Qué tiempos aquellos en los que te intercambiabas papelitos con tus compas de clase y solíais quedar en el mismo sitio y lugar. Ahora lo más normal es valerse de chats a través de apps de mensajería o de redes sociales para comunicarse. La generación Z nació en la era digital y eso supone grandes ventajas como una integración total con dispositivos e internet. Pero también tiene efectos colaterales y uno es tan grave como perder una habilidad que acompaña a la humanidad desde hace más de 5.5000 años: la escritura a mano.
Fueron las civilizaciones china, egipcia y sumeria quienes se iniciaron en este arte y forma de comunicación, que después se restringió a ciertos segmentos sociales, como el clero y la alta sociedad. No fue hasta la Revolución Industrial y la invención de la imprenta que el aprendizaje de la lectura y la escritura comenzó a democratizarse. Pero la escritura a mano se está perdiendo entre la juventud y no solo eso, también ha caído un 40% la fluidez comunicativa.
La escritura digital pasa factura a la generación Z
Türkiye Today se hace eco de varios estudios y declaraciones del profesorado de diferentes universidades llegando a una conclusión: la Generación Z se ha acostumbrado tanto a la escritura digital que el paso a la escritura tradicional a mano se le atraganta. Pero ojo, no a cualquier escritura digital: también a los clásicos teclados de PC, así pues el principal sospechoso es el móvil y sus apps, donde son auténticos expertos.
Como cualquier otra habilidad, cuando no se practica con cierta frecuencia se va oxidando y la escritura a mano no es una excepción. Así, además de la pérdida de ciertas normas ortográficas fruto de una escritura informal y abreviada, la juventud ha ido perdiendo lo de escribir a mano, lo que se traduce en redactar líneas torcidas y una caligrafía ininteligible.
Como evidencia un estudio de la Universidad de Stavanger en Noruega, con solo un año centrándose solo en la escritura digital, el 40% del estudiantado perdiesen fluidez en su escritura a mano. Y eso no es lo peor: que las redes sociales sean la meta de los textos de la generación Z tiene como consecuencia que eviten frases largas y fallen a la hora de construir párrafos con sentido.
Ya sea a mano o con el móvil, la gen Z falla elaborando párrafos con frases largas e independientes y también estructurando correctamente argumentaciones, lo que se traduce en que cuesta más intentar entender sus textos. Pero no todo es malo: su capacidad de síntesis para explicar cualquier concepto en 10 palabras o menos ha mejorado considerablemente. Eso sí, si lo que toca es profundizar, la misión se complica.
Portada | Foto de RDNE Stock project en Pexels
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