¿Has abierto los ojos sin que haya un sonido molesto e incesante que te despierte? ¿Hay más luz de lo habitual? Genial, por fin han llegado las vacaciones. Hoy vas a desayunar sin prisas, y posiblemente te regales algún capricho alimenticio, y vas a coger el smartphone o el tablet y vas a observar casi de manera pasiva (puede que hagas el esfuerzo de dar algún "Me gusta") el muro de tus redes sociales. Vas a no pensar.
Para muchos es época de peregrinajes tradicionales, y puede ser que, como yo, seas otra hormiguita de litoral, con su arena, sus olas y sus cócteles y granizados. Así que te preparas la maleta: bikinis, chanclas, pareos, baterías externas y cargadores; esto es de vital importancia porque nuestro a nuestro smartphone le esperan días de mucha actividad. ¿Desconexión? Claro, obligaciones off. Pero a la playa no sin mi smartphone.
Misión envidia: carguen obturadores, ¡ar!
Hay quien más y hay quien menos, pero en general somos seres sociales a nivel virtual. El Facebook y sus etiquetados ya son algo habitual en cualquier evento, y la playa, la arena y el juego de luces del sol sobre ellas van a ser un excelente caldo de cultivo para álbumes y más álbumes para compartir y mostrar a nuestros amigos (y en especial a los colegas que están sustituyéndonos) lo bien que lo estamos pasando.
De hecho, smartphone killed the compact camera, y ya hace años que ni tenemos cámara ni nos la planteamos cuando llega la hora de viajar (hablando de la fotografía estándar y familiar, no de niveles más avanzados o si se tiene como afición). El móvil va a ser la mejor compacta para captar esas escenas espontáneas que se dan cuando los niños se ponen a jugar con las olas o cuando se ponga el sol y queramos capturar esa escena con nuestro acompañante.
Asumámoslo: Facebook, SnapChat, WhatsApp, Twitter y, sobre todo, Instagram se nos van a cruzar por nuestra mente con frecuencia durante nuestra jornada playera, y el smartphone nos va a permitir satisfacer este deseo de ser envidiados en unos pocos taps. Megapíxeles de mojitos, de partidas de palas y, por supuesto de autofotos. ¿Que quieres olvidarte de mails y notificaciones? Perfecto, puedes ser radical y vivir en modo avión, las cámaras funcionan igual, y siempre estarás a tiempo de dar envidia, aunque sea a posteriori.
Incentivando las dunas
Incluso yo, que soy carne de playa, frunzo el ceño si pienso en ir a la misma sin smartphone. Dejando la dependencia a parte, más allá del enfermizo contacto continuo con nuestras amistades virtuales el móvil representa un pequeño centro de entretenimiento de bolsillo. Música, lectura, vídeos y otros materiales que nos harán más amenas las horas mientras nos sometemos a nuestro baño solar en ese pseudo-desierto.
No se trata de llevar el phubbing a la esterilla, es simplemente un aliciente y una forma de pasar el rato de manera más entretenida, sobre todo si somos como Juan Palomo y también nos tomamos las vacaciones con independencia.
Puedes seguir las conversaciones perfectamente aunque tengas algo de música de fondo con un auricular colgando, por ejemplo (aunque no somos multitarea, a eso llegamos), y también compartirlos, escuchar vuestra música mientras paseáis por la orilla, o entreteneros viendo cualquier tipo de contenido multimedia.
De hecho, esto tiene también su papel si somos de viajar en familia. Si vamos con niños y somos de extender la jornada de playa las máximas horas posibles, el móvil puede hacer que nuestros pequeños descansen un rato del sol si es que son reticentes de buenas a primeras (para ellos el riesgo de insolación no existe si hay un castillo de arena que reforzar, entre otras cosas).
Sin ser partidaria de que el móvil o tablet sea un recurso fácil y usado en exceso, puede que sea una ayuda en este sentido, o una pequeña y puntual compensación. Ya que son seres nacidos en plena invasión tecnológica, qué menos que tratar de hacer un buen uso y que ésta resulte útil. Y tenemos muchas formas de protegerlo, no será por accesorios.
There's a lot of apps for everything
En vacaciones hemos de cumplir la ley del mínimo esfuerzo y esto es más fácil si con unos taps conseguimos ubicarnos, encargar comida o realizar compras. De hecho, podemos poner nuestra memoria en modo de ahorro de energía al máximo y que sea el teléfono quien recuerde dónde hemos aparcado el coche o si hemos de echar más monedas al parquímetro.
Son días propicios para sacar jugo a la parte "smart" de nuestros smartphones y dejar la nuestra en reposo, de hecho. Ya vimos lo fácil que es planificar nuestras vacaciones y actividades sean del tipo que sean, y llevándolo encima podremos realizar los cambios que podamos requerir al momento. Además, en un mundo en el que la vida es eso que va de imprevisto a imprevisto, más vale tener un móvil por lo que pueda pasar.
El veneno es la dosis
Por desgracia, actualmente la desconexión de la red alcanza el grado de terapia en algunos casos. Personalmente, de hecho, "me fuerzo" a tener una hora sin conexión a lo virtual al día, pero aún así uso el móvil para escuchar música. Los teléfonos móviles son tan listos como queramos nosotros, y si somos incapaces de desconectar sin hacer que ello represente una especie de castigo, están siendo más inteligentes que nosotros, y entonces tenemos un problema.
Podemos tener unas vacaciones completamente ajenas al trabajo y a según qué notificaciones sociales (no hace falta recordar que éstas a veces agobian más que lo primero) realizando una pequeña gestión de las mismas, y pudiendo seguir usando el móvil como complemento, con todos los usos que hemos citado anteriormente. Igual que preparamos las chanclas y el protector solar, podemos también preparar el terminal, ya se podía con la era dumbphone de Nokia, de hecho.
Creo que el teléfono móvil es un aliciente genial en las horas de playa, y que con un mínimo cuidado puede llevarse perfectamente sin necesidad de estar padeciendo cada segundo. A veces no será el único dispositivo que llevemos, de hecho, cada vez es más habitual ver libros electrónicos, entre otros gadgets. El móvil en la playa es lectura, banda sonora, entretenimiento, prevención y la mejor manera de capturar escenas para nuestro recuerdo.
En Xataka Movil | ¿Llevar el smartphone a la playa? Claramente en contra
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