La situación de los refugiados es preocupante y no parece ir a mejor pese a los esfuerzos que diversos colectivos ponen a varios niveles. Uno de ellos es Aliim, una organización sin ánimo de lucro que lucha para que todos los niños del mundo reciban educación y cuya principal acción es el programa Smartphone School Program, una iniciativa en la que como se puede deducir el móvil es la clave.
Varias asociaciones han puesto el ojo en la tecnología a la hora de que estos niños no se vean desprovistos del todo y tengan un mínimo acceso a la educación. Y no es extraño, dado que las tiendas de apps disponen de miles de apps sobre educación, sólo en la App Store ya llegan a 80.000 según apuntan en The Guardian, donde se hacen eco de la propuesta de Aliim.
¿Móviles y pobreza?
Puede parecer contradictorio este planteamiento dado que tener un smartphone no deja de ser un gasto, por los gastos de la tarifa más allá del coste del dispositivo. Pero según explican en Aliim el 68% de los refugiados sirios en El Líbano tienen al menos un móvil por familia. Muchos de ellos vienen de los núcleos urbanos de Beirut o Amman, donde no es demasiado complicado hacerse con un terminal.
Además, parte del programa de Aliim incluye recoger móviles de quiene quieran donarlos a la causa, para poderlos repartir en las familias que no lo poseen. ¿Y cómo reciben exactamente los niños la educación mediante el móvil? Con la app que la asociación está preparando para ser lanzada en agosto, la cual funcionará al 80% offline, minimizando la necesidad de disponer de conexión a la red.
El objetivo es que los niños puedan tener una educación interactiva sin coste y a falta de aulas, transporte o profesores. En Aliim creen que un programa educativo desde el móvil puede solucionar en parte estos problemas, y así lo explica Janae Bushman, fundadora de la asociación.
Cualquier smartphone puede convertirse en el aula de un niño refugiado. Donde quiera que estén, pueden estar en clase.
Que el cerebro se cultive con lo básico
El programa educativo inicialmente se centrará en la alfabetización y aritmética arábica básicas así como de conocimientos generales, incluyendo inglés y nociones de comercio electrónico y emprendimiento en este sentido. Está diseñado para que sea tanto individual como colectivo y, como decíamos, habrá gran parte de el disponible offline.
En principio estará dirigido a niños cuya edad esté comprendida entre los 12 y 16 años, esperando alcanzar los 10.000 alumnos al final de 2017 sumando los programas en Amman e Irbid (Jordania) y Beirut y Sidon (Líbano), y a la espera también de recibir más fondos y colaboraciones. Así, si los primeros programas tienen éxito, la organización espera poder llevarlo a más países donde haya más población en esta situación.
Dependiendo del éxito del programa en los refugiados sirios, esperamos poderlo llevar a otros contextos en los que hay refugiados, posiblemente Sudán del sur o Uganda. Las diferentes poblaciones tienen diferentes niveles de alfabetización y tecnología y la app se ha de ajustar en cada caso.
Más iniciativas con el móvil
Además del programa de Aliim, el gobierno de Noruega y la [World Vision](ONG http://www.wvi.org/) han iniciado un movimiento similar invitando a que los desarrolladores envíen sus ideas para la creación de una app educacional para los refugiados en la competición EduApp4Syria, con el objetivo es lograr tener dos apps educativas para esta población. Berger Brende, ministro de Asuntos Exteriores noruego, recuerda que es relativamente habitual que tengan smartphone dado lo clave que puede ser para estar en contacto con sus familiares.
Casi todos los núcleos familiares tienen smartphones. Son una herramienta crucial para permanecer en contacto con amigos y familia así como para acceder a la información importante.
War Child es otro ejemplo de asociación que está trabajando en programas de e-learning, y además de estas iniciativas electrónicas las asociaciones continúan luchando porque haya también opciones de educación tradicionales para estos niños. Así, el programa de Aliim necesita más ayuda para lanzar la app y es por ello que sigue buscando colaboradores entre las compañías tecnológicas, así como voluntarios que ayuden con el código, el diseño o cualquier fase de desarrollo de la app.
Vía | The Guardian
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