Cuando usamos nuestro smartphone o, sobre todo, cuando miramos entre el gran abanico de opciones que existe actualmente, cada uno priorizamos unos aspectos. Puede que nos basemos en la experiencia de uso o puede que seamos algo más empíricos y nos fijemos en las especificaciones técnicas, como los núcleos del procesador o si lee a 64 bits. A este respecto, los fabricantes de procesadores mantienen cierta competición en nanómetros, eficiencia y potencia, y parece que en Qualcomm ya contemplan que los smartphones monten 8 GB en poco más de un año.
Lo último que sabemos oficialmente de la compañía estadounidense es acerca del Snapdragon 820, que presentaron a principios del pasado mes de noviembre y que si bien no veremos hasta las siguientes hornadas de terminales ya en 2016, era particularmente esperado dados los problemas de calentamiento de su antecesor, el Snapdragon 810, al menos en su primera versión. El 820 tiene cuatro núcleos y usa la tecnología FinFET de 14 nm de Samsung, con una CPU Kyro que promete ser el doble de eficiente y rápida que la del 810.
La batalla de los nanómetros: cuanto menos, mejor
En la eficiencia, el rendimiento y el consumo de los procesadores influye tanto la calidad de los componentes como a qué distancia se encuentran unos de otros, así como ciertas magnitudes físicas como la temperatura. Cuando para medir la velocidad a la que trabaja un procesador (lo que en realidad es la frecuencia) vamos haciendo mayor la unidad, en este caso de megahercios (MHz) a gigahercios (GHz).
Por el contrario, hablando de volumen y superficie, vemos que los terminales cada vez son más delgados (aunque también más altos) y aspectos como la batería pueden hacer que la placa aún tenga menos espacio disponible. Por ello en este caso, en cuanto a la distancia, hablamos de nanómetros, y cada vez de menos “por exigencias del guión”.
Algo que explicaron de manera excelente nuestros compañeros de Xataka, donde entendíamos que con la reducción de nanómetros ganamos velocidad, potencia por vatio y reducimos el consumo energético. Y hoy lo recordamos al especularse una nueva reducción de nanómetros. Lo que apuntan las fuentes que cita PhoneArena es que el Snapdragon 830 trabajará con la tecnología de Samsung de 10 nanómetros (cuatro menos con respecto al 820).
La batalla de la RAM: cuanto más, mejor
Lo que también apuntan las informaciones es que el Snapdragon soportará hasta 8 GB de memoria RAM en los dispositivos. Samsung anunció el pasado septiembre la producción de chips de 12 gigabits LPDDR4 DRAM, lo cual se podría traducir en que al menos sus próximos topes de gama montasen 6 GB de RAM (los últimos tienen 4 GB de RAM).
Si se confirma este rumor, el Snapdragon 830 avanzaría un paso más en esta carrera sin final aparente y permitiría a los smartphones que lo incorporasen funcionar con 8 GB de RAM (contando con que Samsung presente otra evolución de sus chips LPDDR4), esperando que ocurra ya en 2017. Un rumor que además ya habla de modelo, que sería el MSM8998.
Antes veremos si el próximo año vemos los smartphones de 6 GB de RAM, cosa que ya reabre el debate de si realmente es necesario avanzar a este ritmo teniendo en cuenta el trabajo en el software que puede aplicarse a este sentido. Es decir, mejorando el rendimiento de los móviles al optimizar éste de fábrica, sin que el usuario tenga que recurrir indagar en posibles soluciones y trucos. Y, sobre todo, veremos primero si en la práctica el 820 cumple lo prometido y Qualcomm se quita la espinita del 810.
Vía | PhoneArena
En Xataka Móvil | ¿Y qué hacemos con los 4 GB de RAM que traerá el Samsung Galaxy Note 5?
En Xataka | La importancia de los nanómetros en los procesadores
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