Avanzan las semanas y ya casi hemos acabado el mes de marzo, y casi todos los fabricantes han puesto en circulación sus principales apuestas para conquistar el mercado en esta primera mitad del año. Aunque todavía faltan algunos por poner sus piezas sobre el tablero, y uno de ellos es LG con su "remodelado" G7, o eso es lo que pretendía su CEO cuando ordenó rediseñar el terminal y retrasar la fecha de su presentación.
La última incorporación fue la del nuevo trío de Huawei, con un P20 Pro al frente que promete dar mucha guerra en materia fotográfica. Así que llegados a este punto, ¿qué es lo que tendría que incorporar el LG G7 para conseguir destacar entre todos los titanes que ya hay en circulación? Parece que la respuesta está cara, vistas las apuestas de la competencia: fotografía, fotografía y fotografía.
La diferenciación se pone complicada
Las tendencias de diseño se imponen hasta que no queda un ápice de aire fresco que respirar. Todos copian a todos y eso hace que las diferencias entre marcas se vayan atenuando. Con la salvedad de las pantallas curvas e infinitas de Samsung, el resto del mercado parece una sucesión de ideas repetidas.
Pantallas 18:9, cuerpos de cristal, cámaras situadas siempre en los mismos lugares o con configuraciones muy similares. Ahora, para echar más sal a la herida, los famosos "cuernos" provocados por el 'notch'. Más anchas, más estrechas, las cejas amenazan con invadirlo todo y ya no encontraremos diferenciación ni tan siquiera en los frontales.
En cuanto a rendimiento, poco queda que rascar entre las gamas altas del mercado, sobre todo desde que se desató la batalla por el RAM y todas empezaron a crecer en el mismo sentido. Salvo que uno sea muy tiquismiquis, pocas diferencias de rendimiento bruto encontraremos entre las gamas altas. Ni tan siquiera el iPhone, con su poderosísimo Apple A11 Bionic, parece destacar demasiado en este punto. Pues superado cierto nivel de potencia y fluidez, la diferenciación debe llegar en otros aspectos.
Así que el que nos queda es el fotográfico, pues en el económico afecta más el paso del tiempo que el listón inicial que coloca cada fabricante. Los ojos del teléfono, la fotografía, que en las ligas principales rinde ya a tal nivel que resulta difícil equivocarse a la hora de elegir. Ahí es donde debe apuntar LG, a subirse al tren de los líderes en retratos.
Toca decir adiós al gran angular
Los coreanos se han mantenido bastante firmes en su implementación de la cámara dual. Una lente normal, otra con un gran angular, buscando una combinación entre fotografías clásicas y amplias panorámicas, desde la trasera hasta el frontal. La llegada del LG V10 original marcó algunos de los pasos a seguir, el LG G5 llevó la experiencia a la espalda y en LG no se han desviado ni un milímetro de este plan.
Pero el mercado parece empujar en otra dirección. Casi todos montan cámaras duales, pero los que se imponen son los zoom ópticos. Ya sean con dos aumentos, como la mayoría, o con tres aumentos como el recién llegado Huawei P20 Pro. Una de las lentes ha de ofrecer ese extra de aproximación al objeto, y todas las apuestas van hacia allí. LG debería ceder y subirse a este tren.
Incluso Huawei, como comentábamos antes, ha optado por una triple cámara para mantener su configuración de color y blanco y negro, pero añadir este zoom. Un zoom muy práctico no sólo para fotografías ampliadas sino para una lectura más completa de la profundidad, para ofrecer el modo Retrato que ahora ya parece indispensable, cuando no hace tanto que ni tan siquiera existía.
El mercado demanda primeros planos enfocados y ajustes de color para que cualquiera se sienta un fotógrafo profesional. Eso ya lo dan los móviles, y haría bien LG en copiar esta tendencia para su futuro LG G7. Tal vez con una tercera lente, tal vez reconstruyendo su sistema de cámaras dual. Pero toca equipararse a la competencia, a los que mejor lo están haciendo en este campo.
Ya tenemos casi asumido cómo será este futuro G7. Sin ser oficial podemos convenir en que será de cristal, en que tendrá pantalla 18:9 o 19:9, en que tendrá 'notch' y en que portará un Snapdragon 845 con un mínimo de 6GB de RAM. Ah, y en que tendrá software de inteligencia artificial acoplado al Android que correrá por sus venas.
Lo que aún puede cambiarse es el uso que LG da a su doble cámara. Hasta Xiaomi se ha rendido con su Mi Mix 2s. Hasta Sony tiene ahí un Pro pendiente de presentar. Se acabaron las cámaras sencillas para los finos marcos de los Mix, y tal vez sea hora de decir adiós al gran angular en las cámaras de LG. Pero cuando algo funciona, ha de copiarse. En fotografía ocurre exactamente igual.
En Xataka Móvil | P20 Pro: la bestia de Huawei
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