Tenemos asumido que el móvil es una herramienta cada vez más completa y potente, pero no caemos en que el beneficio no sólo va de cara al usuario. Cuando algo pasa a ser una prolongación de nuestras manos y se trata de una fuente tanto de recepción como de emisión de información, dejamos una huella que puede traducirse como estadística para intentar determinar algunos aspectos de nuestra sociedad, y eso es lo que estudian desde la Universidad de Washington en Rwuanda.
De nuevo la actualidad se centra en un país africano, otra región que tampoco escapa al auge de usuarios que hemos visto en Tanzania, Nigeria y otros países del continente. En este caso hablamos de un aumento del 70% en la penetración de uso de móviles a finales de 2014, un incremento de unos 50.600 clientes de las operadoras al mes desde el año anterior según la RURA (Rwanda Utilities Regulatory Agency).
Una cifra que habrá seguido creciendo a buen ritmo dados los número que ya observamos en el informe de Ericsson sobre el estado del mercado del móvil en junio de este mismo año, en el que destacaba el crecimiento del número de nuevos usuarios de móviles en el continente africano. Basta región que hemos ido viendo convertirse gradualmente en el campo a explotar predilecto de algunas empresas tecnológicas nada modestas.
A más usuarios, más información.
Lo que hoy nos llega de la mano de GeekWire es un estudio realizado por Joshua Blumenstock, Gabriel Cadamuro, y Robert On, investigadores de las universidades de Washington y Bereckley, en el que se plantea la utilización de los datos de uso de los teléfonos móviles para tener una idea del nivel económico del usuario. Explica Blumenstock que el país elegido ha sido Rwanda al encajar en el perfil de región en la que es complicado y caro obtener datos demográficos.
Nos centramos en los países con mayor índice de pobreza porque es donde creemos que hay mayor necesidad (de lo que plantean), y es en estas localizaciones donde los datos demográficos a menudo no son fiables o directamente no existen
Recuerdan en su trabajo que la distribución geográfica de la pobreza es un dato básico a la hora de tomar una decisión al llevar a cabo proyectos de ayuda de la mano de fundaciones. Una información que cuando se trata de países en vías de desarrollo es alarmantemente escasa, al contrario que en países con mejor economía, en los que hay datos de redes sociales, desempleo, resultados electorales y otros aspectos.
Es por ello que este equipo de investigación se haya centrado en el uso de los móviles demostrando que puede usarse para predecir el nivel económico tanto a nivel de la región como individual. De hecho es algo que ya planteó otro equipo de investigación hace unos meses en otro aspecto, demostrando que el seguimiento de las señales móviles puede ser un recurso en la predicción de la epidemiología de las enfermedades infecciosas, centrándose en este caso en Kenia.
Conociendo al usuario al detalle para establecer una imagen del país
De este modo, lo que Blumenstock y su equipo han hecho es examinar la relación entre el uso de móviles y el nivel económico de la región, centrándose en las señales individuales para ver hasta qué punto las predicciones pueden ser precisas. Es decir, lo que plantean es que esta relación deje de ser una hipótesis para directamente demostrarla y que sea de utilidad a la hora de mejorar aspectos como el acceso a la información o los efectos de las intervenciones políticas.
En cuanto a lo obtenido de la información proveniente del uso de los terminales (preservando en todo momento el anonimato), además de la frecuencia y los momentos en los que ocurren las comunicaciones, pueden determinar patrones de desplazamiento (y los destinos más frecuentes), datos sobre el consumo así como un reflejo de las estructuras sociales de cada individuo. De este modo, el resultado gráfico de su exhaustivo examen es un mapa de alta resolución del nivel económico.
Para establecer su modelo de predicción se han basado en una recogida de datos a dos niveles. Han contando, por una parte, con los datos de utilización de 856 usuarios del país junto con la información obtenida por una serie de cuestionarios realizados por los mismos, incluyendo aspectos como qué pertenencias tienen (motos, televisores, etc.). Por otro lado, además de los individuos encuestados han contado con gran cantidad de datos de consumo telefónico de todos los usuarios de móviles del país del año anterior.
Una pequeña muestra de una futura gran utilidad
Como suele ocurrir con los estudios, la muestra con la que se realiza es muy reducida con respecto a la muestra real total. Por ello, los investigadores compararon el resultado obtenido sobre el nivel económico de su muestra con los datos censales de Rwanda y obtuvieron una correlación superior al 90%. Es por esto que creen que trabajar con esta información puede ser tan ventajoso como preciso sobre todo en países con difícil acceso a la información.
De hecho, la ventaja de trabajar con estos datos en concreto (con un total de 2148 torres de señal móvil en Rwanda) no sólo es que se pueda tratar tanto a nivel individual como nacional (pudiendo también centrarse en regiones), algo que no pasa con los datos públicos (que sólo están disponibles a nivel de distritos). Lo también resulta beneficioso es que el coste es mucho menor que otros tipos de estudios. Explica Blumenstock que el coste total ha sido de 12.000 dólares, una cifra pequeña comparada a los millones que cuestan las encuestas a nivel nacional.
Añade, además, de cara a la privacidad en el tratamiento de la información, que su trabajo ayuda a recordar la importancia de establecer regulación y protección en cuanto a los datos que se generan, no sólo a nivel del teléfono móvil sino de la red en general (compras, redes sociales, etc.). Algo en lo que este equipo también se implica y donde, según explica, hay mucho trabajo por hacer.
Vía | GeekWire
En Xataka Móvil | La información de los teléfonos móviles como recurso para el control de enfermedades
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