La unión hace la fuerza; fue lo que dijeron un día en la República Holandesa y se acabó convirtiendo en un lema que se usa todavía en nuestro tiempo. Un lema que explica y dirige muchos comportamientos contemporáneos y, por supuesto, no sólo en personas sino también entre empresas. Las compañías se asocian por muchos motivos en busca del beneficio mutuo, y en tecnología lo vemos a diario.
No hablamos de patrocinios, como los que se lucen en las camisetas de futbolistas o en los monos y coches de los pilotos de competición. Tampoco de los contratos de servicio que convierten a unas empresas en proveedoras de otras. No, hablamos de acuerdos que dan visibilidad a ambas marcas y que están a la orden del día en el mercado de los smartphones. Que tu empresa sea lo suficientemente potente como para imprimir tu logo en el producto de otro.
Consumidores de marcas
Los seres humanos somos consumidores de marcas más que de productos, de ahí la enorme importancia que la publicidad tiene en el mundo actual. Tal vez no sepamos reconocer la calidad al 100% pero en cuanto una marca conocida se asocia a un producto, la percepción del mismo mejora ante nuestros ojos como por parte de magia. La confianza en dichas marcas hace mucho y también mueve el mercado de los teléfonos.
Todo ello sabiendo que las marcas de teléfonos móviles son, a día de hoy, las más conocidas en casi todos los ámbitos. Aun así, recurren a asociaciones para aumentar el valor de sus productos; acudir a los especialistas en los campos más demandados para así generar más deseo hacia sus terminales. Por si acaso no existiese ya ese deseo. Aunque en un mercado en el que se comercializan 1.500 millones de teléfonos al año, más vale ser capaz de diferenciarte de tu competencia.
Y la diferenciación, ahora mismo, parece centrarse en fotografía y en audio. Tal vez porque son dos de los aspectos que más interesan a los usuarios. Importa quién haya fabricado un procesador siempre que el teléfono sea lo suficientemente potente, o de qué cadena de montaje haya salido la pantalla. Lo que sí importa es que un especialista intervenga en el proceso de fabricación de las cámaras o de los equipos de sonido, ahí es donde más nos fijamos y donde ahora se fraguan los principales acuerdos.
Como que Leica se haya implicado en el proceso de fabricación de las lentes que monta Huawei en sus principales terminales, participando en mejoras de software y certificando la calidad de las lentes dobles de la marca desde el pasado Huawei P9 del 2016. O que Hasselblad haya puesto su granito de arena en el ecosistema de mods para los Moto de Lenovo.
O que Carl Zeiss haya decidido retomar su acuerdo con Nokia, ahora a través de sus compatriota de HMD. Un acuerdo que además puede calificarse de histórico pues ambas marcas ya caminaban de la mano en la época de los teléfonos tontos, los que servían para llamar, hacer mensajes y como mucho sacar alguna fotografía que otro que antaño nos parecía fantástica y hoy nos horrorizaría.
Que pasen los audiófilos
No sólo ocurre en el terreno fotográfico, como comentábamos antes, un terreno en el que no sería extraño que Nikon o Canon se animasen a participar dentro de no demasiado tiempo. También ocurre en el audio; los audiófilos tienen peso en la industria y los fabricantes lo saben, y los productos especializados incrementan el valor total de cada compra para el usuario.
De ahí que grandes marcas como Samsung o LG estén firmando acuerdos con marcas relevantes de la industria de las ondas. Como los auriculares AKG que se incluyen en los Galaxy S8 y Note 8, o como la firma de B&O en la trasera del último LG V30, al haber participado en su equipo interno de sonido, al ayudar a potenciar su Quad DAC de 32 bits.
Otras marcas saben de asociaciones en el terreno del sonido. HTC, por ejemplo, echaba mano de Beats Audio en sus equipos prácticamente hasta que la marca fue adquirida por Apple. Posiblemente hubo colaboración entre ambas empresas para desarrollar y potenciar los BoomSound, altavoces frontales que ahora se han convertido en tecnología interna.
Todo esto que ahora ocurre, ocurrió también en el pasado. La diferencia es que los teléfonos móviles no tenían entonces la relevancia actual, no eran el centro de nuestro ocio y nuestras comunicaciones como lo son hoy. Por eso ahora es imprescindible posicionarse como especialista y saber elegir el barco al que subirse para cruzar el mar tecnológico.
Hoy son Samsung, LG, Apple, HTC y compañía. Mañana acabarán todas con la misma estrategia. Porque en determinados componentes no es igual montar uno "genérico" que otro de una marca reconocida, aunque ambos puedan atesorar la misma calidad de funcionamiento y durabilidad. Los especialistas, cada vez más importantes en este mercado. Las marcas, así somos los humanos.
En Xataka Móvil | La cámara, centro de batalla de los nuevos smartphones
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