Hace justo 10 días una chica de 12 años, residente en Hong Kong (“Región Especial Administrativa de la República Popular de China), se disponía a entrar en China continental a través de la frontera con Shenzhen, para ser más concretos, la de Luohu, a la que solo se puede acceder vía metro.
La joven, ataviada con su uniforme de escuela, pasó el reconocimiento de salida de Hong Kong sin problemas, así mismo, atravesó el control de pasaportes para entrar en China también, sin dificultades pero al llegar a aduanas se puso muy nerviosa, por lo que hizo saltar todas las alarmas de los agentes y fue apartada para una mayor inspección, ya que también les resultaba raro que en vez de llevar una mochila con los libros, llevase una pequeña bolsa.
Inicialmente se registró la bolsa de la pequeña pero no se encontró nada. El creciente malestar de la chiquilla hizo ver a los policías que probablemente hubiese algo más que alteraba a la niña y la hacía estar tan nerviosa, así que la Oficial de Aduanas registró su cuerpo y encontró un chaleco hecho a medida en el cuál se alojaban la friolera de 30 iPhone 4S.
Tras la sorpresa inicial, más que nada por la precocidad de la cría – esta gente está acostumbrada a ver cosas más raras e ingeniosas-, la niña explicó a la policía que su madre era la que la había empujado a intentar pasar esos 30 iPhones (con un valor estimado de 124.000 yuanes, casi 15.000€).
Al cabo de unas horas, la madre se personó en la frontera y explicó que los teléfonos los había recogido en Sheung Shui, al norte de Hong Kong, en la zona denominada “Nuevos Territorios”, muy cerca de la frontera con China Continental. Así mismo, también explicó que le habían prometido que recibiría 20 dólares de Hong Kong (poco más de 2€) por cada teléfono que entregase al otro lado de la frontera, en Shenzhen y creía que si enviaba a alguno de sus hijos sería más difícil que descubriesen el pastel.
Desde aduanas explican que prestan atención especial a viajeros que cruzan varias veces al día la frontera (hay algunos que lo hacen más de 10 – se deben estar ahí todo el día, porque las veces que la he pasado yo me ha costado más de una hora en cada sentido-), aunque los contrabandistas son lo suficientemente listos como para ir contratando a caras nuevas cada cierto tiempo, incluidos, como hemos podido comprobar, niños.
Por lo que a mi respecta y según mi experiencia personal, si eres extranjero las posibilidades de que te paren son mínimas: su comunicación en inglés no es muy fluida (por lo que si no te paran se ahorran un problemón), eres extranjero así que ven raro que te dediques a traficar con teléfonos a 2€ por unidad (normal, si trabajas en una empresa decente como expatriado puedes cobrar perfectamente lo que hubiese ganado la chica en medio día), lo que sea que lleves contigo es más que probable que cuando tu estancia en China llegue a su fin, te lo lleves para tu país de origen.