Hoy es un día realmente especial. Hace nada menos que 20 años, tal día como hoy, se puso “la primera piedra” para hacernos llegar una invención que, aunque ya apenas se use como hace unos años, marcó parte de nuestras vidas.
El SMS (Short Messaging Service, Servicio de mensajes cortos en castellano) nació en Newbury, Berkshire (Reino Unido) el 3 de Diciembre de 1992 cuando el programador Neil Papworth envió un mensaje desde su ordenador a un amigo, empleado de Vodafone, para felicitarle la Navidad. La operadora descubrió entonces un sistema útil y divertido para comunicarse dentro de su propia empresa.
El nacimiento del SMS
De todos modos, no fue hasta siete años más tarde cuando se formalizó el uso de este nuevo sistema para comunicarse de forma rápida y personal sin tener que realizar una llamada de voz. Ahora son más de 8 trillones de SMS los que recorren nuestra red móvil mundial al año (al menos el pasado año), 15 millones por minuto.
En 1999 las operadoras, compitiendo entre ellas, comenzaron a usar el SMS como nuevo servicio para atraer clientes, ya que permitía múltiples formas de comunicación frente a la idea de usar los móviles sólo para llamar, que venían inculcando ellas mismas desde hace años.
La llegada del lenguaje SMS
El boom no se hizo esperar. El 92% de usuarios actuales de un Smartphone, con todas las opciones que tenemos ahora mismo, prefieren escribir un mensaje a llamar, imaginaos lo que supuso en esa época. Al principio fueron muchas las webs que ofrecían el envío de mensajes SMS gratuitos.
Los jóvenes situados entre 18 y 25 años fueron los usuario más potentes del sistema, ya que enviaban una media de 133 mensajes por semana. Otros datos curiosos son que los hombres se comunican más que las mujeres mediante mensaje, aunque sus mensajes son más cortos. También sabemos que el segundo uso más común de un terminal móvil es, precisamente, mandar SMS, el primero es mirar la hora.
En nuestro país, la llegada de la telefonía móvil de forma masiva a los ciudadanos de a pie a principios de la pasada década supuso el incremento sustancial del uso del SMS. El sistema se volvió tan popular que, durante una época, marcó incluso nuestra forma de expresarnos.
¿Quién no recuerda esos entrañables: “iO sOi UnA XiK mUi dvRtiDa”, “tkm”, o “a k ora ygs”? En efecto, el lenguaje SMS fue toda una revolución (sobre todo entre los más jóvenes) que nos permitía ahorrarnos unos cuantos caracteres dentro de los escuetos márgenes que nos ofrecía un SMS.
El problema de esta nueva moda fue el asalto a mano armada a la Real Academia de la Lengua que supuso su uso constante, por lo que no estuvo exento de numerosas críticas durante la época de su mayor apogeo, aunque su fin fuera ahorrar unos cuantos céntimos en nuestros bolsillos al evitar el envio de varios SMS.
Hacia mitad de la década de los años 2000, cuando teníamos un acceso arcaico a la red mediante el uso de la telefonía móvil, el SMS fue el responsable de la proliferación de empresas que ofrecían servicios de descargas de tonos, fondos y otros contenidos en nuestros terminales simplemente con el envió de un par de SMS a un número, por lo general, bastante corto y reconocible. Creo que aún hoy en día estas empresas siguen funcionando, aunque con un nivel de uso menos intenso.
Las televisiones y otras empresas también hicieron “su particular Agosto” a base de usar los SMS de sus espectadores como herramienta de voto o como vía para dar la oportunidad de mostrar sus opiniones sobreimpresionadas en pantalla. Este uso continúa hoy en día (sintonizad un canal de televisión local pasadas las 12 de la noche y veréis), aunque también a menor nivel que antaño.
El SMS y sus múltiples usos
La vida del SMS ha estado llena de anécdotas y usos bastante significativos. El record del mundo de velocidad a la hora de escribir un SMS lo tiene la noruega Sonja Kristiansen, que tardó 37.28 segundos en escribir el mensaje: “The razor-toothed piranhas of the genera Serrasalmus and Pygocentrus are the most ferocious freshwater fish in the world. In reality, they seldom attack a human.”
Pero tras tantos buenos usos que pueda aportar un SMS, también se esconde su cara más oscura (dejando de lado el Lenguaje SMS / choni): El acoso por SMS (sexual, bullying, etc) y el problema de escribir un SMS al volante, entre otros malos usos que podamos darle.
La lenta agonía del SMS a manos de sus sucesores actuales
Tras tantos años y tantas anécdotas, queda claro que el SMS ha sido el rey de las comunicaciones personales desde entonces, muy por encima de las propias llamadas, en contra de lo que pensaban las operadoras reticentes a usar el sistema.
Pero los tiempos mandan y ahora se lleva la mensajería sin restricciones, accesible y, a poder ser, gratuita (o de muy bajo coste). La expansión de la red 3G a través de los nuevos smartphones ha propiciado la llegada de servicios de mensajería instantáneos bastante evolucionados y eficientes, y bastante más económicos.
WhatsApp, Line, ChatON, y otros tantos, son ahora mismo los sistemas más usados para intercambiar mensajes entre usuarios. Las operadoras lo han intentado todo con tal de mantener la hegemonía del SMS (tarifas con bonos de SMS gratis, ofertas), pero parece ser que se han rendido y ahora están metidos de lleno en el proceso de crear su propio “WhatsApp” para desbancar al original, que tanto daño les ha hecho.
Aún así, el SMS, como decíamos al principio, sigue siendo un método ampliamente usado hoy en día, aunque creemos que su evidente declive no le hará compartir con nosotros otros 20 largos años de existencia como tal.
Después de tanto, lo único que podemos decirle hoy es: “Felicidades, y gracias, SMS, por habernos aportado tanto”. Seguramente se le escapará una lagrimilla en forma de emoticono elaborado.
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