En España las redes WiFi públicas estuvieron durante un tiempo rodeadas de cierta polémica. Fueron varios los ayuntamientos multados por la anterior CMT por no cumplir las condiciones para ofrecer conexión gratuita en las calles, hasta que las condiciones para ofrecer dicho servicio fueron aclaradas. Bastaba con establecer un límite de velocidad y orientar las antenas hacia la calle y no los edificios.
Pero además de ayuntamientos y otras entidades públicas los operadores siempre han visto al WiFi como un aliado, sobre todo para poder descargar de tráfico sus redes móviles. Pero ya tenemos tres ejemplos, anteriormente ONO y Telecable y ahora Euskaltel, de operadores que han levantado polémica a la hora de crear su red WiFi, al usar los routers de sus clientes para dar servicios a otros usuarios.
Los operadores tienen distintas maneras de poder construir una gran red WiFi. Por ejemplo pueden buscar una alianza con Fon, expertos en estas cosas pero sin acuerdos con ningún operador español, pueden crear su red con puntos instalados por ellos mismos, como es el caso de los cientos de puntos de Movistar, o pueden hacer una mezcla de puntos desplegados por ellos mismos y routers de clientes.
R, la pionera que lo hizo bien
El operador pionero en esto de usar los routers de sus clientes para crear una gran red WiFi fue R. La cablera gallega comenzó a construir su red a principios de 2012 con más de 300 puntos desplegados para tal efecto. Por entonces podían acceder a ella los clientes del operador que tuviesen una conexión de cable contratada, aunque el servicio estaba limitado a ciertas horas de consumo, según los productos contratados.
Ya en el verano R decidió hacer uso de los routers de los clientes. Para ello solicitó expresamente su permiso a sus clientes, ofreciendo a cambio la posibilidad de conectarse a los routers de otros clientes. Si el usuario se negaba no tendría derecho a acceder al servicio pero tampoco se le activaría la segunda red en su router. Se abría la veda a eso de crear redes con routers de clientes, pero pronto empezó la polémica, por las prácticas de otros operadores.
El caso ONO: routers con redes abiertas sin aviso
Tras los pioneros llegó ONO. Su red WiFi, hoy presente ya en varias ciudades, se encendió en Alicante allá por julio de 2012. Entonces la cablera aseguró que no usaría los routers de clientes particulares, aunque si solicitó el permiso a los usuarios profesionales antes de usar sus routers.
Pero las quejas empezaron a inundar distintos foros cuando por arte de magia el operador actualizó los routers de clientes de diversas ciudades, creando una nueva red WiFi, además de la privada, que en esa ocasión era abierta. Las quejas se centraron principalmente en que los usuarios de esos routers no recibieron previamente ninguna notificación, con el consecuente enfado de estos.
Las quejas se centraban en la amenaza para la seguridad de los usuarios afectados, pero también el hecho de que estaban dando un servicio, con su correspondiente gasto de luz, por el que no recibían nada a cambio. Finalmente ONO habilitó la posibilidad de dar de baja la red abierta de su área de clientes, aunque en ocasiones tocaba levantar el teléfono porque no funcionaba.
Telecable cae en la misma trampa
Otro caso más reciente de cablera regional que ha echado mano de los routers de sus clientes para tejer una red de redes WiFi es Telecable. Los asturianos han puesto sus propios puntos pero como los anteriores operadores también ha hecho uso de los routers de los clientes. Y al igual que en el caso de ONO ha habido polémica.
Desde Telecable también han hecho uso de los routers de sus clientes sin previo aviso, y lo que es más preocupante, son muchos los que han solicitado la baja de la segunda red de su router y todavía siguen esperando. Pero es que además de los inconvenientes que ya hemos mencionado en el caso de ONO, en el caso asturiano también hay otra queja distinta, la de revelar quien tiene contratado con ellos la conexión.
En su mapa de puntos WiFi podemos ver casas aisladas del centro de poblaciones, lo que deja claro que en esa casa tienen Telecable, mientras que en los centros urbanos no sabemos que vecino da la conexión, al poder ser cualquiera del edificio. No tiene porque ser un problema pero es que además, ¿qué utilidad puede tener un punto WiFi que puede que ni siquiera salga del terreno particular?
Euskaltel también mete la pata
Ya tenemos tres casos de cableras que han usado los routers de sus clientes para complementar los puntos desplegados por el operador a la hora de crear una gran red WiFi. Podríamos pensar que tras dos casos en los que hubo gran polémica, por el uso sin autorización previa de routers particulares, el siguiente operador no caería en la misma trampa, pero sí a medias.
El último caso ha sido el de Euskaltel. Desde cablera vasca presumen de contar con más de 128.000 puntos WiFi repartidos por toda la geografía euskaldun, claro está apoyándose en los routers de sus clientes. Pero de nuevo ha ocurrido lo mismo, cierto día los clientes de la cablera han visto como su router contaba con una segunda red WiFi con el nombre EuskaltelWiFi_Kalean.
¿Cómo ha dado cabida Euskaltel al uso de los routers de los clientes? Muy sencillo. El pasado mes de diciembre cambió parte de la letra pequeña de los contratos de sus clientes para legitimar dicho uso, una modificación de la que muchos clientes casi ni se enterarían. Así de fácil, el operador ahora puede excusarse en que "ya lo avisó" con suficiente anticipación.
Pero esperar, que en este caso además se puede dar una circunstancia cuanto menos curiosa. Un cliente con Banda Ancha fija de Euskaltel pero con el móvil en otro operador tiene que prestar su router para crear esa red abierta a otros clientes, pero no podrá hacer uso de ella porque solo los clientes con móvil de Euskaltel pueden acceder.
¿Tan difícil es hacer bien las cosas?
Cuatro ejemplos, tres en los que los operadores no han actuado de manera correcta. Algunos directamente ni avisaron a sus clientes de que usarían su router para sus propósitos, aunque acabe en beneficio para ellos mismos, y otros introducieron por la puerta trasera nuevas condiciones en los contratos de sus clientes para acoger esta posibilidad.
Pero si el primer operador que comenzó a tejer una gran red WiFi con los routers de sus clientes, ¿por qué los que han venido detrás lo han hecho mal? No tendría que ser tan difícil hacer las cosas bien, véase activar la segunda red únicamente cuando el cliente lo haya autorizado expresamente de manera anticipada.
No es casual que hayan sido las cableras las que han decidido apoyarse en los routers de sus clientes, sobre todo en el caso de los regionales, que cuentan con una gran cuota de mercado en Banda Ancha fija. Pero también deberían de tener en cuenta la utilidad real de hacer uso de los routers de sus clientes.
Con la potencia de la señal de los routers que la señal llegue a la calle es muchas veces una tarea complicada. Pero es que además si la red comienza a tener una densidad importante, concentrando puntos en una misma zona, también se puede saturar el espectro, provocando problemas de interferencias entre redes de distintos vecinos por usar el mismo canal.
Esperemos por tanto, que vista la experiencia de estos operadores, quien venga tras ellos haga mejor las cosas. Pero además, si quieren hacer uso de los routers de sus clientes para estos propósitos quizás deberían pensar en recompensar de alguna de otra manera a estos voluntarios. Ahí queda la idea.
En Xataka | La ardilla que recorre España de WiFi en WiFi
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