La CNMC ha publicado los resultados de su estudio “Caracterización del uso de algunos servicios over the top en España“, en el que analizan, entre muchas otras cuestiones, las tendencias de los usuarios de telefonía móvil al contratar y utilizar diferentes servicios OTT (Over The Top), es decir, aquellos que funcionan a través de Internet, pero que no son gestionados por las operadoras móviles.
Uno de los más claros modelos OTT es el de las aplicaciones de mensajería instantánea (como por ejemplo Whatsapp y compañía), que a través de un acceso a Internet (ya sea WiFi, 3G, 4G, etc.) nos permite comunicarnos en tiempo real y diferido. ¿Cómo está el panorama de este tipo de servicios en España?
Pues según los datos de la CNMC, el espectacular crecimiento entre 2011 y 2014 de líneas móviles con acceso de Banda Ancha en nuestro país (134,5%) ha llevado parejo un incremento exponencial de los usuarios que utilizan mensajería OTT. En concreto, en la actualidad el 76,2% de los poseedores de un terminal móvil emplea este tipo de aplicaciones y más de la mitad de ellos declara que las usa diariamente.
Los SMS, en peligro de extinción
Los mensajes de tipo SMS han sido durante muchos años uno de los productos estrella de las operadoras. Sin embargo, la balanza se ha inclinado por las aplicaciones OTT. Su consumo por línea de móvil ha disminuido un 61,5% desde el último trimestre de 2011, de forma paralela al incremento de terminales con acceso a Internet.
Entre los usuarios de estos servicios de mensajería OTT, un 63,3% declaran que no utilizan servicios SMS y un 23,5% que redujo sus consumos a la mitad o más.
Esta situación podría parecer que propicia una pérdida de ingresos por parte de las operadoras, pero según indica el informe de la CNMC, sucede al contrario, ya que son las aplicaciones de terceros las que impulsan la contratación de tarifas de Internet.
Además, España es el país de la UE en el que se está perpetuando con mayor fuerza este modelo de aplicaciones de mensajería OTT, con un 83% de usuarios que la utilizan al menos una vez a la semana, muy por encima de países como Alemania (43%) o Francia (15%).
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