No hay duda de la potencia de Xiaomi en el mercado de teléfonos móviles. El que es el segundo fabricante local, quedando por detrás de Apple, está siendo noticia estos días además por su primera salida del mercado asiático tomando como primer destino Brasil. No obstante, el crecimiento del fabricante podría haberse estancado según los datos de ventas de los últimos meses.
Si bien las ventas con respecto al año pasado se han incrementado en un 33%, en lo que llevamos de 2015 (desde enero hasta junio), la marca ha experimentado un estancamiento en el número de terminales vendidos, siendo 34,7 millones de dispositivos para dicho semestre. El mercado chino en general, de hecho, se halla dentro de un descenso gradual de los envíos desde 2013, según indican los datos de IDC.
Esta situación hace necesario un cambio de estrategia por parte de los fabricantes para despuntar en el mercado local, como puede ser la creación de sub-marcas (algo que ya han hecho ZTE y Huawei) o modificar los canales de distribución para reducir costes (como restringirse a la venta on-line). Y dado el caracter local del estancamiento sería lógico optar por fortalecer su presencia en mercados internacionales, a países por ejemplo del sud-este asiático.
Es lo que parece estar haciendo Xiaomi, que opera en India desde julio de 2014 llegando a alcanzar el 4% de la cuota de mercado del país y con una reciente inversión por parte del magnate Ratan Tata. Y a partir de este punto fue además ampliando a otros países como Singapur, Filipinas, Indonesia y Malasia, si bien en estos países las ventas siguen siendo más bien discretas.
No obstante, pese a mantenerse en este plano más discreto, es evidente que Xiaomi piensa seguir su hoja de ruta en cuanto a su expansión con la reciente salida de Asia. Tras Brasil, los siguientes objetivos según anunció Barra en abril de 2014 serían México, Tailandia, Vietnam y algunos países latinoamericanos.
Un mundo por conquistar y no sólo con smartphones
El fabricante chino no ha cumplido su objetivo de número de terminales vendidos que se había marcado para el pasado marzo de para el periodo, el cual aspiraba a ser entre 80 y 100 millones, pero en su defensa mantienen que no se trata de un fabricante exclusivamente de smartphones, si no de “una empresa de internet”, matizando que tiene otras fuentes de ingresos.
Así, en Xiaomi se mantienen optimista y asegura poder alcanzar los mil millones de ventas en cuanto a productos de software (lo que sería un 6,25% del total de ventas previstas), sin olvidar los beneficios obtenidos en el sector de los wearables gracias a las ventas de la Mi Band, la cual fundamenta su éxito en su económico precio.
A Barra y compañía les queda esperar si su entrada en Brasil y en otros mercados cumple expectativas iniciándose del mismo modo que hizo en su país originario, donde parece que lo de ser un fabricante de smartphones económicos ya no es suficiente para crecer y puede que ni para mantenerse, con una competencia cada vez más agresiva y un público que busca la novedad.
Vía | Quartz
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