La imagen no podría ser más descriptiva. Palm está que arde y no es para menos. La inyección de capital de Elevation Partners, la marcha de Ed Colligan y la llegada de diferentes ejecutivos con trayectorias de éxito en Apple, entre ellos el propio Jon Rubisntein, no han evitado que la compañía de Sunnyvale que un día fue referente en el mercado de los dispositivos móviles haya tocado fondo y se encuentre a la caza de algún osado comprador.
Con ese objetivo trabajan las corporaciones Goldman Sachs y Qatalyst Partners que ya han puesto sobre la mesa varias empresas candidatas, entre las que se encuentran Lenovo Group Ltd., tal y como anunciamos días atrás, y hasta la propia compañía taiwanesa HTC. La estadounidense Dell también aparecía en un principio entre las firmes candidatas, aunque finalmente ha rehusado presentar una oferta propia.
Los representantes de las respectivas empresas involucradas han declinado realizar cualquier tipo de declaración por el momento. Si como ya comentamos con anterioridad, Lenovo estaría muy interesada en aprovechar la experiencia acumulada en años en el campo de los dispositivos móviles por parte de Palm, no sería muy descabellado imaginar un cambio de rumbo en la estrategia de HTC abandonando Windows Mobile / Phone y Android para centrarse en un sistema operativo propio, con la experiencia propia que también puede aportar.
Lo que queda sobradamente demostrado con esta operación de venta es algo que muchos seguidores de la compañía americana augurábamos desde hace unos cuantos años. Y es que Palm se quedó atrás en todos los sentidos y ni siquiera esa joya aún por pulir denominada webOS ha conseguido sacarla del agujero en el que ya se encontraba sumida.
Como dice la canción, “malos tiempos para la lírica”. Descanse en paz, Palm.