Hace un par de años el Bulletin of the Seismological Society of America señalaba que los smartphones modernos y sus acelerómetros podrían convertirse en un medio adecuado para detectar seísmos. Por supuesto, se proponían la realización de más pruebas y estudios para confirmar esta curiosa funcionalidad, algo que han hecho en la Geological Survey de Pasadena.
En un reciente estudio dirigido por Sarah Minson han analizado el papel de los teléfonos inteligentes, de sus acelerómetros y sistemas de localización GPS en una potencial red de detección de terremotos en tiempo real que esté siempre disponible y alerta.
Para ello han recogido y utilizado los datos del terremoto de magnitud 9 producido en Japón en 2011 capturados por los sismógrafos tradicionales y los han comparado con los datos que pueden capturar los teléfonos actuales. El resultado es que, a través de un procesamiento adecuado de la información, los smartphones pueden servir perfectamente para detectar los primeros síntomas de un seísmo de magnitud 7 o superior.
Sólo se necesita una aplicación especial que se encargaría de recolectar los datos, analizarlos y compartirlos con la red global de detección que a su vez realizaría un mapa detallado con los movimientos tectónicos en todo el mundo gracias a la amplia penetración de los teléfonos inteligentes.
¿Cómo de precisa sería esta red de detección? Pues los autores del estudio afirman que mucho, ya que los acelerómetros y GPS de los teléfonos son bastante buenos. El problema es que con un sistema así sólo se podrían anticipar los temblores con unos pocos segundos (como mucho decenas) de antelación, lo cual en la práctica reduce la utilidad del invento, aunque sí podría ayudar a salvar vidas.
Por el momento se trata de un estudio teórico. Ahora el siguiente paso es llevar a la práctica la idea, algo que harán a partir del próximo año para conocer realmente cómo funciona su sistema.
Más información | Science Advances
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