Apple contra Samsung: cronología de una historia interminable que llega a su fin

Todo comenzó en abril de 2011. En aquel momento Apple demandó a Samsung por copiar patentes de diseño de su iPhone e incluirlas en sus productos, especialmente en las familias Galaxy S y Tab pero también de software, como detalles de la interfaz de usuario de iOS.

Solo un año más tarde los coreanos fueron declarados culpables de infringir las patentes que señalaba la demanda, siendo condenados a pagar 1.052 millones de dólares a Apple. Sin embargo, la historia no acabó aquí, sino que ha durado seis años más. Para entender qué ha pasado durante todo este tiempo vamos a hacer un repaso cronológico por esta batalla interminable que al fin parece haber llegado a su fin.

2011: Apple demanda a Samung

Como decimos, tenemos que remontarnos a abril de 2011, fecha en la que se originó todo este tumulto. Apple demanda a Samsung por la apropiación de seis patentes registradas. En dicha demanda hasta veinte dispositivos fueron introducidos en la acusación. Los protagonistas de dicha acusación corresponden principalmente a las familias Galaxy S y Galaxy Tab.

Samsung respondió rápidamente a la demanda, asegurando que no solo lucharía por proteger su propiedad intelectual y su imagen en el mercado, sino que también estaba estudiando la posibilidad demandar de vuelta a Apple por copiarle patentes relacionadas con estándares de comunicación.

2012: Comienza el jucio

En julio de 2012, y a pesar de las reuniones previas para intentar sacar de los tribunales el asunto, comenzó el juicio de la demanda interpuesta por Apple a Samsung. Un jurado compuesto por nueve personas y con la jueza Lucy H. Koh al frente, debía dictaminar si realmente Samsung se había apropiado y estaba sacando partido de la propiedad intelectual registrada de los de Cupertino.

Apple pedía 2.500 millones de dólares por los daños producidos por las ventas de los productos de Samsung que llevaban supuestamente sus patentes y tras tres días de deliberaciones el jurado proclamó una veredicto: Samsung ha copiado. Los coreanos fueron condenados a pagar a Apple una cifra cercana a los 1052 millones de dólares, pero por supuesto, apelaron.

Solo un mes después, en septiembre de 2012, Samsung se alió con HTC para demandar a Apple por violación de patentes de conectividad y así intentar bloquear las ventas del iPhone 5.

2013 y 2014: la lucha sigue

Tras las apelaciones de Samsung y las demandas de vuelta aplicadas a Apple, las vistas se siguieron sucediendo. El 30 de enero de 2013 la jueza del caso dictaminó que Samsung no infringió intencionadamente las patentes de Apple, sentencia contraria a la determinada por el jurado en agosto de 2012.

Casi al límite de terminal el año, en 31 de diciembre, Apple y Samsung retoman las negociaciones por la vía extra judicial para tratar de llegar a un acuerdo. Las reuniones no son fructíferas así que ambas compañías comunican a la jueza Lucy Koh que no han sido capaces de alcanzar un acuerdo y que en consecuencia siguen adelante por la vía judicial.

En junio de 2014 llega otro varapalo para Samsung tras colocarse en una situación bastante complicada; son condenados a pagar un millón de dólares más a Apple por haber filtrado documentos internos de Apple. No es la primera vez que Samsung pasaba por algo así. En agosto de 2012, justo después de la primera sentencia, la compañía de filtrar en la red documentación a su caso con Apple.

2015, 2016 y 2017: vaivén de sentencias

En diciembre de 2015, Samsung se vio obligada a pagar a Apple 548 millones de dólares por orden del juez pero en diciembre de 2016, la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos desestimó el dictamen. El tribunal dio la razón a Samsung, que pedía no entregar todas las ganancias de los dispositivos que según la sentencia violaban las patentes del iPhone, ya que sus dispositivos contaban con más tecnologías patentadas, no solo las implicadas.

El argumento por el que el tribunal revocó la sentencia se basaba en el mismo principio que alegaba Samsung: «el culpable de violar una patente no debe entregar siempre todas sus ganancias de la venta de productos que si estos cubren solo ciertos componentes y no el producto completo». Gracias a este fallo en la sentencia, Samsung podía recuperar 399 millones de los 548 condenados a pagar a finales de 2015.

En noviembre de 2017 el Tribunal Supremo de los Estados Unidos rechazó una nueva apelación por parte de Samsung sobre la sentencia que le acusaba de copiar características de Apple como el 'slide to unlock' o el sistema de autocorrección. Desde el primer veredicto Samsung estuvo apelando bajo la premisa de que desde el comienzo de las demandas, no se habían aplicado de forma correcta los procedimientos sobre patentes, apelaciones que los tribunales fueron desestimando y que nos llevan a la resolución actual.

2018: el fin de una guerra

Tras una concatenación de demandas, veredictos y apelaciones, parece que la batalla entre ambos gigantes ha llegado a su fin. Tras la sentencia de 2012, ni los intentos de acuerdo extra judiciales ni las demandas de Samsung a Apple evitaron que se llevase a cabo la audiencia final para el caso.

El veredicto final otorga la razón a Apple, y a 25 de mayo de 2018 condena a Samsung a pagar 538,6 millones de dólares a Apple por haber infringido la propiedad de sus patentes. El importe deberá ser entregado a Apple con carácter inmediato y finalmente la cantidad no está basada en las ganancias que Samsung obtuvo con las ventas de los productos que copiaban las patentes (como se pedía originalmente) sino en «los daños que sufrió Apple» por el valor que perdieron sus innovaciones.

En Xataka Móvil | Apple vs. Samsung: la guerra de patentes entre los dos titanes se sitúa de nuevo en el puesto de salida

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