El sol no es un buen aliado para el smartphone. Con el buen tiempo tenemos más ganas de salir al exterior y llevarnos con nosotros, cómo no, a nuestro fiel smartphone. Pero la visibilidad de las estratosféricas pantallas no acaba de ser la ideal cuando afuera el sol de justicia aprieta. O en algunos casos, ni sin esas complicadas condiciones.
Las pantallas de los smartphones han ido mejorando a pasos agigantados en los últimos años. Los paneles ofrecen mejores colores, más cantidad de ellos, negros impresionantes y un contraste de escándalo. Y qué decir de su resolución, con densidades de píxeles que ya rozan los límites del ojo humano. Pero cuando los sacamos a enfrentarse con la luz diurna intensa, sufren. Es sin duda la gran asignatura pendiente de la pantalla del smartphone de hoy en día.
IPS contra AMOLED: máxima igualdad ... ahora
Hasta hace apenas una generación, cuando debíamos hablar de visibilidad de las pantallas en exteriores, la diferencia entre los que apostaban por LCD o AMOLED era sustancial. Si escogías como terminal un Samsung con sus pantallas AMOLED (los píxeles se iluminan de forma individual al "activarse"), ya debías dar por hecho que en exteriores no iba a ser tarea fácil disfrutar de esa pantalla. Los paneles IPS o SuperLCD como el de los HTC les ganaban con mucha diferencia.
Hace poco la diferencia entre paneles AMOLED e IPS marcaba la visualización en exteriores. Hoy la tecnología del panel no es tan diferenciadora
La retroiluminación que se usa en los paneles IPS (una variación de los LCD-TFT clásicos) o los SuperLCD hace posible que la luminosidad de estos sea por lo general superior a la que se puede obtener con paneles AMOLED. Así ha sido por lo general hasta la llegada del S4 y el Note 3, ambos con un aumento importante del brillo que son capaces de ofrecer.
Pero la llegada del Galaxy S5 y su panel SuperAMOLED HD supone el fin de las dudas sobre esta tecnología para Samsung, principal valedor de dichos paneles.
Comprobando in situ el comportamiento de tres terminales como el LG G2 (IPS) y el citado Galaxy S5 (SuperAMOLED HD) o Lumia 1020 (AMOLED ClearBlack), hoy en día el panel usado en smartphones de gama alta ya no es tan determinante como el brillo que son capaces de ofrecer o la capacidad para eliminar reflejos. En estos tres casos, el a priori mejor terminal por su panel, el LG G2, sufre mucho más que los demás en exteriores con luz directa debido a lo mal que se comporta con los reflejos.
El brillo, la clave de la visibilidad en exteriores
Como apuntamos brevemente cuando analizamos qué eran los nits y cómo impactan en la calidad de la pantalla de un smartphone, podemos decir que de manera general, un mayor brillo en la pantalla de un smartphone debería significar que su visibilidad en exteriores es mejor que la de uno con menos nits. Luego hay otros factores como los reflejos de la luz que incide, pero hoy en día, este apartado se ha logrado controlar bastante en la mayoría de modelos de mercado en la gama alta.
Un ejemplo son las pantallas Nokia con tecnología ClearBlack, destinada principalmente a evitar esos reflejos en exteriores que ayuden a sus pantallas AMOLED a ser más competitivas con luz solar directa. Mediante capas polarizadas, se trata la luz tanto de entrada como de salida. Nokia ha hecho un básico en sus pantallas de esta tecnología para no tener que recurrir a brillos muy altos, aunque hay excepciones.
Seguramente recuerdes al Lumia 701, un espectacular terminal cuyo brillo llegaba a 1.000 nits. Casi nada.
En la gama alta actual, a la hora de valorar si una pantalla será más o menos visible en exteriores con luz muy intensa, el valor del brillo máximo debe ser tu guía de bolsillo. A continuación los datos de los mejores smartphones:
Sensor de luminosidad, mejor no fiarse de él
Algo importante que debemos considerar cuando queremos visualizar la pantalla de un smartphone en exteriores es cómo ese modelo en concreto trabaja el ajuste automático de luminosidad. Es importante que comprobemos que el sensor de luminosidad funciona correctamente, algo que, lamentablemente, ocurre no demasiadas veces.
De entrada ese sensor no está midiendo exactamente la luz que incide en la pantalla, que sería el valor más lógico. Por otro lado, el sofware de cada fabricante encargado de recopilar esos datos y tomar decisiones sobre el aumento o reducción del brillo no es ni rápido ni a veces fiable. Así que no será la primera vez que cambiando a modo manual podemos mejorar el brillo y mejorar la visibilidad en exteriores.
Aunque lo habitual es que brillo máximo en modo automático o manual en exteriores sea idéntico, hay excepciones muy positivas. En algunos modelos la pantalla es capaz de subir el brillo máximo a valores por encima del que podemos obtener nosotros de modo manual.
El Galaxy S5 es el mejor ejemplo actual. Su nueva pantalla SuperAMOLED, como comprobamos en nuestro análisis, es capaz de alcanzar casi 700 nits cuando tenemos el ajuste de brillo automático, mientras que si ponemos el máximo de forma manual, solo podremos alcanzar los 456 nits. En tu terminal conviene que compruebes si, desactivando el modo automático, consigues más brillo, aunque ya te avisamos que no es lo habitual.
Así se comportan los mejores smartphones del año frente al sol
Para que compruebes que, como te estamos contando, los smartphones no están - todavía - hechos para el verano, una prueba de campo de primera mano con los principales terminales ahora mismo en el mercado. La imagen de portada y que reproducimos de nuevo aquí a mejor tamaño ya te da una idea de que con un sol intenso (la prueba fue en las peores condiciones posibles, es decir, Murcia, junio, a la hora de máxima intensidad del sol ...) es muy complicado encontrar un smartphone que cumpla como debería.
En nuestra prueba, los tres mejores parados fueron el Galaxy S5 (se nota ese brillo extra que nos ofrece en modo automático), el HTC One M8 con su panel SuperLCD (muy lento para adaptarse a las condiciones de luz cambiantes), y un iPhone 5s que también ofrece alta luminosidad y gran contraste para estas situaciones. En este último caso subimos el brillo al máximo de modo manual. El Lumia 1020, ayudado por la interfaz Windows Phone, también consiguió una visibilidad aceptable.
En el extremo contrario, como se puede apreciar y notamos en sus respectivos análisis, están el Xperia Z2, y sobre todo el LG G2, que ya se sitúa como un smartphone con brillo por debajo de los modelos de este 2014 pero sobre todo queda penalizado por el excesivo reflejo de su frontal de cristal.
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