La vida cada año que pasa es más cara, aunque no todos los sectores se comportan de la misma manera. Uno de los que ha tirado durante años los precios a la baja ha sido el de las telecomunicaciones, sobre todo gracias a la llegada de los virtuales (el primero fue Carrefour Móvil en 2006 aunque ha desaparecido recientemente) y Yoigo, aunque en los últimos años esa tendencia se ha revertido, subiendo los precios a cambio de más prestaciones.
Pero hoy nos vamos a fijar en un concepto muy concreto, que probablemente sea uno de los que más se ha encarecido en todo tipo de sectores en la última década: el establecimiento de llamada. En 2007, cuando los operadores se vieron obligados a facturar las llamadas por segundos asistimos a la primera subida, de 12 a 15 céntimos (más IVA), y en el plazo de 11 años ese precio se ha duplicado hasta alcanzar los 30 céntimos en los principales operadores. Eso sí, ya a pocos les importa el establecimiento.
El establecimiento de llamada es un peaje artificial creado por los operadores (su legalidad se llegó a cuestionar) para asegurarse unos ingresos mínimos en cada llamada, sobre todo desde que no nos pueden cobrar las llamadas por tramos de 30 o 60 segundos, práctica habitual hasta 2007. Y es que realmente el establecimiento de llamada no responde a un coste directo por las llamadas realizadas, ya que el hecho de establecer la llamada entre dos usuarios tiene un coste realmente ínfimo, que no llega ni al céntimo. Todo beneficio.
Empujando a las tarifas con minutos o planas
En 2007, Movistar fue la primera compañía en anunciar que subía el establecimiento a 15 céntimos más impuestos (recordemos que entonces el IVA era del 16% y las tarifas se solían comunicar sin él) pero pronto se sumaron Orange y Vodafone. Yoigo, que acababa de llegar al mercado, no se podía permitir seguir a sus competidores si quería mantener su imagen de operador diferente, así que se esperó hasta 2009 para ponerse a la altura de sus rivales.
La tregua fue larga, hasta 2015, cuando las tarifas con el precio por minuto a cero céntimos ya habían llegado a todos los operadores. Fue entonces cuando de nuevo Movistar dio el pistoletazo de salida, llevando los 20 céntimos de establecimiento de llamada a sus tarifas de contrato, paso que no tardaron mucho en dar Orange y Vodafone. Yoigo en esta ocasión no tardó tanto en replicar a sus rivales, aplicando la subida en el mes de septiembre.
Y en enero de 2017 de nuevo vimos como Movistar daba otro paso más para alcanzar los 25 céntimos en su Vive 13, precio que posteriormente llegó a ciertas tarifas de Orange y Vodafone, aunque en esta ocasión Yoigo no siguió los pasos (solo tienen una tarifa sin minutos incluidos ya). La historia se ha vuelto a repetir ahora, adoptando los 30 céntimos Movistar, Vodafone y Orange en ciertas tarifas, aunque se trata de tarifas de prepago o de contrato más bajas.
La pregunta es, ¿por qué sube tanto el establecimiento de llamada en los últimos años en los tres principales operadores? La respuesta es que a estos les interesan los clientes que más gastan, los que hacen subir su ARPU (ingreso medio mensual por cliente), y la manera para lograr incrementar esos ingresos es empujar a los usuarios a tarifas superiores, que incluyan bonos de minutos o llamadas ilimitadas.
Si el establecimiento es tan caro, incluso los que menos llaman se plantearán el cambio a una tarifa con minutos, aunque también podrían huir a operadores que ofrezcan un establecimiento más reducido, que las hay. Todavía hay tarifas sin establecimiento de llamada, con un precio por minuto inferior a diez céntimos, ideales para los usuarios de llamadas cortas, y la mayoría de OMVs ofrecen tarifas con establecimientos inferiores a 20 céntimos. Podéis consultar nuestra comparativa en el siguiente link.
Pero pagamos menos por las llamadas
Repasado cómo hemos llegado hasta los 30 céntimos de establecimiento de llamada (incluso hay operadores, más orientados a llamadas internacionales, con establecimientos superiores), toca hacer justicia. A pesar de esas subidas de precio, los españoles llamamos más barato. ¿De dónde sacamos esa conclusión? Del precio por minuto que calcula la CNMC, en función de los ingresos por llamadas de los operadores y el número de minutos en llamada cursados.
La razón no es otra que el número de usuarios con tarifas de pago por minuto se han ido reduciendo, en favor de aquellos que optan por tarifas con llamadas incluidas, a los que el establecimiento de llamada no afecta. Y teniendo en cuenta de que ya es posible contratar tarifas con llamadas ilimitadas por poco más de diez euros, no podemos dar al establecimiento de llamada por muerto pero casi.
Imagen de portada | Pixabay
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