En Xataka Móvil hemos usado tres pendrives con dos tipos de adaptadores de corriente
Aunque por norma general no ocurra nada, hay una serie de advertencias a conocer sobre este tipo de pruebas
La curiosidad en el ámbito tecnológico nos lleva a plantear dudas de todo tipo, hasta en los asuntos más triviales. Y la duda acerca de lo que ocurre al conectar un lápiz de memoria a la corriente por medio de un adaptador USB, por estúpida que parezca, nos ha generado dudas en alguna ocasión.
En estos últimos días se ha empezado a viralizar un vídeo que, pese a tener ya más de cinco años, resuelve en cierto modo esta duda. En Xataka Móvil hemos querido comprobarlo por nuestra cuenta y ya te adelantamos que no ha ocurrido nada grave, aunque hay ciertas advertencias que debemos realizar al respecto.
No pasa nada, pero podría pasar
Dos adaptadores de corriente y hasta tres unidades de memoria hemos utilizado para este experimento. Los tres pendrives eran USB-A, normales y corrientes como los que cualquiera puede tener por casa y con capacidades de 32 GB dos de ellos y de 8 GB otro, aunque al final eso es indiferente.
Respecto a los adaptadores de corriente, uno de ellos es USB-A de 10 W, por lo que la conexión con los pendrive es directa y de ahí a la corriente. El otro es un adaptador USB-C de 68 W al que hemos sumado otro adaptador intermedio que permitiese conectarlo.
Una vez nos hemos puesto a probar las diferentes combinaciones, y pese a que ya te habíamos hecho un spoiler anteriormente, no ocurrió nada más allá de que el LED dos de los pendrives se encendió. De hecho, es justo lo que esperaba de acuerdo al citado vídeo y teniendo en cuenta que esa luz también se enciende al conectar esas unidades a un ordenador. En el otro pendrive no se encendió nada, básicamente porque ni siquiera tiene LED.
¿Y por qué no ocurre nada? En cierto modo, es lógico pensar que el pendrive podría sobrecalentarse al recibir mucha corriente de golpe más allá de la que está preparado para soportar. Y la respuesta es que realmente no está recibiendo exceso de corriente porque los adaptadores son capaces de entregar más o menos energía dependiendo del dispositivo que se conecte a él.
Podríamos decir que el adaptador de corriente necesita una cierta comunicación para entregar energía. Para entenderlo mejor, es como si al conectar un móvil, este le dijese al adaptador "hola, soy un móvil y necesito toda esta potencia". Sin embargo, no existe comunicación alguna al conectar un pendrive y el adaptador le entrega el mínimo posible. Osea, que al final está recibiendo muy poca energía y la cual es capaz de soportar sin problemas.
El asunto se pone algo más serio si se usa un cargador de mala calidad que no tenga certificados de seguridad. Un trágico suceso ocurrido el domingo en Navarra nos hacía recordar la importancia de usar cargadores de calidad para el móvil. Y al igual que es peligroso con un smartphone, puede serlo de cierto modo en un pendrive.
Eso sí, no va a explotar ni nada similar. Los pendrive no poseen batería que pueda incendiarse, aunque sí que podrían chamuscarse alguno de sus pines. Por tanto, el principal peligro al que te expones en esos casos es a que se pierdan los datos que tenías almacenados en su memoria y que el accesorio deje de funcionar.
Por tanto, más allá de saciar esa curiosidad, lo cierto es que es nula la utilidad que tiene este experimento. Como ya decíamos, los pendrives no poseen una batería que necesite recargarse, dado que se alimenta ya cuando lo conectamos a un móvil u ordenador. Y sabiendo que no vamos a transferir datos con una toma de corriente, el asunto se vuelve aún más irrelevante.
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