Smartphones los hay de todos los colores y formas (incluso inimaginables) pero los focos se los llevan los de siempre: los iPhones, el último Galaxy o Xperia, el LG G6... Son móviles superventas y nada baratos, pero con solo esa clase de smartphones es muy difícil hacerse con una buena parte del pastel, del mercado de ventas de teléfonos móviles.
Para vender en cantidad el camino más recto es olvidarse, o no centrarse exclusivamente, en los móviles de gama alta y meterse en la pelea de la gama de entrada (hasta 200 euros), aquella a la que acuden la mayoría de usuarios cuando quieren cambiar de móvil. Pero no todas las marcas están dispuestas a "rebajarse" y cada vez son más las que renuncian o limitan su presencia en la gama de entrada.
El caso de Apple y sus iPhones es el ejemplo más claro de repudio de la gama de entrada. Mucho se especuló en su día sobre la posibilidad de que los de Cupertino lanzasen un iPhone "barato", pero todo se quedó en un iPhone SE que partía en su lanzamiento de los 489 euros. En Apple son muy conscientes de que sus productos tiene ese algo de "aspiracional" y de rebajarse sus precios perderían ese punto.
Sony se centra en las gamas altas
Sony ha pasado de una fase inicial en la que tenía smartphones para todos los bolsillos, nos podemos acordar de los populares Sony Ericsson Arc S o Neo V, a la actual, en la que su presencia en la gama de entrada es casi testimonial. Incluso tras quedarse con la marca al completo, Sony contaba con numerosos modelos en la gama de entrada (Xperia U, Xperia M, Xperia E1), pero el negocio no funcionaba.
Los números de la división móvil de la empresa japonesa mejoraron cuando llegó el cambio de estrategia: los esfuerzos se centrarían en la gama Xperia Z. Vendían menos móviles, sí, pero la rentabilidad crecía. Ese cambio de rumbo se vio como un acierto cuando vimos que Sony lideraba el precio medio de venta y la rentabilidad por teléfono entre los fabricantes que apuestan por Android.
Huawei, el último en subirse al carro
Y si hay una marca con un catálogo amplio en todas las gamas, esa es Huawei, con el permiso de Samsung. No le va nada mal al fabricante chino, que ha vendido en el primer semestre de 2017 más de 73 millones de smartphones, pero a pesar de ello en Huawei quieren ser más rentables y para ello solo hay un camino: dejar de lado los teléfonos que menos margen ofrecen, los de la gama de entrada.
Esa gama representa la mayoría de los diez teléfonos más vendidos en España en 2016, con el Huawei P8 Lite a la cabeza, pero los chinos ya no ven atractivo en ella, y parece que se centrarán en la gama P y Mate, dejando de lado los Huawei Y que tanto ha vendido en los últimos años. Una apuesta arriesgada pero que otras empresas ya han probado con éxito anteriormente.
Obviamente los usuarios que quieran renovar su teléfono sin dejarse un dineral no dejarán de tener opciones, en Samsung y LG parecen estar cómodos con su fuerte y diversa apuesta por los teléfonos asequibles, y marcas más locales como BQ o Wiko seguirán teniendo en la gama de entrada uno de sus pilares. Para gustos, los colores.
En Xataka Móvil | Los mejores móviles de gama media alrededor de 200 euros en 2017
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