Actualmente, el número de personas que utiliza Internet en el mundo ha aumentado a 4.300 millones, lo que equivale al 57% de la población mundial. Además, de media, pasamos cada día 6 horas y 42 minutos conectados a Internet. Pero una cosa está clara: la velocidad y el precio de la conexión a Internet no son iguales en todos los países.
Y eso es precisamente lo que han tenido en cuenta Surfshark para realizar un estudio a escala mundial sobre la calidad de vida digital (Digital Quality Life -DQL-). Junto a ello, se han valorado también otros aspectos como las leyes de protección de datos o los servicios de e-gobierno hay disponibles. Con toda esa información, se ha elaborado una clasificación final en la que Australia, Francia y Singapur ocupan el podio por este orden.
La calidad de vida digital en España, por encima de la media mundial
Para llevar a cabo el estudio sobre la calidad de vida digital (DQL), cuyas conclusiones finales se han publicado hoy, se ha realizado una investigación en 65 países, y el primer resultado que han arrojado los datos obtenidos es que, en apenas ocho años, la penetración global de Internet ha pasado del 29% que había en 2010 al 51% que se alcanzó en 2018.
Además, a la hora de evaluar y comparar nuestras experiencias digitales, se han tenido en cuenta seis criterios principales: disponibilidad de contenido online, velocidad de Internet, leyes de protección de datos personales, índice global de ciberseguridad, servicios de e-gobierno y asequibilidad del acceso a Internet. Cada país ha recibido una puntuación en cada una de las categorías y se ha elaborado un ranking con la media de los resultados.
Esa clasificación final tiene Australia en el escalón más alto (con un 0,7992 sobre 1), seguida de Francia y Singapur. Si nos fijamos en el otro extremo de la tabla, nos encontramos a Algeria en el último puesto (0,1865), con Etiopía e Irak ocupando la penúltima y la antepenúltima plaza respectivamente.
En el caso concreto de España, tenemos un índice DQL del 0,7061 sobre 1, lo que nos lleva a situarnos por encima de la media (0,6110) y a ocupar el decimoquinto puesto de la clasificación, por detrás de países como Noruega, Japón, Italia, Estados Unidos o Israel.
Al comparar los resultados de las diferentes categorías en nuestro país con los tres que tienen mayor puntuación DQL (Australia, Francia y Singapur), observamos cómo, al igual que ellos, tenemos la máxima calificación en la seguridad de la información personal de los ciudadanos y en la variedad de contenido al que podemos acceder (1 sobre 1).
El avance digital en términos de ciberseguridad (0,8960) también está en la línea de los países punteros en esta materia, pero si nos fijamos la disponibilidad de servicios electrónicos ofrecidos por el gobierno en España, obtenemos una puntuación (0,9375) bastante inferior a la del Top 3 del ranking.
Pasemos ahora a los resultados referentes a la velocidad de la conexión a Internet. A pesar de que en nuestro país existen zonas con una velocidad extremadamente lenta, en términos generales, podemos presumir de una media de 105,58 Mbps en banda ancha. De hecho, España se encuentra entre los diez países con mayor velocidad de banda ancha.
La velocidad media de la conexión a Internet móvil, sin embargo, desciende a 35,01 Mbps, un registro muy inferior a los otros tres países, especialmente Australia (57,71). Es algo que llama mucho la atención si tenemos en cuenta que precisamente España ha sido uno de los primeros países europeos en desplegar las redes 5G de la mano de Vodafone.
Pero si hay un dato preocupante en los resultados sobre España que ha obtenido este estudio, es, sin duda, la asequibilidad de la conectividad a Internet. Nuestro país es líder europeo en cobertura de fibra óptica, pero eso no impide, sin embargo, que el coste de acceder a la banda ancha en España sea bastante elevado en relación al salario medio de sus ciudadanos.
De hecho, teniendo en cuenta el salario de los españoles y los precios de Internet en nuestro país, el estudio sobre la calidad de vida digital ha obtenido un resultado llamativo: en España, son necesarios 112 minutos de trabajo para poder pagar la conexión de banda ancha más barata, más del doble que en Francia.
Y si hablamos de la conexión a Internet móvil, la diferencia es aún mayor: necesitamos 342 segundos de trabajo (casi 6 minutos) para poder permitirnos la tarifa más asequible disponible actualmente. Eso es 16 veces más que en Australia y casi 8 veces más que en el país vecino, Francia.
Es importante tener en cuenta, no obstante, que para calcular estos índices de asequibilidad, solo se ha considerado la cantidad de trabajo necesaria para pagar el paquete o la tarifa más baratos disponible en cada país, independientemente de lo que ese paquete o tarifa ofrezca. Por tanto, aunque pueda parecer que la conexión móvil o de banda ancha es muy asequible en algunos países, es probable que allí proporcionen una velocidad mínima o un margen de descarga mínimo.
Más información | Informe DQL
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