Así cambio de iPhone cada dos años y además lo rentabilizo

Hay quien (sospecho que una vasta mayoría) cambia de teléfono cuando el suyo se cae a pedazos. En el otro lado de la balanza están esos early adopters ávidos de tener lo último de lo último. Justo en el medio estoy yo, que cambio de teléfono cada dos años: es mi punto de equilibrio perfecto entre utilidad, inversión y retorno de mi teléfono.

Vaya por delante que este es mi caso y que (obviamente) no tiene que servir para todo el mundo. De hecho, hay un par de premisas que para mí son fundamentales:

  • Uso mi teléfono para trabajar. Al margen de responder correos, hablar a través de la plataforma de mensajería profesional y algunas aplicaciones de organización, lo más importante es que mi teléfono es mi cámara, por eso necesito que tenga una óptica de calidad, por lo que con toda seguridad mi futurible saldrá entre los teléfonos con mejor cámara del mercado

  • Trabajo en el sector de la comunicación tecnológica, por lo que es imprescindible contar con un dispositivo que sea todoterreno y que me permita disfrutar de las novedades. Puede ser algo de software (quizás probar un juego) o que esté en el propio dispositivo (un zoom, una carga extremadamente rápida), lo que me aboca a la gama alta.

Que sea de gama alta tiene un par de consecuencias que nos interesan: previsiblemente soportará mejor el paso del tiempo y además tendrá mercado dentro de unos meses e incluso años. Aunque Android se está poniendo las pilas con las actualizaciones, los dispositivos iOS siguen siendo los reyes con seis años. Justo detrás, los Google Pixel y la gama alta de Samsung con cinco años. No obstante, lo de ambos fabricantes es una novedad que data del año pasado. En este sentido, históricamente una de las mayores desventajas de Android frente a iOS ha sido los años de actualizaciones, algo que afecta irremediablemente a lo interesantes que son de cara a la compraventa en un mercado de segunda mano.

Así que la idea es esta: compro un dispositivo de gama alta, lo uso como teléfono personal y profesional y dentro de un tiempo lo vendo para sufragar parte de la compra del siguiente. ¿Cuánto tiempo? En mi caso suele ser el modelo Pro de ese año de los iPhone y son dos años.

Veámoslo con un ejemplo: mi teléfono actual es un iPhone 13 Pro de 128GB y este otoño me toca operación renove.

Operación renove a.k.a. un teléfono con fecha de caducidad

Comprado a principios de noviembre a su PVP a 1.139 1.159 euros en la web de Apple, será previsiblemente puesto a la venta precisamente en octubre de este año. ¿El precio? Después de varios ciclos repitiendo la operación, el precio habitual es de 500 euros, aunque quizás con la reciente subida de precio de Apple, quizás pueda rascar hasta 550 euros. En buen estado, siempre con funda y protector, con perfecto funcionamiento y una batería que en estos momentos tiene un 90% de salud. Eso sí, en esos momentos ya sin garantía (otra cosa será el iPhone venidero, que tendrá los tres años de garantía que marca ley). Es cierto que estamos casi a mitad de mi ciclo pero un rápido vistazo a Wallapop a modo de orientación confirma que el precio estará dentro del mercado. A las pruebas me remito: lo normal es que lo venda en las primeras horas tras la publicación.

Sacarle algo menos del 50% de su PVP después de haberlo utilizado durante dos años me parece un buen precio: he disfrutado de su tecnología y ahora, yendo todavía como un tiro, hará feliz a otra persona en el mercado de segunda mano. Echando una rápida cuenta, sale a menos de 30 euros al mes.

¿Por qué dos años y no uno o tres? Primero, porque aunque Apple ya no lanza modelos S, normalmente cambiar de una generación a la inmediatamente posterior no suele merecer la pena porque no ha habido tantos cambios. O lo que es lo mismo, sin ser lo último de lo último, sigue siendo un teléfono capaz de rivalizar con lo mejor del mercado. Segundo y obvio, porque vas a sacarle menos dinero. Finalmente, no solo el hardware es más veterano, si no que la batería ya va a estar probablemente pidiendo un cambio a gritos y esto ahora supone desembolsar 99 euros más después de la subida de precios).

En Android mi plan Renove sería más corto

Este es el ciclo que a mí me funciona con los iPhone, ¿pero y en Android? Con tantísimos modelos y el problema de las actualizaciones, este ciclo de renovación para rentabilizar tu dispositivo se antoja más corta: tanto es así que pueden llegar a perder hasta el 50% de su valor en pocos meses.

En su contra también juegan las ofertas: mientras que Apple no tiene rebajas en sus teléfonos (otra cosa es encontrar descuentos en tiendas como Amazon), es relativamente habitual encontrar promociones entre los fabricantes Android, sirva como ejemplo este Samsung Galaxy S22+ a 949 euros en la web oficial, 110 euros menos respecto a su PVP y eso que todavía pertenece a la actual familia buque insignia de la marca.

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