En HTC tenían un caballo ganador. El HTC One era sobre el papel todo un telefonazo, y las semanas previas a su lanzamiento se fueron filtrando datos que hicieron que muchos usuarios lo tuvieran como candidato para su próxima compra. Su diseño y su intrigante cámara con tecnología Ultrapixel eran prometedores.
Lamentablemente aquel lanzamiento, que HTC realizó casi un mes antes del de su gran competidor --el Samsung Galaxy S4-- acabó siendo un desastre por circunstancias que HTC debió haber tenido muy en cuenta. Aquello demostró que ser el primero no siempre es lo mejor.
La cámara maldita, o la maldita cámara
En HTC sabían que uno de los apartados fundamentales del éxito de un smartphone es su cámara de fotos, y sus ingenieros trataron de revolucionar el mercado con la tecnología Ultrapixel, cuyo pilar fundamental era que lo importante no es tanto la resolución del sensor como el tamaño de los píxeles del mismo.
Como explicaban en ese enlace anterior en Xataka, aunque el sensor tenía el mismo tamaño de sensor que, por ejemplo, el Nokia Lumia 920 (1/3 de pulgada), el HTC One solo ofrecía cuatro millones de píxeles en su superficie. La diferencia era que el tamaño de esos píxeles era de 2 µm, frente a los 1,4 µm de los píxeles de los sensores de 8 Mpíxeles o los 1,1 µm de los sensores de 13 Mpíxeles.
En teoría todo era muy bonito: un píxel de mayor tamaño permitiría recoger más luz y eso sería clave en condiciones de baja luminosidad. Las pruebas demostraban que, en efecto, la cámara del HTC One se comportaba de forma notable en ese tipo de escenarios, pero las capturas de 4 Mpíxeles (con fotos de 2.688 x 1.520 píxeles) eran cortas en condiciones de buena luminosidad. La comparativa de nuestros compañeros lo dejaba claro.
Aquella apuesta le salió rana por dos motivos: en primer lugar, porque las cámaras de sus rivales se comportaban mejor en condiciones de buena luz y en exteriores --donde se sacan más fotos habitualmente--, y segundo, porque aquella tecnología requería componentes que se retrasaron más de la cuenta.
De hecho, los ritmos de producción iniciales de varios de los componentes críticos de esas cámaras fueron muy bajos, y eso produjo que la hornada inicial de dispositivos disponibles fuera muy baja. Tanto, que HTC solo pudo comenzar a suministrar unidades a tres países a finales de marzo, y no fue hasta finales de abril de 2013 que estos dispositivos acabaron llegando a más mercados.
Un retraso fatal
Esos problemas con los componentes de su cámara y el consiguiente retraso para poner el terminal en las ventas fue decisivo para las ventas de un HTC One que probablemente hubieran sido mucho mayores de haberse solventado esos temas de forma transparente para los usuarios.
De hecho, para cuando el terminal por fin se puso a la venta, el daño ya estaba hecho. La espectacular campaña de marketing de Samsung hizo que el Samsung Galaxy S4 llegase con mucha fuerza a todos los mercados: a finales de abril llegaba a todo el mundo, y sus cifras de venta fueron espectaculares.
De hecho, mientras que en aproximadamente dos meses HTC vendió unos cinco millones de sus terminales estrella, Samsung lograría vender el doble en la mitad de tiempo.
Y eso, a pesar de las excelentes críticas que cosechó un HTC One que demostró ser uno de los mejores terminales de la primera mitad del año. Nuestros propios análisis lo confirmaban poniendo al One una décima por delante del S4. El músculo de Samsung hizo todo el trabajo en ventas, y HTC se vio claramente perjudicada por la falta de ese músculo que podría haber convertido a un terminal sobresaliente en un éxito (que lo fue, y así lo ven en HTC) mucho mayor.
Veremos si HTC ha aprendido esa difícil lección con el lanzamiento de su nuevo terminal de gama alta, del que nuevamente se esperan grandes cosas y que competirá de tú a tú con los mejores del mercado. Incluyendo, por supuesto, al Samsung Galaxy S5 que curiosamente esta vez se presentó antes, con una campaña de marketing más modesta y en el marco de un Mobile World Congress que lo contempló como un terminal claramente conservador.
En Xataka | Lo que esperamos del próximo HTC One
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