En mayor o menor medida, todos hemos pasado por tener problemas con el WiFi. Que la señal que llegue sea débil puede provocar conexión lenta o intermitente y otros fallos que no suceden en una conexión con cable. No al menos si la instalación es buena.
En vistas de las experiencias de personas que han cableado su casa, te contamos una serie de consejos que seguro que te vienen bien si estás a punto de iniciar tu propia instalación o meditas hacerlo. Consejos que van desde cómo encararlo psicológicamente, hasta pequeños detalles que por obvios que parezcan no se deberían pasar por alto.
Si no puedes con ello, lo mejor es pedir ayuda
Si te faltan conocimientos específicos o habilidades técnicas para llevar a cabo esta acción, no hay mejor consejo que el de pedir ayuda. No quiere decir que no puedas ser partícipe de la instalación, aportar lo mucho o poco que sepas y aprender con ello. Pero es mejor no empecinarse si no se tienen los medios porque el resultado puede ser muy malo.
Un amigo con experiencia o conocimientos sobre ello te hará la experiencia más familiar, pero si no lo tienes siempre puedes recurrir a ayuda profesional. De esta forma además de que te aseguras de que quién haga la instalación tiene conocimientos, podrás tener una garantía adicional si resulta que luego hay problemas.
La paciencia debe ser tu herramienta principal
Ni martillos, ni alicates, ni destornilladores. Armarse de paciencia es la clave de todo el proceso. Y es que es una tarea tediosa y a veces desesperante. Se rompe un cable, no logras que haga conexión, tienes que rehacer algo... Son muchas las trabas que puedes llegar a encontrarte.
Sabemos que si estás planteándote hacer esto por primera vez no resulta muy alentador esto que decimos, pero es mejor ir preparado. Lograrás decir adiós a cualquier problema de conexión y tener una instalación envidiable, pero solo si conservas esa virtud de ser paciente. Y, nuevamente como decíamos anteriormente, pedir ayuda nunca está de más si lo necesitas.
Una herramienta para crimpar los cables
Que crimpar y crimpadora no estén en el diccionario de la RAE no son impedimento de que vayan a ser ahora términos familiares. El primero hace referencia a la acción que popularmente llamamos "empalmar los cables", mientras que la segunda es la herramienta que permite hacerlo.
Puede que pienses que para crimpar los cables con el RJ45 no necesitarás nada más que hacer presión sobre ellos con unos simples alicates. Pero nada más lejos de la realidad, ya que podría no ser tan sencillo ni efectivo, por lo que tener una crimpadora te lo hará más fácil. En Amazon puedes encontrarlas a buen precio (aunque ya avisamos de que tampoco se pueden considerar "económicas" precisamente).
Mucha miga a la hora de elegir el cable
El cable que elijas, su tipo, materiales y demás es absolutamente fundamental para garantizar que la instalación sea buena y duradera. Así, podemos dividir la elección del cable Ethernet en diferentes apartados.
Que sea un cable de Categoría 6
A día de hoy, no deberías escoger un cable que sea inferior a la Categoría 6, que es la más indicada para garantizar una conexión estable de hasta 10 Gbps. Aunque, eso sí, siempre y cuando la distancia total no supere los 50 metros.
Eso sí, volvemos a hacer hincapié aquí en crimpar correctamente los cables para que establezca buen contacto. Y es que en caso contrario se podría tener una velocidad de 100 Mbps incluso teniendo un cable de Categoría 6 y una tarifa de fibra que alcance esos 10 Gbps esperados.
Es importante aquí no tener en cuenta solamente la tarifa que tienes contratada actualmente. Tal vez en este momento, ya sea porque no hay infraestructura o porque así lo has decidido, tu velocidad sea, por ejemplo, de 300 Mbps. No deberías descartar que en el futuro pudieses cambiar a una tarifa de mayor velocidad, en cuyo caso haber escogido un cable de menor categoría estará limitando la velocidad, teniendo que rehacer la instalación al completo para paliarlo.
Los cables rígidos no son la mejor opción
En base a la experiencia, podemos decir que optar por cables rígidos en entornos domésticos no es lo más aconsejable. Quizás sean interesantes en exteriores, pero no así en interiores debido a que no están pensados para doblarse.
Durante la instalación tendrás que hacer ciertos pliegues y un cable rígido puede sufrir. De igual modo, manipularlos es mucho más incómodo a la hora de conectarlos a routers u ordenadores si salen directamente de la pared.
Trenzados y con buen recubrimiento
Si bien los cables van a estar a cubierto, hay ciertos detalles sobre sus materiales que los dotan de mayor calidad. Véase el hecho de que estén trenzados para así estar más protegidos del ruido eléctrico, siendo esto clave para evitar interferencias (a partir de la Categoría 5e son así).
También es interesante que te asegures de que tenga apantallamiento electromagnético en los hilos de cobre del interior. Estos serán beneficios también de cara a tener una conexión más estable y alcanzar mayores velocidades de transmisión.
No temas en comprar más metros de cable
Es importante que tengas bien anotadas las medidas de las paredes y/o techos por donde vayas a tirar el cable. Así evitarás quedarte corto a la hora de elegir la longitud de cable que necesitas.
Sin embargo, el consejo en este punto es que trates de comprar más metros de los que a priori necesitas. Y es que durante la instalación puede que tengas que ir cortando de más por algún problema a la hora de crimparlos y quedarte sin cable es un problema. No consiste en volverse loco comprando 20 metros de más, pero trata de no escatimar e ir "a por lo justo".
Esconde y decora la instalación
Si bien esto ya es cuestión de gustos, lo cierto es que por norma general no suele quedar muy bien entrar a una casa y ver todos los cables recorriendo las paredes y/o los techos. Por eso lo mejor es ocultarlos lo máximo que se pueda, ya que hacerlos desaparecer por completo es imposible.
Si tienes un falso techo y no te supone mayor problema tirar por allí los cables, es la mejor idea en lo que a estética se refiere para que no tengan que estar pasando por la pared y queden a la vista. Aunque, eso sí, seguirá a la vista en la pared cuando caiga en cada estancia, por lo que deberás taparlo con una canaleta.
Precisamente las canaletas son la mejor forma en líneas generales de ocultar los cables, aunque si tenemos en cuenta que al final es también un elemento "artificial" que puede quedar poco estético, trata de que también vaya a juego con tu casa. Por poner un ejemplo, existen canaletas de madera (o que simulan su estética) y se pueden colocar encima de un rodapié similar sin que desentone.
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