Que no todas las pantallas táctiles son iguales es algo que no se le escapa a casi nadie. Tampoco son nada nuevo. Basta con echar la vista atrás y recordar aquellas toscas y primitivas PDAs acompañadas del sempiterno “stylus” o puntero. Sin embargo, hace tan sólo tres años que Apple sacó a la luz el primero de sus iPhone y con él una percepción distinta de cómo debía ser una pantalla de estas características. No en vano, se espera que entre el 40% y el 50% de los productos con interfaz táctil incorporarán una pantalla capacitiva en 2011, según Young Fast Optoelectronics.
Con el paso de los años acudimos a un interminable desfile de terminales de diferentes fabricantes que han escogido un camino a seguir en el desarrollo o integración de estos componentes. La finesa Nokia es un fiel exponente del uso de pantallas táctiles resistivas que, aunque mucho más precisas, requieren de un presión “extra” en el punto de contacto que en ocasiones acaba con la paciencia del usuario ante lo errático de sus respuesta en algunos modelos.
La taiwanesa HTC acostumbra a alternar el uso de ambas tecnologías en función de la gama del modelo y plataforma a utilizar, destinando las pantallas resistivas a modelos mucho más económicos, tanto desde el punto de vista del fabricante como del usuario final.
Una distinción que incluso se puede encontrar dentro del campo de las propias pantallas capacitivas. Las denominadas “film-based” y las “glass-based” en las que, como su propio nombre indica, cambian los componentes sobre los que se sustenta la propia pantalla.
El primer tipo es el más común, debido en mayor medida al menor coste que tiene respecto a las del segundo tipo, y se pueden encontrar en un buen número de modelos de gama media. Las pantallas capacitivas de cristal, mucho más costosas, se encuentran actualmente en tan sólo un 20% del total de terminales, reservándose para modelos de alta gama como pueden ser los comercializados por Apple.
No obstante, todo está encaminado por parte de diversos fabricantes asiáticos para abaratar el coste de fabricación de este tipo de componentes, destinando las pantallas resistivas a modelos de gama básica y con unas dimensiones no superiores a las 2.8 pulgadas.
Vía | Digitimes.