Con un presupuesto limitado, toca elegir en qué te gastas el dinero y hay opciones capaces de competir en calidad a un precio mucho más competitivo
Hay gente que le parece una auténtica aberración gastarse más de mil euros en un teléfono y lo entiendo. Y además hay otro tipo de gente (que puede o no estar dentro de la anterior) que encuentra un sinsentido invertir en esa cantidad para adquirir un móvil y luego racanear con la funda. Aquí ya me cuesta más comprenderlo.
Más caro no siempre es mejor
Creo que coincidiremos en que un móvil de mil euros es objetivamente mejor que uno de mil. Premisa inicial: no es justo para ninguno de los dos establecer esa comparación. Tiene bastante más sentido comparar dentro de una misma gama, donde sí que podemos encontrar productos más baratos que otros que objetivamente sean mejores.
Añadimos otra variable más: la subjetividad. Existe una relación entre inversión y retorno que hace que comprarse un Ferrari para solo usarlo para ir a la compra sea un absurdo. No merece la pena regalarle un Google Pixel 8 Pro a mi padre, que solo usa el teléfono para llamadas y se le cae cada dos por tres. Así que ojo porque aunque objetivamente ese móvil de mil euros era mejor que ese otro de 100, para mi padre el barato sí que es subjetivamente mejor.
Así que podemos concluir que no, más caro no siempre es mejor.
El teléfono de Apple me renta, la funda de Apple no
Hasta aquí hemos hablado de teléfonos y de coches, pero con todos los respetos para los fabricantes y el elemento en sí, una funda para móviles no tiene técnicamente tanta enjundia. Sí, hay innovación, hay diseño, hay tecnología de materiales, hay proceso de fabricación y calidad y hay hasta añadidos como soporte técnico.
Llevo usando iPhone una década aproximadamente y si sigo en el ecosistema de Apple es porque se ajusta a mis necesidades, pese a no ser perfecto. ¿Está el precio entre los hándicaps? Si hablamos de teléfonos, no: sí, me parece que un teléfono de mil euros supone una gran inversión y un buen bocado a mi economía, pero me paso dos años usándolo de forma intensiva para trabajo, entretenimiento y como cámara de fotos y vídeo. Y además los precios de los iPhone están dentro del mercado: la gama alta de Xiaomi, Samsung u OPPO, por poner algunos ejemplos, también superan la barrera de los mil euros.
Nota independiente: como teléfono personal también tengo un Google Pixel 6 Pro. Cuestión aparte son los móviles cedidos para uso profesional.
No es nada nuevo, ya hemos asumido que este es el precio a pagar y en mi caso para la utilidad que le doy y el retorno que obtengo de él cuando lo vendo de segunda mano, me renta (por cierto, suelo regalar las fundas). Habrá otra gente que encuentre otros flagships mejores y otra que sea feliz con un teléfono de 300 euros. Es una bendición que haya móviles de todos los precios para todo tipo de usuarios y usuarias.
Así que sí, el iPhone me renta (el iPhone 15 Pro), pero lo que no me sale a cuenta son las fundas oficiales: la más básica de silicona cuesta 59 euros. Sin entrar en la degradación de versiones como la de cuero, creo que en general los accesorios de Apple son de calidad (y obvio compatibles con MagSafe), con buenos materiales, acabados cuidados, la manzanita y un precio que no estoy dispuesta a pagar. La vida en Android no es mucho mejor: 39 euros cuesta la oficial de silicona del Google Pixel 8 Pro.
Vaya por delante que en alguna ocasión me la he jugado muchísimo con las fundas, como esa de Shein de menos de un euro y que a lo cutre, hay fundas baratísimas que no tienen si quiera los cortes para los botones bien. Como antes, no sería justo establecer una comparación y desde luego, no es cuestión de comprar cualquier cosa (dicho sea de paso, el teléfono se me cayó con esa funda y soportó el golpe sin problema), pero hay opciones intermedias que brillan en calidad precio.
Para mí la clave está en esos accesorios de marcas de confianza. De hecho, para fundas tengo una santísima trinidad compuesta por Spigen, Belkin y OtterBox (no son todas las que son, pero sí son todas las que están) donde vas a encontrar fundas de silicona también con Magsafe que cuestan menos de la mitad, con un diseño cuidado al milímetro y con buen SAT.
Y aquí como todo, para gustos, los colores: habrá quien le encante la manzana y los colores que ofrece, a mi por ejemplo me gusta más la sobriedad de Spigen (aunque tiene algunas joyitas como esta que emula al Mac más clásico).
¿Si tuviera un presupuesto ilimitado las compraría? Pues seguramente compraría sin preocuparme por el precio y para no complicarse, iría a lo oficial (aunque ya os reconozco que la del Mac me haría igualmente ojitos), pero no es mi caso y me parece una buena idea comprar con cabeza, es decir, buscar maximizar mis inversiones donde más partido saco. No necesito una manzanita ni una G grabada en la trasera de la funda.
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En Xataka Móvil | Tengo un móvil de más de mil euros y una funda de menos de un euro: ambas fueron compras maestras
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