Poco o nada tiene que ver el panorama actual de las telecomunicaciones en España de hoy con el de 2013. Por entonces la fibra hasta el hogar apenas estaba presente en un puñado de grandes ciudades y la guerra por tener la mejor red 4G comenzaba de la mano de Yoigo, aunque luego Vodafone y Orange tomaron la delantera. Hasta las tarifas convergentes estaban recién estrenadas.
Ni las redes, ni las tarifas son las que eran, ni los operadores entre los que podemos elegir los usuarios. El empeño de Europa y de los grandes operadores por consolidar el mercado ha acabado en el adiós de ONO y Jazztel (aunque ésta se siga usando como marca comercial), a la unión de MásMóvil, Yoigo y Pepephone y a las compras por parte de Euskaltel de R y ayer mismo de telecable. ¿Podemos dar por acabado este proceso de consolidación?
Las uniones de operadores que se han producido en España, todas mediante compras, han contado con el amparo de los reguladores, tanto españoles como europeos, aunque no todos lo han tenido igual de fácil. Así, la CNMC impuso condiciones de acceso mayorista a contenidos premium de la televisión de Movistar en la compra de Canal+, mientras que desde Bruselas obligaron a Orange a deshacerse de parte de los activos de Jazztel.
El cuarto operador siempre tendrá que existir
Con las condiciones impuestas a Orange al comprar Jazztel desde Bruselas querían marcar bien los límites. Una cosa es favorecer la consolidación de los mercados y otra reducir drásticamente el número de actores, y por tanto limitar las opciones para los usuarios. La lección ya fue aprendida en Austria, donde el paso de cuatro a tres operadores de red llevó a una subida de precios generalizada, lo que ha acabado con fusiones o compras no ejecutadas en Dinamarca o Reino Unido.
Por eso, desde Bruselas se encargaron de que un cuarto operador se hiciese fuerte tras la unión de Orange y Jazztel. Para ello obligaron a los franceses a vender la red de fibra redundante (unos 700.000 hogares) y a alquilar por largo plazo la red de ADSL de Jazztel. Con ambas redes MásMóvil, el operador elegido finalmente, crecería como competidor, aunque no se ha convertido realmente en un duro rival hasta la compra de Yoigo.
Y ahora que las tres cableras del norte están unidas en torno a una sola compañía (a falta de los trámites restantes) las miradas se giran de nuevo hacia MásMóvil, pero cualquier movimiento corporativo que quiera contar con ellos no será nada sencillo. Por ejemplo, los reguladores no permitirían de ninguna manera que uno de los grandes operadores españoles lo comprasen, por la concentración de licencias de espectro y la eliminación del cuarto operador.
Otra cosa, una posibilidad que sí tendría papeletas para recibir el visto bueno de la CNMC y Bruselas es que venga algún operador todavía no presente en España. Si, por poner varios ejemplos de grandes grupos no presentes, AT&T, Deustche Telekom o América Móvil se quisiesen hacer con MásMóvil no encontrarían grandes problemas regulatorios. De hecho, sería visto con buenos ojos seguramente, por la capacidad de inversión que podrían aportar para extender la cobertura de fibra o comprar futuras licencias de espectro móvil.
La opción de una fusión de Euskaltel y MásMóvil
Más allá de que MásMóvil pueda seguir comprando OMVs o cableras pequeñas, solo hay una operación entre operadores ya presentes en España posible: la fusión de Euskaltel y MásMóvil. Y se podría ejecutar mediante varias vías, ya que ambas empresas están mayoritariamente en manos de fondos de inversión que lo que buscan es el beneficio, por lo que podría interesar una fusión pura y dura o la compra de MásMóvil por parte de Euskaltel. Al fin al cabo, su valor en bolsa actual, de unos 1.100 millones de euros, es similar a lo que pagó por R.
Esa hipotética operación, sea por la vía que sea, tendrá que esperar un tiempo razonable, ya que ambas partes se encuentran haciendo la digestión de sus últimos movimientos, pero no es nada descartable. Euskaltel aportaría una red de cable que llega a más de dos millones de hogares de gran capilaridad en Galicia, Asturias y País Vasco (territorios no demasiados cubiertos por la fibra de los grandes operadores) y una empresa con unos resultados económicos envidiables y MásMóvil una red móvil a nivel nacional.
Pero como decimos, la posible unión de Euskaltel y MásMóvil no se ejecutará en ningún caso en el corto plazo. Tampoco hay rumores inminentes de que un operador no presente en España pueda irrumpir en nuestro país, por lo que podemos decir que, de momento y por un plazo razonable de tiempo, la consolidación del sector de las telecomunicaciones ha tocado a su fin.
En Xataka | Euskaltel compra Telecable: así queda el sector de las telecomunicaciones en España
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