En un día gélido, con la nieve cuajando en el suelo de Pekín, el iPhone 5 ha hecho, por fin, acto de presencia de forma oficial en el país del oso panda, China.
Esta vez ha sido muy diferente al resto de lanzamientos en el territorio asiático y las largas colas, el jolgorio, los aplausos y la locura han sido prácticamente inexistentes, algo muy raro cuando se estrena un nuevo producto de los de Cupertino en cualquier parte del mundo.
El iPhone como símbolo de alto estatus
Conociendo el desprecio que se tiene en China por el producto de diseño autóctono (tendencia arraigada pero que está empezando a cambiar)y la admiración que muchos ciudadanos del país sienten por Apple y el estatus que poseer un producto de la marca te otorga - el salario medio de un trabajador chino da cada vez para más, pero sigue lejos de ser un sueldo que permita demasiados caprichos o excesos -, seria algo que nos podría llegar a sorprender que las Apple Store de Pekín, Shanghai o Shenzhen no estuviesen a rebosar, pero como ya hemos comentado con anterioridad, China tiene serios problemas con los re-vendedores.
En este sentido y, para evitar escenas tan lamentables como las vividas en Pekín hace un año, en el que se tuvo que suspender la venta de iPhone 4S debido a peleas que hubo en la cola y que acabaron con algunos de los cristales de la tienda de Sanlitun rotos; Apple ha decidido no vender el nuevo terminal libre en sus tiendas sin reserva previa, implementando el mismo sistema que se empezó a usar en Hong Kong a raíz de unos incidentes similares hace ya varios meses.
El problema endémico de los revendedores
Siendo el iPhone 5 libre prácticamente imposible de conseguir el día de su lanzamiento en una de las tiendas físicas de la marca californiana (actualmente se puede comprar on-line o probar suerte en la lotería de reservas para ir a recogerlo al día siguente a una de las numerosas tiendas que tiene el gigante estadounidense repartidas por suelo sínico) y habiendo, las operadoras, abierto sus tiendas a las doce de esa misma noche para que los clientes comprasen el nuevo terminal con sus contratos correspondientes, es comprensible que casi nadie se acercase el día de ayer a comprar el smartphone de Apple a sus tiendas oficiales.
Con un precio de 5288 yuanes, unos 644€ al cambio, y una limitación de 5 unidades reservadas por cliente, Apple parece haber conseguido paliar los problemas que había sufrido en el pasado a costa de sacrificar la espectacularidad de sus lanzamientos de productos en el país.
Aún así, supongo que algunos se preguntarán, ¿de quién es culpa que todo esto suceda, de Apple por facilitar un stock escaso para la demanda china? La respuesta es compleja, sí y no. Los de Cupertino están acostumbrados a trabajar enfocando sus productos a la exclusividad (esto se está perdiendo cada vez más) y jugando con las expectativas y el hype de los clientes, pero si nos fijamos en otras empresas de este mismo mundillo autóctonas como podría ser Xiaomi Tech, nos encontraremos que cada semana, cuando sacan 10.000, 20.000 o 100.000 unidades de su terminal estrella, el Xiaomi M2, se agotan en cuestión de minutos para acabar apareciendo como setas en Taobao, algo así como el Ebay chino, con un sobrecoste del 10-20%, así que parece bastante claro que pese a que hay parte de la culpa por parte de la empresa, en china existe una cultura del dinero rápido y fácil bien arraigada que motiva este tipo de situaciones que crean situaciones tensas y burbujas en los precios de la tecnología que carecen de sentido.
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