El declive de Windows Phone en 2015: precedentes, actualidad y la esperanza de un nuevo sistema

Hace unas horas hemos conocido los resultados financieros de Microsoft para el último trimestre del año 2015 (correspondiente a su segundo trimestre del año fiscal 2016). Unas cifras que no son precisamente un motivo de celebración, con caídas en los ingresos y en los beneficios en un 10% y 15% respectivamente, en parte, eso sí, por el efecto del dólar y la subida de precios fuera de los Estados Unidos.

Un balance que llega aproximadamente medio año después de que Microsoft hiciese público su cambio de estrategia y los puntos en los que se iban a centrar, quedando tres divisiones: Productivity and Business Processes (incluyendo Office y otros software relacionados con el ámbito laboral), Intelligent Cloud (Azure, Windows Server y Visual Studio) y More Personal Computing, donde se encuentra la división móvil. En esta última lo que hemos visto es un ascenso de las Surface en contraposición a un descenso de los smartphones.

Aunque hace unos meses del lanzamiento de las últimas iteraciones de los teléfonos móviles de la marca, es aún pronto para evaluar su efecto en cuanto a ventas. Sobre todo teniendo en cuenta que llegaron más tarde a según qué mercados y que, como ocurre en otros casos, las ventas suelen subir obviamente cuando el precio se ajusta un poco más. No obstante, no es un descenso nuevo ni mucho menos: la mala racha de esta división ya se cuenta por años.

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Cuando llegas a coger el tren, pero lo coges tarde

Windows Phone como tal nace en 2010, recogiendo el testigo de Windows Mobile y desmarcándose del ámbito laboral que en el que éste se había centrado para acercarse al de consumo y abarcar, por tanto, más público potencial. Con Windows Phone 7 el software pasa por el tamiz de la simplificación y tanto diseño como características pasan a un plano más liviano, sencillo y adaptado a la interacción táctil: llega la interfaz Metro, que pasaría a ser la base y seña de identidad del sistema, con sus tiles para las apps.

Llegar tarde no significa precisamente ser inferior, pero el factor novedad, pese a resultar atractivo, tiene siempre un lado negativo: no contar con la fidelidad previa

Un cambio innovador y relativamente necesario, pero que llega cuando sus competidores llevan ya bastante terreno recorrido, estando Android en a punto de lanzar Gingerbread (versión 2.3.0) y iOS en su versión 4. Llegar tarde no significa precisamente ser inferior, pero el factor novedad, pese a resultar atractivo, tiene siempre un lado negativo: el que los que para ti son clientes potenciales para los demás sean usuarios fieles o acostumbrados.

Windows Phone nace pues en lo que es ya un ring con dos titanes que se reparten la cuota de mercado dejando poco al resto, siendo Windows Phone uno de éstos. Ya vimos de una manera muy gráfica cómo aparece en el panorama del mercado móvil y, pese a crecer con respecto a otros que desaparecían, como Bada o Symbian, no ha logrado ser un rival al que batir ni temer.

Cuando la tenacidad no es suficiente

Así, la propuesta de Microsoft logró hacerse su pequeño sitio alternando periodos positivos de tímido y repartido crecimiento con algunas bajadas. El año cumbre de los teléfonos con Windows Phone fue 2013, en el que veíamos como lograba escalar de manera destacable en Italia. Un año después seguía creciendo gradualmente en cuanto a cuota de mercado, si bien en el segundo trimestre del año registraba una bajada de hasta un 2,7% (con respecto a un 3,8% en el mismo periodo en 2013).

Lo que vimos ya a principios de este año, al poder hacer ya una estimación del balance del anterior, es que 2015 tampoco fue un año de celebración para la división móvil de Microsoft. España ha sido de hecho un reflejo de la situación de los terminales con Windows Phone, con un crecimiento escaso en la cuota de mercado al menos comparado con Alemania, uno de los pocos bastiones del sistema habiendo perdido a Italia y a su madre patria Estados Unidos.

