El MWC ha llegado a su fin y, después de pasar unos días viendo lo que tienen para ofrecer algunos de los más importantes fabricantes y desarrolladores, es necesario hacer un análisis para intentar tomarle el pulso a la industria.
Puede que lo más significativo de este año hayan sido las ausencias. Todos estamos acostumbrados a que Apple juegue a parte, pero que tanto Nokia como LG hayan decidido crear sus eventos paralelos y que Palm no haya concurrido puede ser un síntoma de que las cosas están cambiando –o puede que únicamente de la crisis, habrá que esperar a verlo-.
Pero lo más remarcable de todo ha sido la cantidad de Androides que hemos visto. Sin duda alguna este ha sido el año de Android. Incluso Google ha montado sus propias jornadas para desarrolladores.
Si en la pasada edición pudimos ver la llegada del HTC Dream e informar de la aparición del HTC Magic –dos teléfonos que dieron que hablar pero que dejaron espacio a otras plataformas-, este año casi cada fabricante tiene su Android. Parece que todos ellos peleen por tener su terminal con Android, personalizada o no.
Esto homogeniza el mercado. Casi todas las novedades son con Android, muchas de ellas personalizadas por el fabricante pero en el fondo lo que te encuentras es lo mismo: los mismos problemas y las mismas ventajas.
Me hubiera gustado ver innovaciones, algún sistema operativo sorprendente, algo rompedor, pero en cambio tenemos un buen puñado de móviles con características similares. Nada fuera de la media.
Entre las novedades encontramos algunas excepciones a la monotonía de Android: el Samsung Wave con Bada, el LG Mini, el HTC HD Mini, el Puma Phone… Propuestas muy concretas pero ninguna con potencial para acaparar el mercado, al menos de momento.
Bada llega en una terminal de características espectaculares pero lo que ofrece no deja de ser lo mismo que el iPhone OS y Android. Windows Phone 7 Series está bien y parece interesante, pero sinceramente llegan tarde. Windows debería haber sacado este SO el año pasado y, en vez de eso, Windows Phone 7 Series no pisará la calle hasta finales de año, dándole tiempo de sobras a sus contrincantes para que le pasen la mano por la cara.
En resumen: el iPhone parece haber ganado la carrera de los desarrolladores –y puede que también la del usuario medio- pero los fabricantes aman Android y quieren que todos nosotros tengamos un teléfono con este sistema operativo ¿Nos empacharemos de Android? ¿Se convertirá Android en el Windows de los móviles?