Aún recuerdo cuando se empezaba a ver a alguien, normalmente ejecutivos de empresa, hablando con el móvil por la calle. La gente se quedaba observando, con miradas despectivas, era algo de “yuppies” o de ricos. Es increíble como ha cambiado la sociedad tan rápidamente.
Si lees habitualmente estas páginas, vives en el futuro. Aquí puedes ver los próximos móviles que llegarán a las calles, las aplicaciones que ayudarán o entretendrán a miles de personas y los servicios que quizá con el tiempo acaben formando parte de tu vida.
Hoy voy a hablar del futuro, terminar de contaros un cambio fundamental que está a punto de suceder. El mundo se acaba en 2012. No se trata de ningún super meteorito ni de una oscura profecía maya, y me refiero, claro está, al mundo de la telefonía móvil.
En menos de dos décadas la telefonía móvil ha cambiado el planeta. Antes de su aparición se llamaba a un sitio, el teléfono sonaba en algún lugar, donde a veces podía estar o no estar una persona que nos contestase. Hoy día esto ya no es lo habitual, el móvil te enlaza directamente con otras personas.
Ya hemos hablado antes de lo inmensamente grande que es la industria de la telefonía móvil. La cifra estimada actualmente es que 4.000 millones de personas son usuarios de móvil, un 60 por ciento de la población mundial. Las previsiones apuntan a que en el año 2012, toda la población del planeta tendrá un móvil. Es el fin, el mundo se habrá acabado.
Además el móvil no sirve sólo para hablar. Desde un principio ha ido incorporando funciones de otros aparatos a los que ha ido, literalmente, absorbiendo. Este proceso se suele llamar “convergencia”, pero realmente es un exterminio en toda regla.
Antropología y aplicaciones
Los principales fabricantes de móviles suelen utilizar antropólogos para ayudar a definir sus productos y poder así venderlos en cualquier rincón del mundo. La información es muy útil. Por ejemplo, un antropólogo te puede decir que las tres cosas más comunes que cualquier persona del mundo coge antes de salir de casa son dinero, las llaves (de casa o del coche) y , efectivamente, su móvil. Las tres obedecen al mismo estimulo: se trata de seguridad y supervivencia. El dinero nos sirve para comer, las llaves protegen nuestro hogar o nos permiten el transporte, el móvil nos sirve en una situación de una emergencia.
De hecho el móvil es mucho más que una herramienta sólo para pedir ayuda, también sirve para trascender el tiempo y el espacio. Hablando en friki, es lo más parecido a la teleportación que existe. Al estar tan vinculado a un uso personal, podemos comunicarnos con otras personas sin importar la distancia ni el tiempo. Las palabras “ordenador personal” suenan ridículas al lado de lo que implica un móvil. Estas son las verdaderas claves que lo han convertido en algo tan esencial para personas de culturas muy distintas.
Móviles y ordenadores tienen muchos elementos en común, pero también muchas diferencias. Por ejemplo los móviles nunca tendrán una “killer application”, un programa tan útil que los compradores se decidan a adquirir un terminal sólo por este hecho. Por ejemplo, el iPhone tiene un buen navegador, sus usuarios lo utilizan mucho, pero aún siendo de lo mejor que ofrece el dispositivo, no creo que sea el elemento que decide a muchos a comprarlo. En Android o Symbian ya podemos ver widgets que muestran información de la red en la pantalla. Se obtiene lo mismo que con un navegador y sin siquiera abrirlo. En cierto modo, las widgets son mejores para un móvil que cualquier navegador. Aún así, tampoco esto es un argumento decisivo de compra. El propio móvil, todo el conjunto como herramienta de comunicación es en realidad la “killer app” que va a conseguir que todo el planeta tenga uno.
Hace años, los ordenadores eran maquinas capaces de todo. Hoy existe software para casi cualquier tarea e industria que podamos imaginar, se aplican en casi cualquier empresa. Sin embargo, aunque las maquinas puedan hacer de todo, los usuarios no. La realidad es que al usar el ordenador o el móvil básicamente nos centramos en una serie de tareas, más o menos amplia, que suelen ser habituales. Creo que en el futuro solo subsistirán las plataformas móviles que cuenten con software de terceros que pueda venderse e instalarse facilmente, pero no es un elemento decisivo. Si lo fuese, Palm sería hoy en día el mayor fabricante de móviles.
