Movimiento de calado en el sector de las telecomunicaciones español esta semana tras confirmar el propio CEO de MásMóvil, Meinrad Spenger, la OPA al Grupo MásMóvil realizada por un consorcio de capital privado formado por Providence Equity Partners, Cinven y KKR, valorada en 5.000 millones de euros, deuda incluida.
De llegar a buen puerto la OPA, una vez sea aceptada por parte del 50% de los accionistas y tenga el visto bueno de autoridades en Competencia como la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones, la CNMV, y la Comisión Europea; la adquisición se completaría en torno al próximo otoño.
Si bien, este movimiento no supondría ningún cambio en el número de grandes operadores que operan en España en el corto plazo, sobre todo tras desmentir Orange que se planteara lanzar una contraopa, quedan abiertas las puertas a otros cambios en el futuro.
Europa ahora es más permisiva con la concentración del mercado
La posición tradicional de la Comisión Europea de Jean Claude Juncker con respecto a las fusiones de los operadores de telecomunicaciones ha sido la de fomentar la aparición de cuartos operadores para garantizar una mayor competencia y que los consumidores no acabasen pagando precios inflados.
Desde España, el actual (aunque por poco tiempo más) presidente de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, José María Marín Quemada, se mostraba abiertamente alineado con Europa tras declarar que "Un solo operador lo identificamos con un monopolio; dos operadores, con un duopolio; tres operadores, con un oligopolio; y cuatro operadores, nos empieza a tranquilizar. Y de ahí en adelante…".
Pero el aumento de competencia, ligado a una guerra comercial sin precedentes en el sector y un recorte en los ingresos de los operadores que condicionan sus inversiones, unido a la necesidad de tener que competir con gigantes asiáticos y norteamericanos donde principalmente cuentan con dos grandes operadores de telecomunicaciones, parece estar cambiando la visión europea con respecto a la concentración del mercado.
A finales de 2018, la Comisión Europea aprobó una fusión en Holanda que dejaba tres grandes operadores, dando a entender que esa cifra no amenazaba la competencia. Algo similar ha ocurrido más recientemente en Reino Unido tras la fusión entre Virgin y O2 o la corrección por parte del Tribunal Supremo de la Unión Europea al veto que en 2016 impidió a Telefónica para vender su negocio a Hutchison Three.
El Grupo MásMóvil en España es el cuarto gran operador por detrás de Vodafone, Orange y Movistar, por lo que quedaría más abierta que nunca la posibilidad de su fusión, estando también en el punto de mira el quinto operador nacional, que recientemente ha entrado en juego bajo de marca Virgin telco, en manos del Grupo Euskaltel.
España inició la consolidación tras perder el 15% del mercado en manos de operadores más pequeños
Hay que remontarse a 2014 para conocer el inicio de la primera gran oleada de consolidación del mercado de las telecomunicaciones en España, cuando los tres grandes operadores se encontraban por primera vez por debajo del 85% de cuota de mercado. Primero con Vodafone comprando Ono, y poco después con Orange comprando Jazztel.
A finales de 2019, la cuota de mercado en los tres principales operadores en banda ancha fija volvía a encontrarse por debajo del 85%, llegando incluso al 80% en el terreno de la telefonía móvil, por lo que una nueva oleada de fusiones podría estar en ciernes.
En aquél momento, las fusiones estuvieron condicionadas a la cesión de parte de la infraestructura y del espectro móvil de los operadores comprados a otros actores, que garantizara la creación del cuarto gran operador en el que hoy se ha convertido el Grupo MásMóvil. Con cinco operadores en el tablero tras la irrupción de Euskaltel y OMVs de gran peso como Digi, la nueva oleada de concentraciones parece casi inevitable.
¿Qué hará MásMóvil en manos de sus nuevos dueños?
MásMóvil cuenta actualmente con grandes acuerdos para el acceso a la red de fibra y móvil de Orange, incluida la compartición de emplazamientos 5G. Por su parte, Euskaltel también logró un gran acuerdo con Orange para el acceso a sus redes de fibra y móvil en todo el territorio, por lo que los tres implicados podrían ser los más indicados para iniciar algún proceso de fusión en el futuro.
Desde Orange han negado de momento tener interés en MásMóvil, entre otros motivos porque debido a la crisis económica generada por el COVID-19, Orange va a rebajar el dividendo un 30% para proteger su balance ante la recesión. Por otro lado, tampoco parece un buen momento para compras por parte de Vodafone, que se encuentra inmerso en un proceso de reducción de deuda. Pero, ¿y si es al contrario?
Con los nuevos fondos de inversión que controlarán MásMóvil, el Grupo gana músculo financiero a pesar de contar con una deuda cercana a los 2.000 millones de euros. Parecería difícil que el pez pequeño se comiera al grande, pero no sería la primera vez y Meinrad Spenger ya tiene experiencia de cuando MásMóvil compró Yoigo.
En el caso de que MásMóvil se viera interesada en comprar Vodafone u Orange, también existiría el riesgo de que la deuda acabara por hacer no rentables este tipo de adquisiciones en el medio y largo plazo. Ejemplo similar, podría ser el de Telefónica, que tras su apuesta por latinoamérica, 30 años después se ha optado por centrarse en cuatro mercados clave. Además, desde Vodafone, Nick Read afirmó que España es estratégico para el grupo y no están interesados en su venta.
En cualquier caso, una operación que implicara a dos de los cuatro principales operadores españoles tendría que vérselas con las restricciones impuestas desde la CNMC, que limitan el máximo de espectro que puede acumular cada uno de los operadores entre otros condicionantes. No obstante, la decisión dependerá de la nueva dirección del organismo, que previsiblemente estará en manos de Cani Fernández.
Lo que parece innegable es que los nuevos dueños de MásMóvil intentarán sacar el máximo provecho más pronto que tarde, por lo que será necesario justificar un aumento de valor de la empresa si pretenden venderla, y si no es a través de compras que la hagan seguir creciendo rápidamente en número de clientes, el actual modelo basado en precios ajustados en equilibrio con un escrupuloso retorno de la inversión, podría no ser suficiente para seguir creciendo al mismo ritmo tras el fortalecimiento de las marcas low cost de sus competidores.
También estará por ver si la nueva MásMóvil apuesta por tener un mayor peso en la futura subasta de espectro en la banda de 700 Mhz y el aumento de su infraestructura móvil, que le haga depender menos de sus acuerdos con terceras telecos para tener mayor maniobra de actuación a la hora de crecer como lo ha hecho hasta ahora.
La aparición de una tarifa con datos móviles ilimitados en Yoigo no tan competitiva como podía esperarse, podría ser una muestra del escaso margen que le queda a MásMóvil para seguir llevando la iniciativa en precios bajos. Además, Orange tendrá la llave en el futuro para seguir permitiendo que le sea rentable facilitar el aumento de competencia en el mercado con este tipo de acuerdos, si el mayor perjudicado es la propia Orange, tal y como viene sucediendo en los últimos meses.
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