sociales son un terreno perfecto para desarrollar nuevas vías de comercio aprovechando su afluencia. Algo así debió pensar Alexis Maybank al plantear Project September.
Se trata de una app que permite hacer compra-venta usando las fotografías de Instagram, de modo que el usuario se ahorraría el tener que buscar por sí mismo la(s) prenda(s) o productos en general que le resultasen interesantes por su cuenta en el navegador web o con otra app. De este modo, Instagram sería en la práctica tanto escaparate como tienda, como explica su creadora en Re/Code.
Tap y al carrito: todo muy bonito, pero mejorable
Explica Maybank, que es CEO del Grupo Gilt (dedicado al comercio online), que lo que buscan es dar un giro al social commerce. Según la co-fundadora mucha gente está al día de la moda y descubre prendas que le gustan en apps como Instagram, cuyo propósito inicial no es éste aunque ya vimos que con los años ha ido adquiriendo este papel. No obstante, pese a este descubrimiento en la práctica no hay un método sencillo para llegar a la compra final de ese producto.
[La meta] Es unir el descubrimiento visual con el poder comprarlo.
El funcionamiento, por tanto, es bastante simple a priori. Las fotos se suben a la app desde Instagram o desde el carrete de modo que posteriormente se etiquetan partiendo de la base de datos que el propio Project September aporta (y están construyendo). Esto, de hecho, puede ser la primera pega: no es sencillo encontrar el producto, sobre todo si no es de una marca popular o no tenemos alguna referencia del modelo.
La interfaz es sencilla hasta el extremo, algo que según comenta Maybank tiene el propósito de "caer bien" a gente del mundo de la moda y lo creativo además de resultar atractivo para el usuario. No obstante, nos encontramos con un problema habitual cuando se recurre al minimalismo extremo: que la navegación poco intuitiva y en este caso, además, los elementos llegan a ser demasiado pequeños. El acceso al perfil y la pestaña de actividad, por ejemplo, son dos iconos milimétricos en la esquina inferior derecha.
Resulta complicado, por ejemplo, eliminar un producto una vez se ha subido, echándose en falta en este caso un swipe con un botón "Eliminar" o algún acceso similar. Tampoco hay una manera de salir de la búsqueda integrada de Google (a la hora de etiquetar un producto), carencias que junto a una ligera falta de estabilidad (hay que tener en cuenta que es un producto nuevo) dejan clara la necesidad de mejora tanto en el concepto como en el funcionamiento.
Así, en cada fotografía podemos colocar uno o varios puntos verdes que llevarán a la información del producto (no es necesario hacer una foto por ítem). De este modo, cuando el rol del usuario es el opuesto (es decir, el cliente) lo que hace es hacer tap sobre el punto verde que se encontrará sobre cada prenda, de manera que será llevado a la web de la tienda para completar la compra.
Y es ahí donde está una de las fuentes de ingreso del servicio, aunque no sólo para este, sino que los usuarios también se llevan un pedacito del pastel. Project September se lleva una comisión de las ventas, pero no toda acaba en sus arcas: ésta se comparte con el usuario que ha subido el producto a la app, llevándose éste dos tercios del total, eso sí, si la fotografía subida lleva a uno de los colaboradores (Bloomingdale’s, Saks, Fendi, Ferragamo y Nasty Gal entre otros).
Una novedad con precedentes
Project September cuenta con el respaldo de un grupo con experiencia empresarial y presencia en el mundo de la venta online de moda, y además teniendo inversores y acuerdos con fotógrafos de moda de renombre así como de directores creativos. Algo que esperan que sea un gancho para captar la atención tanto de los usuarios que busquen ser clientes o para aquellos que quieran crear escaparates, pero no es el primer proyecto de este tipo que surge. ¿Cómo les fue a sus precedentes?
Uno de ellos es Wanelo, una app de compras que combina los estilos de Tinder y Twitter o Instagram, pudiendo aceptar o rechazar como en la primera y seguir a los perfiles que nos interesen como en las otras. Según DMR, en junio de 2015 la app contaba con 11 millones de usuarios y unos 20 millones de productos, por lo que se plantea como un posible rival en cuanto al descubrimiento de prendas, si bien en este caso no cuenta con el colchón de Instagram.
Otro planteamiento muy similar es el que veíamos hace unas semanas aquí con 21 Buttons, una tienda-red social que anima a que también sea el usuario el que comparta aquello que se acaba de comprar, con la diferencia de que es éste el que pone los datos de la prenda y no existe una base de datos como sí ocurre en Project September. Además, en ambos casos el usuario creador del escaparate se lleva un pellizco con las ventas. Como dijimos, 21 Buttons es un proyecto relativamente nuevo y tendremos que esperar un poco para ver si logran crecer y popularizarse.
Nos gusta gastar, pero no es terreno fácil
El servicio se plantea como una manera más fácil y directa de comprar las prendas que nos gustan, pero teniendo en cuenta el funcionamiento nace ya con algo que puede estar en su contra: la pereza para los dos tipos de usuarios. Project September hace la compra algo más directa al ahorrar la búsqueda al usuario, pero éste ha de acabar finalmente el proceso en otra app o web, con el riesgo de que éste no finalice el proceso de compra. Algo que según su creadora está previsto que cambie en un futuro, pero que se parte con este modelo con afiliados para poder crecer más rápidamente.
Por otro lado está el hecho de que los propios usuarios son quienes hacen los escaparates, lo cual requiere tiempo y una mínima dedicación, y esto puede ser tanto reclamo como factor de rechazo. No obstante, en Project September confían en que el diseño y las herramientas animarán a que tanto profesionales de la fotografía y de la dirección creativa se dediquen a ello, así como la retribución económica (un incentivo que probablemente atraiga también a los no profesionales).
Pero el problema más importante con el que se toparía en su ascenso sería si la propia Instagram decidiese entrar en este mismo terreno, suponiendo la peor de las competencias. Sobre esto no hay nada confirmado, pero según afirman en Re/code la app estaría planteando llevar más allá la relación de patrocinios con ciertas marcas para considerar el tema de facilitar el acceso a los inventarios desde la misma.
De momento Project September se lanza hoy con una app gratuita sólo para iOS, sin información acerca de si se plantean ampliar a otras plataformas. Veremos si logran hacerse un hueco y llamar la atención tanto de usuarios como de comercios. Lo que queda claro es que a Instagram aún no se le ha sacado todo el jugo y que esta red que no para de crecer en millones de usuarios es un recurso muy suculento para transformar likes y autofotos "casuales" en bolsillos llenos.
Vía | Re/Code
En Xataka Móvil | 21 Buttons, la red social móvil que permite ganar dinero recomendando ropa y complementos
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