Llevar el móvil sin funda es una mala idea. No quitarla nunca, también. Por qué deberías quitar la funda de vez en cuando

Paradójicamente dejar la funda de tu teléfono siempre puesta puede tener consecuencias como pequeñas microabrasiones y suciedad acumulada

Funda
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Ya lo he contado alguna vez: cambio de iPhone cada dos años, lo que me permite tener en mi mano lo mejor del momento a buen precio, ya que aprovecho ofertas y además vendo mi teléfono antiguo en el mercado de segunda mano. Para sacarle el máximo beneficio y obviamente para evitar disgustos, lo llevo siempre con funda y con protector de pantalla, lo que me ha permitido esquivar buenos golpes y que mi iPhone esté impecable.

Dicho esto, lo de ponerle funda al móvil lo hago con todos mis terminales, desde los que uso profesionalmente a los que estoy probando sin olvidarme de esos móviles de mi entorno cuya compra he recomendado y he terminado hasta configurando (sin ir más lejos, el de mi madre). Con el paso de los años he descubierto algo: al margen de comprar otra carcasa para cambiarle la apariencia, hay quien nunca le quita la funda al móvil: craso error.

Por qué deberías quitarle la funda al móvil periódicamente

En mi caso lo de quitarle la funda al móvil pasa de forma recurrente más allá de para ponerle otra nueva: cuando le voy a extraer la tarjeta SIM, cuando lo conecto al coche para evitar que se sobrecaliente y por supuesto, cuando voy a limpiar el móvil. Últimamente, si no pasan los casos anteriores, estoy limpiando el móvil prácticamente una vez a la semana desde que ha empezado la temporada de playa.

Porque sí, las fundas no solo evitan los efectos posibles golpes, caídas o arañazos, sino que también minimiza que la suciedad se deposite en su superficie, en tanto en cuanto evitamos que esta esté en contacto directo con la carcasa del móvil, sus ranuras y botones. Pero no lo evita completamente y la culpa la tienen sus oquedades y la holgura. No pasa lo mismo con el cristal templado, que queda completamente adherido.

Porque una funda tiene agujeros: la de mi iPhone 15 Pro por ejemplo tiene la de la toma del puerto USB-C y la de los altavoces. Y por supuesto, también tiene cierta holgura, de lo contrario colocarla sobre el terminal sería una misión imposible. Pero donde hay espacios y huecos también se cuela la suciedad. Poner el móvil con funda en la toalla de la playa evita que buena parte de la arena se cuele, pero al no estar cerrada herméticamente hay granos que se cuelan y quedan entre la funda y el móvil y ahí es donde aparece el peligro.

Limpiar

Hablo de la arena como ejemplo, pero hay otros muchos casos de pequeñas partículas en el ambiente, como por ejemplo el polvo o cualquier resto de suciedad. Si no llevásemos funda, la mayoría de esa suciedad se acabaría cayendo fruto del uso, el roce y el paso del tiempo, pero con funda esa suciedad integrada se queda y en contacto con el móvil, puede rayarlo. O la suciedad puede secarse tanto que se incrusta y hace que retirarlo sea una tarea tremendamente complicada.

La solución es sencilla y pasa por retirar la funda de vez en cuando (tú eliges la frecuencia en función de la exposición a la suciedad y el uso) y limpiar tanto el móvil como la funda. Cabe recordar que basta con un paño de microfibra y alcohol isopropílico para limpiar el teléfono y dejarlo impecable. Esto además tiene un efecto colateral interesante: la funda de tu móvil durará más tiempo en buen estado, aunque no va a evitar que una funda transparente se oxide y se vuelva amarilla.

Portada | Álvaro García (Xataka)

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