No siempre se les ha sabido definir y la terminología ha chocado varias veces con lo políticamente correcto, pero la expresión que desde hace un tiempo se lleva utilizando sí parece acertada a varios niveles cuando hablamos de los llamados mercados emergentes. Unos países cuya economía es la antítesis de las grandes potencias, pero que justo por el hecho de estar emergiendo los hace tan necesitados como necesarios.
Al menos es lo que ocurre a nivel de tecnología en general. Muchos de estos países carecían de infraestructuras para soportar las telecomunicaciones actuales en toda su extensión así como de los propios dispositivos, y desde hace un tiempo hemos visto como algunas de las grandes empresas ponían su acaudalado granito de arena en que esto cambiase, como en el caso de Google y Microsoft o algunos fabricantes de smartphones que han visto una oportunidad de expansión a nivel de venta y producción.
Del mismo modo, estos usuarios relativamente recientes han ido adaptando la tecnología a las necesidades autóctonas, y un claro ejemplo de ello es la India. País que, además de ser cuna de nuevos fabricantes en el ya hacinado panorama de las marcas de smartphones, ha encontrado en el teléfono móvil un recurso para intentar mejorar la salud pública y aspectos relacionados con la cultura y la sociedad.
El endémico e histórico problema de la superpoblación
La India tiene un total de 1.295 millones de habitantes con un porcentaje de población rural en torno al 70%. Una densidad de población cuyo incesante incremento supone una lucha complicada a varios niveles: los medios y la cultura. Como leemos en La información, incluso en los estados más pobres la media de hijos por mujer es de cuatro, y que esto baje a la mitad está costando décadas y en 2010 no se había logrado aún ni en la mitad de los estados.
Es por ello que la realización de campañas de esterilización no sea algo fuera de lo habitual, ya sea quirúrgica o mediante la implantación de dispositivos intrauterinos (DIU). Campañas que resultan mucho más fiables que la promoción de métodos anticonceptivos, los cuales suelen rechazarse en aquellas zonas donde persiste un fuerte remanente de machismo.
El smartphone como recurso para la planificación familiar
Es justo aquí donde el smartphone está jugando un papel importante según sabemos por ET Telecom, donde se hacen eco de un estudio que relaciona el uso de una app con el aumento del uso de métodos anticonceptivos en el país. Su fundamento: los vídeos explicativos que contiene, dirigidos específicamente a las mujeres casadas de las zonas rurales cuyo objetivo es ayudar a entender el papel de los anticonceptivos, con el fin de que éstas además confíen en los programas de planificación familiar.
Se trata de Gyan Jyoti (que significa "fuente de conocimiento"), una app desarrollada por el Centro Johns Hopkins para Programas de Comunicación (CCP) y diseñada con el fin de que los trabajadores de la salud del país (ASHAs) la usen. La app se encuadra dentro del Proyecto Ujjwal llevado a cabo por la organización británica Palladium, y se ha probado en Bihar, uno de los estados más deprimidos económicamente del país con altas tasas de descendencia por mujer.
El contenido de esto vídeos es de varios tipos con el fin de que su contenido motive un entendimiento y un cambio en el mayor número de usuarios. Hay vídeos de carácter explicativo en cuanto a aspectos de la planificación familiar o los métodos contraceptivos, así como testimonios de parejas que los han usado y una sección de preguntas y respuestas por médicos con el fin de resolver dudas y eliminar falsos mitos.
Al parecer hay una clara diferencia en la percepción tras ver estos vídeos. Según el estudio las mujeres que han usado la app se mostraban partidarias a emplear los métodos contraceptivos actuales 4,5 veces más que aquellas que no habían visto estos vídeos. De este modo el equipo liderado por Sanjanthi Velu ve en los teléfonos móviles una herramienta para el cambio social, ya no sólo por la app, sino por el hecho de que las mujeres puedan tener conversaciones directas con el personal sanitario y especializado en estas materias.
El papel de WhatsApp en la organización de los trasplantes
A la mayoría nos vendrá a la cabeza de todo menos organización cuando hablamos de grupos de WhatsApp, pero en este caso se trata justo de eso. La popular app de mensajería es la elegida para coordinar los trasplantes por parte de los equipos médicos implicados, una logística compleja en parte dado el poco tiempo que hay para que un órgano llegue en buenas condiciones desde que se extrae del donante hasta el receptor.
Así lo explican en el podcast The Intersection, en el que Padmaparna Gosh y Samanth Suramanian entrevistan a los voluntarios que colaboran en la organización de los trasplantes de órganos en la India. Explican que se organizan en un grupo de WhatsApp en el que participa todo el personal del país relacionado con la coordinación de trasplantes. Todo un ejemplo de organización cuando hay más de cien participantes en ese grupo y se logran coordinar operaciones como un trasplante de corazón desde Indore a Mumbai (unos 550 kilómetros) en apenas un par de horas.
Nuevos usos para no tan nuevas tecnologías
Hace unas semanas sabíamos del caso de @Fatibolady, una cuenta de Instagram que escapando a lo común ha adquirido un papel importante de ayuda social para muchas mujeres nigerianas que encuentran en ella un consultorio para sus problemas, a veces como única opción. Es otro ejemplo de cómo aprovechar tanto la tecnología como las apps para contribuir a mejorar ciertos aspectos de la sociedad, sobre todo cuando por tradición o cultura resulta difícil o se da un fenómeno de aislamiento informativo.
Como decíamos, India representa aparentemente una mina por explotar para algunos fabricantes, y no en vano el número de usuarios de smartphone aumenta a buen ritmo, tanto que se prevé que durante este año alcance a Estados Unidos sobrepasando los 200 millones de habitantes. No obstante, esto es aún un porcentaje bajo de teniendo en cuenta la población total del país.
Por tanto, que este número siga creciendo ayudará a que iniciativas como la de la app Gyan Jyoti funcionen mejor, sobre todo si la adquisición de terminales se distribuye por la amplia comunidad rural del país. Para ello será clave lo que hasta ahora ha estado funcionando, es decir, la venta de terminales de bajo coste, estrategia por la que obviamente optan fabricantes locales como LAVA o Micromax, cuyo modelo X1i (por unos 30 euros) fue precisamente un éxito en la India rural.
Vía | ET Telecom, The Intersection
Gráfico | Digital Statistics
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