De manera directamente proporcional a la expansión y normalización de los teléfonos móviles ha crecido tanto el robo como el consecuente mercado negro de compraventa del botín obtenido. Con motivo de frenarlo, existe la posibilidad de bloquear de manera remota nuestros terminales, pero hecha la ley, hecha la trampa: esto tampoco significa un impedimento a la hora de hacer negocio.
Esto da lugar a situaciones como la de Rusty Redenbacher, un repartidor de barriles de cerveza en Indianapolis a quien le fue robado su iPhone 6 de la furgoneta. Lo primero que hizo Rusty fue activar el modo Perdido de iCloud, que muestra su número indicando que es un teléfono perdido. Al no llamar nadie, borró su dispositivo para evitar que fuese usado.
Hasta aquí parece una historia (por desgracia) habitual de un robo, si no fuese porque días después, alguien llamó a Rusty explicando que había comprado un iPhone 6 por 150 dólares y preguntándole por su ID de Apple y su contraseña para poder reactivar el terminal, con lo que el repartidor no salió de su asombro.
La cara B de las cifras
Este sistema de bloqueo y borrado de terminal fue incorporado por Apple en 2013, año en el que Google permitió también el bloqueo remoto desde el Administrador de dispositivos. No obstante, no será hasta la próxima versión de Android, que de momento conocemos por Android M, cuando veremos el “kill switch” como tal, según pudimos ver hace unos meses.
Respecto a estos sistemas, no resulta extraño que desde los gobiernos se empezase a contemplar esta medida en pro de combatir los hurtos. California fue el primer estado en obligar a que todo teléfono móvil que se venda los incorpore de fábrica, apoyándose en parte en el hecho de que la cifra de robos se viese reducida desde su existencia en ciudades como Nueva York, San Francisco o Londres.
Sin embargo, los últimos datos que recoge The Wall Street Journal hacen ver que estos sistemas no frenan a los ladrones tanto como parece y los teléfonos bloqueados son de hecho una categoría dentro de la venta de terminales usados. En contraposición a las cifras que comentábamos antes, en Seattle los robos de iPhone aumentaron un 30% tras haber pasado un año de la implementación del borrado por iCloud.
Los delincuentes han ido aprendiendo a esquivar estos sistemas y a recurrir a tácticas como apagar los terminales al momento de robarlos para evitar ser localizados o incluso de suplantar al propietario para reactivar el terminal robado, según apuntan técnicos que trabajan en el ámbito de la prevención de robo de smartphones. Hay de hecho servicios online que prometen “resucitar” un teléfono bloqueado.
La venta de estos teléfonos bloqueados suele realizarse por precios muy bajos, como en el caso que citábamos del iPhone 6 de Rusty (menos de la cuarta parte de lo que valdría nuevo), a veces directamente aprovechándose de quien desconoce lo que implica el bloqueo. A veces logran “resucitarse”, y otras se despiezan y se venden por partes.
En España los robos tampoco bajaron
Se estima que de 2013 a 2014 los robos de teléfonos móviles en Estados Unidos se redujeron en un millón, y en parte se atribuye a la implantación de los sistemas de bloqueo. Según afirma el Departamento de Policía de Nueva York y otros organismos de la cuidad, la cifra de robos se redujo de manera importante tras seis meses desde que Apple introdujese el bloqueo (en el caso de San Francisco, hasta un 40%).
Sin embargo, no ocurre lo mismo en todos los sitios de EE.UU. (como hemos visto en Seattle) ni en España. Según los datos de la Secretaría de Estado de Seguridad, entre 2013 y 2014 se produjeron unas 280.000 denuncias por robo (un hurto cada dos segundos), un aumento del 19% según el último estudio. Aquí se incluyen tanto los típicos despistes como los alunizajes, empotrando el coche contra los comercios saqueándolos.
Desde California se muestran confiados con estos sistemas y confían en que los robos experimenten un notable descenso. Sin embargo, es imposible dejar a un lado el escepticismo respecto a estos mecanismos, ya que como apunta James Baldinger, abogado que trabaja en las investigaciones por fraude telefónico para la compañía Sprint, obligar por ley al bloqueo de terminal puede ser un buen paso, pero no es una panacea.
En Xataka | El robo de smartphones cae con fuerza en Londres, Nueva York y San Francisco
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