Cuando observamos el mercado de teléfonos móviles agrupando a las marcas por su país de procedencia, tenemos tres facciones bastante diferenciadas del resto. Por un lado tenemos al bando chino, con tres de los cinco grandes fabricantes actuales de su parte, además de una inmensidad de pequeñas marcas. Por otro lado tenemos al bando coreano, con Samsung y LG liderando la marca. Y por otro tenemos al bando norteamericano, con un Apple que gobierna con una clara hegemonía.
Cada uno de ellos ocupa una posición distinta en el ranking mundial de constructores, pero en su propio país se produce tal desequilibrio a favor de las compañías locales que no podemos hablar de otra cosa que de amores imposibles. Marcas que son capaces de todo en diversas partes del mundo pero que tienen zonas vetadas, los hogares de su competencia.
Las grandes marcas juegan mejor en casa
Podemos empezar hablando del lado coreano, con un Samsung que se sitúa año tras año al frente del mercado de teléfonos móviles. En la actualidad, según los últimos datos recogidos por IDC, el fabricante coreano comercializa 317,3 millones de teléfonos al año, lo que le vale para tener un 21,6% de todo el mercado mundial. Uno de cada cinco teléfonos vendidos en el mundo es de Samsung. Una cifra a tener en cuenta.
Cuando observamos el mercado chino, sin embargo, su poder se ve bastante menguado. El mercado tras la Gran Muralla es tan proteccionista y apuesta tan fuerte por sus propias marcas que Samsung no logra allí ni colocarse entre los cinco grandes fabricantes del país. La barrera de entrada no es demasiado alta, por cierto, pues la marca Apple con sólo un 11% del mercado total.
En China quien manda es Huawei, y lo hace con un peso muy similar al de Samsung en el resto del mundo. El que es hoy en día el mayor mercado tecnológico del planeta tiene a Huawei al frente con un 19% de la cuota, aunque a nivel mundial sólo acaba de rebasar el 10%. Crecen, sí, pero su mayor poder viene de la fortaleza en su territorio.
A Huawei la persiguen otras marcas que también tienen gran presencia a nivel mundial. Tenemos a Oppo con un 18%, a Vivo con un 17% y a Xiaomi con un 12%. China ama a sus propias marcas y así lo hace notar, dejando al segundo mayor fabricante a nivel mundial en la quinta plaza, y dejando fuera de la fotografía al líder del mercado de los teléfonos móviles. El 20% de Samsung en el planeta no sirve en China.
USA es más abierto, pero Apple lidera
Apple juega casi en solitario pues pese a contar el apoyo de pequeñas marcas como Blu, apenas tienen influencia en cuotas globales. Los americanos son segundos a nivel mundial con un 15% del mercado pero basta con echar un ojo a su hogar para ver, una vez más, que su principal fortaleza la tienen en casa.
La cuota de iOS era, a finales del mes de agosto de 2017, de un 35% en el territorio norteamericano. Apple, único impulso de iOS frente a la gran dispersión de las marcas con Android, Windows y compañía, ostenta el título del mayor fabricante del país. Uno de cada tres teléfonos vendidos en 2017 en Estados Unidos llevaba una manzana fundida a su espalda.
Y por último, el mercado coreano, con Samsung y LG como principales adalides, mucho más potentes los primeros que los segundos. El proteccionismo en Corea del Sur llega a un nivel tan alto comparado con el resto de mercados analizados que allí Samsung es el rey indiscutible. El peso específico de los chicos del Note 8 llega hasta un 57,11% de la cuota.
Dos de cada tres teléfonos vendidos en Corea del Sur es de Samsung, tal cual. El segundo puesto es para Apple, eso sí, con un 25% de la cuota en el país de su eterno competidor, y LG aparece en tercer lugar con un 13,27%. China es para los fabricantes chinos, Corea es para los fabricantes coreanos y Estados Unidos, con un dominio menor pero igualmente representativo, es para Apple.
La India de hoy, el África de mañana
De hecho, LG, que en su país tiene el citado 13,27% de cuota, hace tiempo que abandonó el ranking mundial de fabricantes y ahora parece que desaparecerá por completo de China. El dominio de las marcas locales allí es así de fuerte, queda poco oxígeno para que triunfen otros fabricantes, por más esfuerzos que se pongan en conversaciones con el poder local o en campañas publicitarias. Y eso que el iPhone X, por ejemplo, es el teléfono más vendido en la China urbana. Todo un logro.
Así pues, con Estados Unidos, China y Corea con claras tendencias proteccionistas, sólo queda poner los ojos en otros mercados cuyas marcas locales no tienen la suficiente fuerza. De ahí que hace tiempo comenzase ya la lucha por hacerse con India, segundo mercado por delante de Estados Unidos.
A finales de octubre, Samsung llevaba la delantera pese a que la disputa con Xiaomi está siendo feroz. Coreanos y chinos compiten por hacerse con el país del Ganges y ya sitúan sus ventas por encima de los 9 millones de terminales. 9,4 millones para Samsung, 9,2 millones para Xiaomi. Un "empate técnico" desequilibrado por muy pocas ventas que pueden voltear la tortilla en cualquier momento.
Tal es el peso de India que Apple ha levantado una fábrica en el país para atender la demanda y que planea abrir tiendas a partir de 2018. Así que con esta guerra ya en marcha, y con todos los grandes fabricantes tomando posiciones, la vista comienza a posarse en futuras conquistas, en tratar de ser fuerte antes que ninguno. De ahí que la vista lleve tiempo posada en el continente africano. El siguiente territorio a colonizar.
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