Tras un 2018 algo convulso por las decisiones de contar, o no, con todo el fútbol las próximas temporadas y que derivaron en una vuelta al cole con agresivas promociones sin precedentes, los operadores de telecomunicaciones inician un 2019 en el que se atisban cambios importantes en las estrategias.
Si la pasada semana analizábamos qué podría esconderse tras el último ERE de Vodafone y las declaraciones de algunos dirigentes, que dejaban entrever un giro hacia el modelo MásMóvil, operador que sigue arrasando en portabilidad sin contar con nada de fútbol en su oferta, ayer mismo era Orange quien desvelaba su primer órdago del año y no subirá precios obligatoriamente.
Sin subidas de precios obligatorias en Orange, de momento
Con Movistar apuntándose por quinto año consecutivo a nuevas subidas de precios que afectarán a casi todos los clientes del operador, era de esperar que la situación comenzara a replicarse en sus rivales como otras veces pero Orange ha dicho no, al menos a su calendario habitual para las subidas.
Porque más allá de que las principales marcas de telecos hayan imitado las subidas de precio, cada operador se ha mantenido fiel a las fechas cuando aplicar su propia subida: habitualmente Movistar en enero, Orange y Yoigo en febrero y Vodafone en abril. Así que aunque no podemos afirmar que Orange no subirá precios en 2019, sí sabemos que no subirá precios cuando solía hacerlo y eso es un dato esperanzador.
Aunque el precedente en Movistar no es bueno (primero anunció nuevas tarifas Fusión opcionales para antiguos clientes y finalmente también encareció los precios a antiguos clientes en las fechas habituales), en Orange encontramos diferencias importantes.
Orange ya ha mejorado sus tarifas móviles Go con hasta 40 GB y lo ha hecho sin subir precios. Así que las excusas para subir precios se le acaban y será más complicado justificar una futura subida si no lleva aparejada otra mejora de condiciones ya que no quedan grandes demandas donde seguir inflando beneficios.
Además, la migración de las antiguas Love a las nuevas de manera automática no es tan clara como en otras ocasiones porque se basan en diferentes conceptos. Hasta ahora, Love contaba con cinco tarifas preestablecidas que incluso incluían líneas móviles adicionales o MultiSIM, pero con las nuevas Love Personalizables, todo eso es opcional.
Nada impide que próximamente Orange simplemente cambie condiciones a los ya clientes si la migración voluntaria no cubre las expectativas del operador, pero sería arriesgado y este movimiento podría volverse en su contra tras haber alardeado de mejorar condiciones sin subir precios.
Vodafone en el punto de mira, pero no es el único
Con las cartas sobre la mesa de Movistar y Orange, las miradas ahora se centran en saber cómo reaccionará Vodafone. Si Orange, que tiene que pagar unos costes por el fútbol más caros de lo inicialmente esperado debido a la retirada de Vodafone del reparto de costes, y que podría no estar rentabilizando el fútbol con el esperado crecimiento de portabilidades, ha mantenido intactos los precios a actuales clientes, ¿por qué no esperar que Vodafone haga lo mismo?
Vodafone no cuenta con el peso de tener que pagar tanto por los derechos del fútbol, que se limitan a 8 partidos de Liga, y necesita un revulsivo que sirva de punto de inflexión a su tendencia negativa, que le vuelva a hacer crecer en usuarios y en ingresos. Así que subir tarifas obligatoriamente en esta ocasión estaría menos justificado que nunca y no ayudaría frenar la sangría de líneas.
La apuesta por más contenidos en cine y series con nuevos acuerdos no parece tener suficiente tirón a tenor de los resultados de portabilidad y la ausencia de importantes competiciones deportivas tampoco ayudaría. Tampoco la llamativa promoción que ofrece TV total + HBO gratis durante un año parece convencer lo suficiente, lo que podría hacer dudar de la utilidad real de apostar tanto por precios en promoción en lugar de precios más estables. Será interesante ver cómo afronta Vodafone la situación en su próxima renovación de tarifas.
Lo de Movistar ya no tiene marcha atrás y podría ser el único operador que subirá precios obligatoriamente a todos los usuarios en 2019. De hecho, aún se espera que anuncie cambios de precios en Fusión #0 y Fusión Base si la operadora repite el calendario del pasado año. No obstante, es probable que tendrá que volver a mejorar condiciones para ofrecer una alternativa al subidón de gigas efectuado en Orange. Estará por ver si aprovecha para subir precios de nuevo o no.
El caso de Yoigo es menos preocupante. Otros años, cuando ha cambiado condiciones de tarifas, lo ha hecho respetando a los antiguos clientes por lo que es de esperar que siga siendo así. Si repite estrategia del pasado año, no sería de extrañar que la próxima semana presente nuevas tarifas o alguna novedad.
La obsolescencia programada de las tarifas
Los usuarios continúan disparando el consumo de datos móviles como reflejan los informes financieros de los operadores así que en algún momento, los usuarios demandarán tarifas con más gigas y migrarán voluntariamente hacia tarifas más caras. Al menos ese sería el escenario ideal para los clientes y para los operadores, aunque éstos últimos quieren que el proceso sea lo más rápido posible.
Por esa celeridad tan deseada por los operadores, hasta ahora las subidas de precios han sido obligatorias pero quizás el hartazgo de los usuarios haya hecho cambiar algo. Ya no sirven las mismas armas de siempre con un mercado tan claramente decantado por el low cost, que más allá del precio, con su flexibilidad parece haber sabido ofrecer soluciones mejor adaptadas a las necesidades de los usuarios.
La excusa de mejorar tarifas obligatoriamente porque es lo que demanda la mayoría, es peor encajado por los usuarios tras cada aviso de nuevas subidas de precios. Los usuarios se van acostumbrado a tener más control sobre sus tarifas y no necesitan que el operador de turno le toqueteé la condiciones cada cierto tiempo.
Los grandes operadores no juegan en la misma liga que los operadores low cost por lo que tampoco sirven las mismas estrategias, sobre todo a la hora de fidelizar a un usuario de una low cost que puede hacerse mejorando condiciones a todos sin cambiar precios, mientras que los grandes operadores buscan empujar a los usuarios a pagar más y continuar con las inversiones para seguir creciendo en el futuro con nuevos y mejores servicios.
Pero, casualmente o no, la celeridad en hacer que los usuarios paguen más, también ha provocado que 2018 haya acabado por ser uno de los años que más récords de portabilidades se han obtenido. Y, casualmente o no, cada vez más usuarios acaban eligiendo operadores que respetan las condiciones firmadas y mantienen los precios estables.
Así que de nuevo se hace necesario que los grandes operadores den un salto evolutivo y se adapten a las exigencias de los que pagan. En su momento, supieron adaptarse a un mercado sin permanencias obligatorias, sin tarifas infladas para "regalar" teléfonos y sin tantas desigualdades entre nuevos y viejos clientes.
Ahora, Orange parece coger el testigo de la evolución porque en algún momento esas prácticas dejan de ser rentables y diría adiós a las subidas de precios obligatorias para contener la fuga de clientes que rechazan otra de las medidas más injustificadas a las que nos acostumbraron durante años.
Si finalmente se acabase generalizando el respeto por el cliente y no cambiarle condiciones, los operadores tendrán que encontrar la forma de acelerar la obsolescencia programada de sus tarifas empujando a pagar más, pero voluntariamente. Tendrán que aprender a convencer de que las mejoras aportadas por las nuevas tarifas son lo suficientemente atractivas. Cómo intentarán conseguirlo se irá desvelando a lo largo de los próximos meses.
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