Enviar tu DNI por WhatsApp es una pésima idea

Puede parecer más o menos inocente, incluso inofensivo, pero encierra un enorme riesgo: con una copia de nuestro DNI pueden meternos en un buen lío. Y es que basta con que caiga en las manos equivocadas para que pueda usarse en la apertura de una línea telefónica, una tarjeta de crédito y hasta en un préstamo. Por eso, nuestra recomendación es no compartir ese documento tan vital. Y, de hacerlo, tomar el máximo de precauciones.

Cualquier dato privado que pueda captarse a través de las redes sociales, aplicaciones de contacto y de mensajería es susceptible de ser usado en nuestra contra. Sobre todo aquellos que sirven como una identificación para contratos; tales como un «Sí» grabado al responder una llamada telefónica o una copia del carnet de identidad. Lo mejor es extremar las precauciones y no hacer entrega de dato alguno a través de WhatsApp y similares, cualquier precaución es poca.

El carnet de identidad es una llave a nuestra vida privada

Una buena parte de los trámites que se realizan tanto física como telemáticamente requieren rellenar una serie de datos personales para así garantizar la identidad de quien los rellena. Y ahí siempre se encuentra un dato clave, el número de DNI, una información, que, junto con el nombre y los apellidos, constituyen lo básico para realizar cualquier contrato. No sólo eso.

Con la captura del DNI pueden suplantarnos en una buena cantidad de trámites y procesos. Aparte del número y del nombre, en la foto se aprecian desde la fecha de próxima renovación a la de nacimiento; además de otros datos importantes a la hora de autenticarnos en la administración, como el número CAN, la fecha de caducidad o el equipo que expidió el documento. Por no hablar de la foto de carnet y del DNI en sí, que para cualquier contrato suele hacer falta una fotocopia del documento.

Pese a que pueda parecer lógico que nos pidan el DNI por WhatsApp, lo cierto es que debemos analizar si realmente se necesita el documento para el trámite que estamos realizando. Por ejemplo, es habitual pedir el carnet para la reserva de un apartamento turístico, si contratamos algún viaje o para hacer cualquier reserva, como el alquiler de un piso. Otra cosa es que resulte necesario.

Existe una gran cantidad de estafas que buscan apropiarse de datos personales y de documentos como el carnet de identidad. En malas manos, los estafadores podrían pedir un préstamo a nuestro nombre, una tarjeta de crédito, podrían contratar una línea telefónica y una buena cantidad más de servicios que se prestan telemáticamente. Por no hablar que compartir el DNI supone una enorme pérdida de privacidad, circunstancia también importante.

Ante la petición de que enviemos el carnet de identidad toca preguntarse:

• ¿Realmente necesitan el DNI? Al dueño de ese apartamento que queremos alquilar no le hace falta una captura de nuestro DNI para nada, tampoco al futuro casero que supuestamente quiere alquilarnos la vivienda. Ante la insistencia, lo mejor es abandonar el proceso.
• ¿WhatsApp es la vía más adecuada para que esa empresa nos pida el DNI? Quizá sí estemos formalizando un contrato y a quien presta el servicio le haga falta una copia del carnet de identidad. Pero ¿es WhatsApp la mejor manera de enviar el documento? Dado que los estafadores aprovechan cualquier pista para lanzar los ataques, lo mejor es desconfiar al máximo: hay que asegurarse de que el número de WhatsApp pertenece al gestor, banco u otra empresa que está efectuando el trámite. E incluso si el número es auténtico, lo mejor es acudir a la oficina con una fotocopia del carnet.
• ¿Podemos negarnos? No existe la obligación de enviar documentos a través de una aplicación de mensajería, por lo que siempre debería existir una alternativa. ¿Que la otra persona no nos la da? Pues lo mejor es cancelar el proceso, hay muchas posibilidades de que sea un fraude.

Como recalca la Oficina de Seguridad del Internauta, existen numerosos riesgos implícitos en compartir el DNI a través de la red, sea de la manera que sea. Pueden suplantar nuestra identidad, comprar cosas en nuestro nombre, contratar servicios y hasta amenazarnos. Y lo mejor es que podemos protegernos con sólo aplicar el sentido común y asegurarnos de que nuestra actividad en Internet es lo más privada y segura posible.

Cómo compartir tu DNI de forma segura

Ya dijimos que la mejor manera de evitar cualquier riesgo de ser estafados es limitar a la mínima expresión la cantidad de datos que publicamos en Internet o enviamos de manera privada a través de la mensajería. Aunque quizá sí que necesitemos compartir el carnet de identidad; en cuyo caso poco más podremos hacer aparte de cancelar el proceso o aceptarlo.

Éstos son los consejos de seguridad para que compartir el DNI por plataformas como WhatsApp resulte lo más seguro posible.

• Hay que asegurarse de que quien nos pide el documento es quien dice ser. Busquemos su número de WhatsApp en la empresa, en su tarjeta de visita, en Internet... y contrastemos esta información con sus datos personales.
• Activa un chat temporal de WhatsApp. Para evitar que los datos queden en la conversación para siempre, accede a los ajustes del chat y limita el tiempo en la medida que puedas. Por ejemplo, 24 horas.
• Envía la foto del DNI como una imagen que se autodestruye.  Si es posible, adjunta la foto del carnet como un archivo que sólo puede verse una vez. Con esto reduces los riesgos, aunque impide que el documento pueda guardarse: no te servirá si estás formalizando algún tipo de contrato.
• Tacha la máxima cantidad posible de información. La otra persona necesitará la foto, el nombre y el número del DNI, por lo que quizá puedas tachar el resto de datos personales; así como no enviar la parte posterior del documento. Cuanto menos compartas, mejor.

Dado que WhatsApp encripta los datos de extremo a extremo, no existe riesgo de que alguien intercepte la comunicación, pero siempre vamos a perder el control de los datos cuando la otra persona descargue el archivo con el carnet.

Evitemos compartir el DNI siempre que podamos. Y, si no queda más remedio, lo único que nos queda es garantizar, en la medida de lo posible, que nuestros datos personales no acaban en malas malos.

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