Adquirir un cable USB-C de calidad y óptimo para nuestro móvil no es tan fácil como parece en un principio
Quizá empecemos a acumular cables USB-C en el cajón, tal y como seguramente nos sucedió después de tantos años usando el micro USB. Pero al igual que sucede con los cargadores, que no todos son iguales, los cables también difieren. Por lo que, puede que en un futuro, necesites pasar por caja para aprovechar toda la carga rápida de tu móvil o simplemente para tener uno en mejores condiciones.
Hay seis problemas que te puedes encontrar, pero no deben frenarte en la tarea de encontrar el cable ideal para tu dispositivo. Te los contamos para que tu elección sea la más óptima: evitar los de mala calidad es muy fácil si sabes cómo hacerlo. Y tener en cuenta estos detalles marcarán la experiencia.
¿Cables universales sin marca? No, por favor
En este sentido, podemos aplicar esta "trampa" a todos los cables y dispositivos. No selecciones un cable USB-C sin marca, es común que sean de mala calidad si no vienen firmados por una marca de renombre. Existen unas normas de seguridad que no todos se toman en serio, y apostar por una marca fiable en lugar del típico de AliExpress o Temu se antoja necesario.
Aunque eso sí, elegir una marca reconocida no asegura al cien por cien esto que decimos. Al menos, tendremos más garantías de que lo hará, sobre todo con marcas como Anker, Apple, Ugreen o Baseus: en tu tienda online de confianza encontrarás estas marcas.
La velocidad de transferencia es un punto a mirar
Aquí entran en juego dos variantes: por un lado, olvidar los cables USB-A a USB-C y por otro, elegir un cable Thunderbolt o con el estándar USB4 para estar preparado de cara al futuro. Sobre lo primero, decir que los tradicionales cables USB-A a USB-C empeoran la velocidad de conexión, con un máximo de 10 Gbps y carga a 15 W. Puedes encontrar algunos que consiguen lo imposible, pero hablamos de cables con tecnologías patentadas.
En cambio, un cable con dos extremos USB-C implica una velocidad máxima de 40 Gbps y carga rápida de hasta 240 vatios. Es por ello que se antoja más recomendable apostar por estos cables en lugar de los habituales. En relación a lo segundo, hablamos de tecnologías como Thunderbolt en sus diferentes versiones o USB4.
Quiza no vayas a sacarle provecho a estas especificaciones, pero hay una razón más para elegirlas: deben cumplir con requisitos más estrictos para conseguir la certificación Thunderbolt o USB4, especialmente la primera. Así es menos probable que compres un cable de bajo rendimiento o mala calidad.
El método de la abuela: pesa o no pesa el cable
A pesar de que puede sonar en principio a tontería, pesar los cables antes de comprarlos es una acción legítima. Los de mayor calidad están construidos con un calibre de cable más grueso, que proporciona a su vez una señal más limpia. Todo esto repercute en el peso de los componentes, y aunque la funda que lo recubre también suma, es un buen indicador.
Ahora bien, como no es posible o sencillo pesar un cable antes de comprarlo por Internet, puedes buscar en las especificaciones técnicas del fabricante. Las pequeñas variaciones entre unos y otros son habituales, pero si ves uno extremadamente fino y liviano, desconfía de él.
Los cargadores magnéticos no son tan buenos como parecen
Si no quieres dañar tus dispositivos, huye de los adaptadores de punta magnética. Estos permiten conectar el cable USB-C de manera sencilla a lo MagSafe de Apple. Sin embargo, algunos de estos no ofrecen protección contra daños por mala conexión con sus pines, otros no están protegidos ante un cortocircuito.
Mucho cuidado por tanto: el estándar USB-C fue diseñado para conectarse con un puerto USB-C, así tiene tiempo suficiente para cortar el suministro de energía cuando se detecta la retirada del cable. En el caso de un cargador magnético, la desconexión es más rápida, provocando que este continúe incluso después, trayendo posibles daños potenciales.
Deja de usar los cables USB-C que tienes en casa
Igual después de revisar estos problemas se te pasa por la cabeza seguir usando el viejo cable USB-C que tienes en casa. Alerta: los estándares USB-C han seguido mejorando en estos últimos años y los cables que tienes en casa puede que no solo sean más lentos sino que también sean más peligrosos.
¿Te arriesgas a freír el móvil o tu ordenador portátil? Bueno, no es algo que recomendaremos hacer. Gastar unos euros en un nuevo cable USB-C puede cambiar la experiencia de carga y transferencia de archivos, pero sobre todo hacer más seguras las conexiones, ya sean con el cargador o con otros dispositivos.
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