Sí, me pongo muy pesado con móviles japoneses que no podemos comprar, pero es que tienen su punto de interés por aquí, primero por ser un producto bastante llamativo, segundo, por adelantarnos cómo puede ser un próximo HTC One.
El nuevo HTC J Butterfly pertenece a una familia de teléfonos ideados para el país asiático, que normalmente cuentan con especificaciones superiores, o anticipan, lo que es un HTC One en el resto del planeta. El que nos encontramos en esta ocasión es algo así entre nuestro HTC One M9 y el M9+ que sale en China.
Del primero toma el chipset, el polémico Snapdragon 810 de Qualcomm - por eso pongo entre comillas lo de "mejor" -, o los 3GB de RAM. Del modelo chino, toma la pantalla de 5,2 pulgadas con resolución QHD, y la misma configuración de cámaras en la trasera: dual con 20 megapíxeles. Es llamativo ver que en el frontal hay una cámara de 13 megapíxeles, como en el Desire Eye.
De plástico, pero resistente
Lo que no comparte con sus primos es el gusto por el metal, ya que aquí nos encontramos con un colorido teléfono confeccionado en policarbonato. En el cambio ganan algo muy importante que únicamente Sony sigue manteniendo como un valor añadido, y eso es la resistencia a polvo y agua.
Terminando con las especificaciones, es bueno conocer que hay ranura para tarjetas microSD con las que ampliar esos 32GB, también hay espacio para una batería de 2.700mAh, y como no iba a ser de otra forma, la personalización Sense 7 está presente, sobre Android 5.0.
La verdad es que nos gusta la propuesta - en diseño me gusta más nuestro M9 -, por ser completa en especificaciones, y también por ser diferente en diseño, aportando resistencia. La mala noticia es que se queda en Japón, seguro que como una exclusiva de alguna operadora - KDDI - del lugar.
Más información | KDDI
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