Nadie se extrañará a estas alturas de unos malos datos económicos de HTC. Su menor ruido en el mercado de telefonía móvil tras años en los que fue uno de los fabricantes estrella, está provocando que mes tras mes sus ventas sigan bajando y lo que es peor, sin apariencia de que pueda remontar el vuelo a la espera de la presentación de su nuevo buque insignia, el HTC 10.
La marca taiwanesa nos deja ver todos los meses una foto de cuál es su situación, con la publicación de sus ingresos, y los de febrero desde luego que no han sido nada buenos: 117 millones de euros, lo que supone un descenso del 55% frente al mismo mes del año pasado o un 35% frente a enero, un mes malo habitualmente.
Tal y como se ve en el anterior gráfico, la senda de HTC no es nada buena. Solo octubre y noviembre le dieron un respiro al fabricante, que pinchó con creces en diciembre, el mes en el que se supone que más ventas de teléfonos móviles se producen. La estrategia de limitar los nuevos lanzamientos, la mayor novedad fue el One A9 en octubre, parece no estar funcionando.
HTC sigue teniendo terminales lejos de los más caros, pero también es cierto que por lo menos en España cada vez es más complicado encontrar sus terminales en las tiendas. Con este panorama parece que el HTC 10 será determinante en el devenir de la marca en el mundo de los smartphones, que por suerte parece estar dejando buenas impresiones en el mundo de la realidad virtual con sus HTC Vive.
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