Motorola recientemente ha estado hablando de las actualizaciones a Ice Cream Sandwich de sus teléfonos, en la lista de terminales que se compartía no había nombres importantes como el Motorola Droid 3 o el Droid X2, que se quedarían en Android 2.3.
En el mercado norteamericano, donde funcionan la mayoría de los teléfonos de la firma americana, ha habido un buen revuelo al respecto, por lo que Motorola ha querido contestar públicamente sobre la decisión tomada:
Nosotros trabajamos muy estrechamente con Google (China ha dado el visto bueno para su adquisición) y las operadoras en cada actualización, y obviamente queremos que las nuevas actualizaciones mejoren nuestros teléfonos. Pero si no van a conseguirlo, no vamos a realizar la actualización.
Es una respuesta que no tiene mucho sentido, teniendo en cuenta que los dos teléfonos que citamos cuentan con un hardware relativamente moderno, como procesador de doble núcleo. Eso sí, se quedan en 512MB de RAM, algo que parece no casar demasiado con Android 4.0.
Entendemos que el funcionamiento no puede ser el mejor, como ya hemos visto en un teléfono poco potente como el HTC One V, pero la realidad es que se pierde el acceso a interesantes aplicaciones como Chrome, que necesita de Android 4.0, y otras muchas que están por venir. No considero que tener la última versión Android sea un capricho, y menos en teléfonos como los Motorola citados.
Los teléfonos que mejor se están vendiendo, Motorola RAZR y su versión MAXX, sí tendrán la actualización a la última versión del sistema operativo de Google. Curiosamente estos sí cuentan con 1GB de RAM en su interior.
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