Zetta tenía una solución muy sencilla: reconocer toda la verdad, como siempre ha hecho Weimei

A día de hoy son pocos los que no han oído hablar de Zetta, el Bellotagate o el "iPhone extremeño". Aunque su primer smartphone llegó en diciembre de 2014, la fama no les llegó hasta la pasada semana, con un reportaje en El Español en el que presumían de tener un teléfono muy similar a un iPhone 7 a un precio tres veces inferior a la creación de Apple.

Todo acabó en que se parecía más a un Xiaomi, de hecho es que estábamos frente a una empresa que tan solo estaba comprando distintos modelos de la marca china, les ponía sus logos y su software y lo vendía como "100% extremeño". Tras varios días de silencio, Zetta emitió un comunicado lleno de excusas y han dado la cara en distintos medios, pero lo que realmente tenían que haber hecho era seguir el camino de Weimei.

Eric (o Bojun) Cui, dueño de la empresa tras Zetta, y Unai Nieto, que en un principio hablaba como co-fundador y ahora se vende como un simple empleado, estuvieron este pasado en Espejo Público y concedieron una entrevista este mismo sábado a El Mundo, intentando en ambos casos seguir defendiendo sus actuaciones y llegando a decir que han sentido miedo.

Las excusas que han empleado en ambos medios han sido las mismas que ya intentaron vendernos en su comunicado: la red ha malinformado sobre lo que hacen y ellos aportan valor a teléfonos comprados a través de un proveedor que les autoriza a modificar el software y personalizar los terminales con su logotipo. Pero lo cierto es que hay varios puntos que los responsable de Zetta no tienen cómo defender.

De ensamblar en Zafra nada de nada

“Aunque nosotros facturemos un diseño, China nos saca años luz en tecnología para la producción y ensamblaje de circuitos, porque lo cierto, eso es rápido de entender, es que a día de hoy no es viable fabricar esas placas aquí. Nos gustaría y esperamos que llegue el día en que podamos asumir todo el proceso y que todo el dinero invertido y generado se quede en la región. Pero por el momento, la gran verdad es que tenemos que fabricar las placas allí y ensamblarlas aquí

El fragmento anterior lo hemos obtenido literalmente de la entrevista en El Español y por lo demostrado, de ensamblados en Zafra tienen poco estos móviles. Ya hemos visto como por ejemplo se tapaba la marca Mi de las cajas con pegatinas con la bandera de Extremadura, algo similar a lo que hacían con las baterías. Si con personalizar las tapas con la bellota mordida (que por cierto, parte de una imagen que fácilmente se puede encontrar en Google) ya pueden decir que el móvil está ensamblado en Extremadura, no queremos ni imaginar la de marcas locales que habrá en cada país del mundo.

Justificando el uso de CyanogenMod

Otro de los puntos es que Zetta ha usado CyanogenMod en varias ocasiones, algo que está tajantemente prohibido con fines comerciales, ya que para hacer negocio ya existe CyanogenOS, versión usada por OnePlus o BQ, entre otros. En la entrevista en Espejo Público Unai Nieto aseguraba que con las modificaciones realizadas por ellos podían consideran que el software ya era suyo, algo que no sirve como excusa. Igualmente Zetta ya habría dejado de usar CyanogenMod en sus últimos terminales.

De Corning Gorilla Glass o JBL ni rastro

Un punto importante que podría poner en serios problemas a los responsables de Zetta, tanto con empresas como con consumidores, es el uso de las imágenes de Corning Gorilla Glass y JBL en las cajas de sus móviles. Salvo que Zetta haya hecho magia con los Xiaomis que renombraban, de ambas empresas no hay nada en sus móviles, por lo que poner sus logos en las cajas de los móviles es directamente un engaño, por el que no han sido interrogados en ninguna de las entrevistas.

El imposible de adaptarse a redes no compatibles

Finalmente, otra de las excusas que no podemos tomarnos como valida es la de que ellos están adaptando móviles chinos a "las redes y el uso europeo". Podrán traducir idiomas o cambiar iconos para que sean más reconocibles que los que traen de por sí los terminales de Xiaomi, pero si uno de esos teléfonos no es compatible con la banda de los 800 MHz (por poner un ejemplo) poco o más bien nada puede hacer Zetta para que lo sea.

La gran diferencia que les separa de Weimei

Los responsables de Zetta, viendo que hay varios puntos de su manera de actuar que no tienen posible defensa, podrían haber seguido el ejemplo de Weimei. Hablamos también de una marca local, afincada en Madrid en su caso, que con un equipo igual de reducido tiene en el mercado ya cuatro smartphones de distintas gamas.

La principal diferencia es que desde Weimei nunca han presumido de cosas que no hacían, ya en nuestra entrevista de marzo nos contaron que trabajaban con Gionee para el diseño y fabricación de sus teléfonos y en su propio blog recogen esa especial relación. De hecho esta misma semana han emitido un comunicado para desvincularse de las prácticas de Zetta, asegurando que ellos nunca han mentido ni escondido nada.

La diferencia es que Weimei no ha engañado o intentado tapar la verdad, la colaboración con Gionee es conocida

¿Qué problema hay en que una empresa española compre a una marca china sus smartphones, les coloque su logo y software y lo venda al precio que considere adecuado? Mientras el acuerdo con esa marca exista (que no es el caso de Zetta) y no se intente ocultar no hay ningún problema. Es lógico que el precio se incremente, dado los impuestos a pagar por la marca y el consumidor, el trabajo en el software o el servicio técnico y garantía local ofrecida, y los usuarios son libres de decidir si les merece la pena o no pagar esa diferencia, pero siempre con toda la información veraz sobre la mano.

En Xataka | ¿Qué hacen las marcas españolas de smartphones además de ponerle el logo a un móvil fabricado en China?

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