El crecimiento de bq es innegable y dada la situación en la que se encuentra el mercado del smartphone, cada vez más saturado con una competencia constante y precios a veces imbatibles, es particularmente notable. La marca nació para atender al usuario que busca la sencillez en un terminal con materiales de calidad y un software sin excesos ni florituras, y sobre todo una alternativa asequible y con un servicio post-venta satisfactorio.
Desde los primeros bq Aquaris en 2013, la marca ha ido ampliando el catálogo presentando distintas alternativas atendiendo a la diagonal de pantalla hasta que en 2014 nació la serie E, siendo los primeros terminales diseñados 100% en España. Algo que para el cliente representa un factor importante, sobre todo de cara a la elección con respecto a los terminales chinos de bajo coste. Y el diseño es una de las claves del bq Aquaris X5, el terminal que la marca ha presentado hoy subiéndose al carro de la construcción en metal.
Unas tripas que nos suenan
El nuevo lanzamiento de bq se consolida como la nueva apuesta de media gama del fabricante. Hablamos por tanto de una evolución relativa, dado que con respecto a sus especificaciones se quedaría a medio camino entre el bq Aquaris E5 4G (de finales de 2014) y el bq Aquaris M5 (a mediados de este año).
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Precio Aprox. |
Lo aceptable es el pasado
En la genética de bq encontramos diseños sencillos y sobrios en policarbonato blanco o negro. Formas rectangulares, ángulos rectos y nada de curvas, salientes o combinaciones en metal u otros materiales. Algo que a parte de seña de identidad ayudaba a que el terminal agradase a una mayoría evitando que una distinción en cuanto a diseño pudiese suponer un contra en la elección del usuario.
Esto es lo que parece que está cambiando. Quizás lo estándar no venda en un cierto sector de público que busca sensaciones más premium sin necesidad de tener la CPU más potente, tener un terminal más grande o, sobre todo, pasar de una línea de precios de la que el Aquaris X5, sin ser un terminal estrictamente de bajo coste, queda aún lejos.
Así, el nuevo bq es, por tanto, un reclamo al amante del metal y las curvas que hasta el momento no tenía ojos para unos terminales con la discreción como característica. De momento, un primer brote de una nueva estirpe de la compañía que representa una declaración de intenciones y, a su vez, un carraspeo importante a su competencia más cercana, como pueden ser el Moto G 2015 o el Samsung A5, también construido metal.
De low-cost a mid-cost y oro rosa porque me toca
Los 179 euros de aquel primer bq Aquaris 4.5 o los 129 del Aquaris E4 quedan hoy un poco más lejos tras un Aquaris M5 que ya subió a los 259 euros. Un crecimiento del precio acorde con una mejora de las características y manteniéndose en la línea de sus rivales.
El bq Aquaris X5 parte de 229 euros y se convierte en un primer adoquín curvo y metalizado de un nuevo camino para el fabricante. Una nueva serie, una X que representa una aspiración a ser la opción premium de la media gama y que pretende marcar una diferencia con respecto al anterior sin destacar en configuración (aunque manteniendo una batería que en la actualidad no es nada despreciable) y sin un precio que sirva como azote a su competencia (tanto externa como propia).
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