El día después
Cuando toda la población tenga móvil las cosas tienen que cambiar necesariamente. Los fabricantes no pueden seguir invirtiendo cantidades millonarias en desarrollar nuevos modelos. Las operadoras no pueden seguir subvencionando terminales que solo pueden vender a clientes que acuden a reemplazar su teléfono. Lo que conocemos como terminales de gama baja, van a contar cada vez con más prestaciones, básicamente solo habrá smartphones.
Con un desarrollo más lento, los móviles de distintos fabricantes compartirán muchas características. La diferenciación tendrá que llegar de la mano del software, los servicios o alguna característica concreta de su hardware. Igual que ahora compramos un PC para jugar o un Mac para editar vídeo, en unos años tendremos móviles más especializados: para tomar fotos o vídeo, para navegar y usar Internet o, simplemente, para jugar. Puede que sigamos viendo gamas muy amplias, con formas distintas y prestaciones variadas, pero los fabricantes que las ofrezcan habrán encontrado una forma de reducir notablemente sus costes de desarrollo y marketing.
El sistema operativo, la interfaz de usuario y las aplicaciones de terceros van a ser un elemento clave del futuro. Creo que al igual que ocurre ya en los ordenadores, los sistemas operativos estarán bastante igualados exteriormente, siendo los detalles internos o ciertas prestaciones los que harán que nos decidamos por uno o por otro. El mercado se repartirá entre 3 o 4 plataformas móviles, y los programadores y empresas que quieran realmente triunfar tendrán que dirigir sus creaciones a todas ellas siguiendo una estrategia a largo plazo. Las herramientas que hagan posible publicar y vender en cualquier móvil serán las que se utilicen, muy posiblemente usando los lenguajes que están construyendo Internet. El desarrollo de las redes de alta velocidad permitirá nuevas aplicaciones (realidad aumentada, vídeo streaming), o la adopción general de algunas que hasta ahora no han tenido demasiado éxito, como la vídeo conferencia o la mensajería instantánea.
En España, teóricamente, toda la población tiene móvil, tenemos un índice de penetración del 107%, es decir que por cada 100 personas hay 107 móviles. Aquí ya estamos viviendo un adelanto del futuro: los móviles estrella se lanzan en venta exclusiva por las operadoras, hay contratos de larga duración, y tarifas de voz, datos y música asociadas. Los usuarios a los que nos gusta estar a la última lo vamos a tener difícil, creo que estas tendencias se agudizarán en los próximos años.
Resumiendo el futuro
Las operadoras se están enfrentando ya a la cuarta generación de redes y la inversión que eso supone. Para poder rentabilizar todo ese coste tienen que seguir innovando en servicios que retengan al cliente y le convenzan de aumentar su gasto, el venerado ARPU. En nuestro país se pelean por unas 300.000 portabilidades al mes, una cifra lo bastante baja como para permitir el juego de los operadores virtuales. En unos años, creo que veremos como incluso esa cifra hace aumentar la intensidad de la batalla.
Después del 2012 los fabricantes de móviles van a entrar en una fase de crecimiento mucho más lenta. Además de la reducción de costes están obligados a diversificar sus vías de ingresos, lo que les lleva a los servicios y a enfrentarse a las operadoras. Con un mercado más pequeño, los cambios de orden en la top-list no sólo están asegurados, también serán más frecuentes.
Espero que los consumidores estaremos cada vez mejor informados. El ciclo habitual es sustituir el móvil que tenemos por uno mejor. Cuando en unos años pensemos en cambiar de dispositivo no sólo nos centraremos en el hardware. Será importante tener una verdadera visión de conjunto para optar por el modelo que mejor se adapta a nuestro estilo de vida, cual nos sirve para lo que solemos hacer, y que servicios nos ofrecen para ello su fabricante y la operadora. Megahertzios y gigabytes pueden ser todavía buenos argumentos de venta, pero en unos años buscaremos móviles más completos, mucho más personales.