La esperanza: Windows 10, el Windows para unirlos a todos y unos aires de renovación mucho más fuertes en lo que respecta al software para móviles cuya paulatina evolución era demasiado tímida y lenta con respecto a las otras plataformas. Algo que no sólo se debe al hecho de nacer posteriormente, sino por optar siempre por ser la alternativa distinta en cuanto a prestaciones e interfaz y a servicios. Y ser lo distinto puede puede ser tanto baza como motivo de descarte.

Así, el nuevo sistema representa un giro en torno a las características aprovechable desde el punto de vista del marketing, de modo que se atiende al menos a dos tipos de público potencial bien diferenciados: quienes buscan un sistema operativo mucho más vitaminado y aquellos que se exponen a los escaparates (y no al revés) en busca de un terminal que supla sus necesidades. ¿Será éste el recurso que haga a Microsoft recuperar el terreno perdido con respecto a años mejores?

Un 2015 poco halagüeño

Está claro que el sistema operativo tiene sus adeptos y que sus terminales encajan en varios perfiles. En julio veíamos como el acumulado de ventas desde 2010 ascendía a más de 100 millones de terminales con Windows Phone (contando con la marca Lumia y otras como HTC o BLU), y justo ayer sabíamos que el Nokia Lumia 520, un smartphone de 2013 sigue siendo el más usado de entre los terminales con el sistema. No obstante, como hemos visto no logra cambiar la tendencia y usurpar terreno a sus rivales.

Sin embargo, en este trimestre las ventas han sido un 53% inferiores al pasado trimestre, lo que representa un 49% menos de ventas si lo comparamos con lo alcanzado en el mismo periodo en 2014. Y esto viene de un balance anterior (del tercer trimestre) en el que los ingresos cayeron un 54% con respecto a lo obtenido el año previo. Así lo dibuja el gráfico de WMPowerUser que veíamos en el resumen del balance de Xataka, con un 2015 que hace una parábola de lo que era un intermitente ascenso.

El tercer trimestre se cerraba con unas ventas de 5,8 millones de terminales (3,5 millones menos que en el Q2 de 2014). Un periodo que se cerraba en octubre, con un nuevo sistema ya anunciado pero no en las manos de todos los usuarios. Esta vez los resultados llegan meses después de la presentación de sus nuevos terminales, los cuales se venden desde hace relativamente poco y son los que harán llegar a los primeros usuarios la versión definitiva del sistema, y de momento éstos no han sido un empuje en cuanto a las ventas.

El efecto de la renovación

¿Ayudará la llegada de Windows 10 a los teléfonos previos y la devaluación de los más nuevos en las ventas? De momento están confirmados los modelos Lumia 430 y 435, Lumia 532, Lumia 535 y 540, Lumia 635 (de 1 GB de RAM), Lumia 640 y XL, Lumia 735, Lumia 830 y Lumia 930. Vimos también en los datos de AdDuplex que, pese a estar sólo disponible en los últimos terminales, la adopción de Windows 10 ya es de casi del 10% (mayor que la de Windows Phone 8), por lo que según estos datos el nuevo sistema estará disponible para más del 30% de los usuarios actuales de un terminal de Microsoft junto a aquellos que puedan adquirir uno de los modelos mencionados, algunos habitualmente en las ofertas de las operadoras.

Así, lo importante tras tanta presentación y tanta novedad es si la experiencia de usuario es distinta, sobre todo en aquello que prometen haber mejorado y poniendo atención a las hasta ahora importantes bazas como el que un teléfono Microsoft sea en numerosos casos la opción para el usuario menos exigente o, por el contrario, el que busca una productividad superior o mire más allá del dispositivo único (al ecosistema). En esto los de Redmond sí han adelantado a Google y a Apple es en hacer llegar al usuario la opción de tener la misma plataforma en el resto de dispositivos con Continuum.

