Salvo algunas excepciones, salir a comprar un smartphone hoy hará que volvamos a casa con menos dinero que si hubiésemos salido hace medio año. Y es que el incremento de precios en la industria del smartphone es ya una realidad. Y no es que se hayan producido cambios de concepto precisamente más allá de los plegables.
Apple encabezó las subidas de precio con sus iPhone 14, pero no ha sido la única en hacerlo. Las razones que hay detrás de estas subidas, tanto en Apple como en otros fabricantes, apuntan en varias direcciones.
Demasiados frentes abiertos en China
No cabe ninguna duda de que China es la fábrica del mundo. Los bajos costes de producción en el país asiático respecto a otros territorios le han permitido ser el líder en exportaciones en multitud de sectores, incluyendo evidentemente el de smartphones y componentes. Con el inicio del COVID-19, todo se resintió.
Haber tenido que cerrar parcial o totalmente las fábricas implicó una evidente reducción en la producción que acabó desencadenando una escasez de componentes que comenzó a hacerse patente a finales de 2022 y vivió su momento álgido en 2021. De hecho, ya entrado 2022 se siguieron experimentando retrasos en el envío de chips que todavía hoy colean.
En consecuencia de esto, los costes están aumentando a todos los niveles. La guerra entre Rusia y Ucrania aporta también su granito de arena a la montaña elevando el coste de la energía en multitud de territorios, así como se van aumentando también los costes de mano de obra en las fábricas chinas y se implementan aranceles en la exportación que hacen que también en los canales de distribución se estén disparando los costes.
Así, varias empresas están optando por diversificar su producción y están llevando parte de los procesos fuera de China. Como guinda se suman nuevas olas de COVID-19 en China que están haciendo que muchas de las fábricas también se vean obligadas a detener su producción. Véase como ejemplo el caso de Apple y la reducción de producción de iPhone en 6 millones de unidades.
La inflación, esa cosa
De aquellos barros, estos lodos. En un mundo global como el actual todo está enlazado entre sí aunque sea de forma indirecta. Y así llegamos a Europa con una inflación de récord que no va a la par de los sueldos, los cuales se mantienen congelados en su mayoría y hace que el coste de la vida sea mayor. Y sí, los smartphones incluidos.
La diferencia con respecto a hace seis meses quizás no sea tan evidente, pese a que ya se está notando. Sin embargo, si la comparativa de precios la hacemos con 2021 observamos que este año hemos visto subidas en todas las gamas. No en todos los móviles, ya que tampoco es algo que haya afectado a absolutamente cada uno de los nuevos smartphones, pero si es una tónica que en general se repite.
Y como hechos fehacientes de cómo la inflación está afectando directamente a los smartphones nos encontramos nuevamente a Apple y la subida de precios de dispositivos que ya estaban a la venta, como es el caso del aumento en el iPhone SE 2022 pasando de la noche a la mañana de 529 a 559 euros. Si bien no parece una subida enorme, sí destaca teniendo en cuenta que solo hacía unos meses que estaba en el mercado y no se modificó nada del mismo. También poco usual fue ver como los iPhone 13 se han mantenido al mismo precio que hace un año, cuando lo habitual era que bajasen de precio tras la llegada de nuevas generaciones.
También compramos menos que antes
Según datos de IDC, la tendencia de este 2022 demuestra que cada vez compramos menos smartphones. Consecuencia de la crisis económica, de que los fabricantes no hagan apuestas tan atractivas como antaño que diferencien una generación de otra o por la razón X. El caso es que hay una caída del 10%.
Ante una baja demanda parece que bajar los precios forma parte de la lógica comercial. Sin embargo, con los fabricantes cada vez más asfixiados por el aumento de los costes de producción, reducir sus márgenes de beneficio parece un suicidio seguro. Y esto es como la pescadilla que se muerde la cola.
También de forma interna se están ajustando las tuercas a más no poder. Los despidos están a la orden del día y por desgracia parece que seguirá siendo lo habitual si la tónica no se revierte. El caso más reciente lo encontramos en una noticia de hoy mismo en la que se relata que Xiaomi despedirá miles de trabajadores en China a causa, entre otras cosas, de ese frenazo en las ventas.
El panorama de cara a 2023 se define con incertidumbre. Nadie puede predecir con certeza qué es lo que ocurrirá en relación a todos los factores que ahora están determinando esta crisis. Por lo pronto y teniendo el próximo año a menos de dos semanas vista, las noticias respecto a precios de los smartphones no pintan nada halagüeñas.
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