Creía que los plegables tipo concha eran el futuro. Después de usar uno, me he dado cuenta de que estaba totalmente equivocado

Poder compactar un móvil de casi 7 pulgadas es genial para su portabilidad, no tanto para la comodidad del usuario

Hace un par de décadas, disfrutábamos llevando el teléfono móvil en el bolsillo, con unos dispositivos realmente compactos, muy duraderos y sobre todo, menos capaces que los actuales smartphones. Ahora, los teléfonos plegables permiten fantasear con esto junto a toda la potencia que el hardware moderno (y Android) nos proporciona.

No me refiero a los plegables tipo "Fold" sino más bien a los "Flip", los tipo concha que consiguen compactarse hasta formar un diminuto cuerpo. Pues bien, después de unos meses de uso, puedo concluir que estos dispositivos no están hechos para mi uso. Tengo mis motivos y alguna que otra idea para potenciar lo que es -para mí- su punto débil.

Quizá no soy el target de este tipo de teléfonos

De base, tenía la idea preconcebida de que un Flip me vendría mejor: tengo manos grandes, pero suelo salir a la calle sin mochila. Por tanto, mi móvil va siempre en uno de los dos bolsillos, cuando no, en la mano porque me resultan tremendamente incómodos. Por eso creía que un Flip -al plegarse- satisfaría mis necesidades. Y sí, en este sentido, lo hace.

Es un placer doblar el móvil hasta convertirlo en la mitad de largo de lo que era. Ahora sí, puedo llevarlo en el bolsillo sin que me termine incomodando. No obstante, encontre un obstáculo peor: tener que abrirlo cada vez que quiero interactuar con él.

En mi caso, hablo de un OPPO Find N2 Flip, un auténtico buque insignia, y con una pantalla externa muy versátil. No lo suficiente para evitar que cada dos por tres deba desplegar el móvil, volver a plegarlo al terminar y devolverlo al bolsillo. Así 30 veces a lo largo del día.

Por esto miro a los plegables todavía de refilón, e incluso empiezo a verle más sentido a los "Fold". Al fin y al cabo, ¿Quién no quiere un smartphone que se transforma en tablet? Para ser productivo o bien para disfrutar de streaming en una mayor diagonal, son imbatibles.

Motivos de peso. O mejor dicho: de grosor

El obstáculo que comentaba antes y que finalmente ha derruido mi idea, se cimenta también sobre algunas especificaciones de estos móviles. Por regla general, al plegar un tipo concha, tenemos un grosor bastante pronunciado, tanto como para que igual compense soportar el largo de un smartphone convencional.

Además, desplegado no transmite la misma solidez y firmeza, sin mencionar que los biseles de la pantalla interior no están tan afinados. Sí, los smartphones llegan como mínimo a las 6,2 pulgadas aproximadamente, pero sus cuerpos están mejor aprovechados.

Por otro lado, vemos cómo las mejores cámaras del mercado se quedan para los flagship de las firmas, por el momento no van a los plegables por muy caros que sean. En definitiva, los alicientes que veía en un principio se han ido difuminando con el paso de las semanas y de ese efecto "wow" que causa sujetarlo por primera vez.

Aunque, eso sí, sopesaría su compra en un futuro si cambia el hecho de que dependa tanto de abrirlo y cerrarlo. Sea a través de unas mejores pantallas externas o bien con soluciones alternativas, como la IA.

Mi deseo no es más que una fantasía: móviles compactos de por sí

Tal y como afirmo, mi deseo es que volviesen los móviles de 5,5-6 pulgadas, pero esta vez con cuerpos realmente reducidos. Como es algo utópico, y contrario a las tendencias del mercado (obviamente también a lo que suelen querer los usuarios), pido, aunque sea, un plegable tipo concha con pantalla externa completamente independiente.

Es decir, una pantalla con el sistema al completo, sin restricciones ni cambios. De esta manera, evitaríamos que la tediosa acción de despliego-pliego fuera tan frecuente, ganando en celeridad y comodidad. El panel interior quedaría en exclusiva para usos multimedia o de productividad más avanzados, como escribir un correo o ver la última serie de moda en Netflix.

Está claro que las pantallas externas de los plegables Flip no están hechas para ser el método principal de entrada. Imagen de Alejandro Alcolea para Xataka

Alternativamente, una Inteligencia Artificial al estilo de la del Rabbit R1, también encajaría en este tipo de plegables. La interacción por voz sería entonces esencial, para no necesitar desplegar el panel interior cada poco tiempo. Quizá me pase de frenada, pero con estas ideas reconsideraría la compra de un Flip. Y sobre todo, pienso que ganarían enteros y bastante sentido.

Los Fold no necesitan argumentos para presentarse, se bastan con una pantalla similar a la de una tablet que puedes llevar en el bolsillo. Los Flip... Pues bueno, sí, son muy cómodos de llevar en el bolsillo, pienso que no tanto de utilizar. Aunque, cada uno que disfrute del mundillo como mejor le venga: para gustos, los colores.

Imágenes | Mario Arroyo para Xataka

En Xataka Móvil | He probado un primer plegable "económico" y creo que este es el camino para abaratar esta tecnología

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