Lo importante tras tanta presentación y tanta novedad es si la experiencia de usuario es distinta con el nuevo sistema

El lo relativo al sistema hay al menos dos planos de análisis en cuanto al cambio: está lo concerniente a Microsoft y el desarrollo de su propio software, y por otro lado las apps de terceros, es decir, el inventario de la Tienda. Este segundo aspecto no depende de la compañía más allá del beneficio que reparta de los ingresos por descarga y la manera de disponer los productos (la interfaz y funcionamiento de la tienda), y además están los puentes que Microsoft planeó para hacer llegar productos de otras plataformas a la suya.

¿El Windows 10 que tuvo que ser Windows Phone 8.1?

Por su parte, Windows 10 es una de las evoluciones más notables en el historial del sistema desde que se adoptase la interfaz Metro, la más destacable probablemente desde Windows Phone 8.1 en la que entre otras cosas se añadió el muy esperado Action Center o cortina de notificaciones. Una de las novedades de hecho es que éste ahora se sincronizará con los otros dispositivos con el sistema, aunque las más notables a simple vista son el cambio de interfaz en las opciones con un menú de configuración algo más ordenado y que aprovecha mejor el espacio y la mayor personalización.

En cuanto a las apps y servicios propios, Microsoft sigue apostando por Skype dándole protagonismo con más funciones e integración, y por otro lado está Edge, el nuevo navegador que suple a Internet Explorer que también se sincroniza con el resto de dispositivos e integra Cortana, además de obviamente suponer una renovación de la interfaz. Y están las novedades del sistema en cuanto a apps integradas como el explorador de archivos o Gadgets, un asistente para enlazar otros dispositivos.

¿Qué se echa de menos? Más interacción en las notificaciones desde el Action Center o bien en cuanto a las emergentes, una Cortana algo más vitaminada y un mejor aprovechamiento de la pantalla, algo que se sufre especialmente en pantallas como la del Lumia 550 (4,7 pulgadas) en las que el teclado suele ocupar a veces casi el 50%. Y, por otro lado, más atención de los desarrolladores en cuanto a las apps que aún no encontramos o las que aun siendo oficiales evolucionan lentamente, como en el caso de Slack o Instagram que aún tienen la versión beta, tanto en su presencia como a la hora de añadir aspectos como una extensión en el menú compartir.

¿Qué se echa de más? Windows sigue sin permitir que se eliminen apps preinstaladas como Cartera o El tiempo y de hecho hay nuevas, como Introducción y Opiniones sobre Windows. Esto no representa molestia en cuanto a espacio disponible, pero algunas pueden ser innecesarias para el usuario desde el primer momento o tienen caducidad tras un tiempo con el teléfono como la de Introducción.

Un 2016 por recorrer

Si la distribución del nuevo software de Microsoft en los Lumia anteriores a diciembre de 2015 no tarda mucho más, será interesante observar si se empieza a ver su efecto de cara al próximo balance de la compañía siendo más realista de cara a ver la acogida de Windows 10 en móviles. Por otro lado está la agenda en cuanto a esta división, con un posible Lumia 650 que suena bastante fuerte y que podríamos conocer en breve y una nueva línea de Surface Phone que podrían aprovechar el tirón que sí tienen las Surface, con el correspondiente cambio en cuanto a branding enterrando la denominación Lumia.

De momento la compañía concluye uno de los peores años en cuanto a esta división, el cual como hemos visto se dibuja con una pendiente descendente llegando a valores de 2012 en cuanto a ventas. No faltan las voces agoreras que ponen en la misma línea que Bada y otras plataformas prácticamente inexistentes en el mercado, aunque es pronto para augurar su desaparición y no sabemos si Microsoft aún tiene ases en la manga para remontar la situación.

En Xataka Móvil | La división de teléfonos de Microsoft sigue a la baja, con un descenso en ventas del 49%

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