Los principales fabricantes de teléfonos móviles, Nokia, Samsung, LG, Motorola o Sony Ericsson, tienen unos ochocientos clientes. De estos, solamente unos doscientos son verdaderamente importantes. Son clientes con un poder enorme, son las operadoras de telefonía móvil.
Fabricar un teléfono móvil partiendo de cero, es decir sin evolucionar un modelo que ya exista, cuesta entre 100 y 200 millones de dólares. Se necesitan ingenieros, diseñadores, inversión en marketing, transportes, materiales y cientos de miles de pruebas antes de lanzarlo al mercado. Pese a todo el despliegue de medios, pese a todo el gasto que conlleva, si las operadoras deciden que no quieren un determinado modelo móvil, los fabricantes prefieren cancelar su producción.
La industria de la telefonía móvil genera para las operadoras a nivel mundial un volumen de negocio de unos 800.000 millones de dólares. El 51% de los beneficios por servicios móviles se reparten entre tan sólo 10 operadoras.
China Mobile es la operadora con mayor volumen de ingresos, un 7%, y es casi seguro que la cifra irá en aumento. En USA tenemos a Verizon, AT&T, T-Mobile y Sprint, mientras que en Japón aparecen NTT DoCoMo y KDDI. En Europa vemos que Vodafone y Movistar se quedan con un 6%, seguidas de cerca por Orange con un 5%. Es decir, en España operan 3 de las operadoras más importantes del mundo en cuanto a volumen de ingresos.
Si eres desarrollador, estas operadoras son tu objetivo básico. Comercializar tu aplicación o un nuevo servicio con las 10 grandes es un éxito seguro. El problema es que negociar con estos gigantes puede ser una tarea imposible, un proceso eterno de encontrar a la persona adecuada y conseguir la aprobación final. Esto está cambiando, pero por ahora, una vía más rápida puede venir de la mano de conseguir la colaboración de operadoras más pequeñas y esperar a que tu producto madure. El mero hecho de que estés trabajando con una operadora puede servir para abrirte las puertas de las más grandes.
Si eres un aficionado o un simple usuario de telefonía móvil, hasta ahora los fabricantes de móviles no sabían que existías, tu opinión era poco importante. Hasta no hace mucho tiempo, los fabricantes estaban a las ordenes de este selecto club de clientes que establecían que móviles, cuando y como se tenían que hacer. El punto de ruptura en esta tendencia se llama iPhone.
Apple creó su teléfono sin contar con las operadoras. Su éxito de ventas ha venido a corroborar lo que podemos llamar teléfonos “mesías” (en inglés “Jesus phones”, “compelling devices”), terminales con un gran empuje mediático y expectación en el mercado. Los HTC con Android o la Palm Pre son ejemplos de esta tendencia. Están diseñados con mayor o menor independencia, pero son las operadoras las que luchan por conseguirlos en exclusiva, como elemento diferenciador de la competencia. El fabricante puede por fin centrarse en lo que reclaman los usuarios, en lugar de atender las exigencias, más o menos acertadas, de las operadoras.
En cualquier caso, los principales fabricantes de móviles no pueden permitirse muchos lujos. Es posible crear unos pocos modelos de élite con independencia, pero aún necesitan ir de la mano de las operadoras para el resto de sus terminales. El potencial económico y de distribución hace posible que las operadoras se fabriquen sus propios móviles, algo que de hecho ya están haciendo algunas. No puede haber una ruptura total, al menos por ahora.
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En Xataka Móvil | La gran industria de la telefonía móvil
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