Estos días hemos visto lanzamientos en el segmento de la telefonía móvil que contemplan dos tipos de usuario. Por un lado, aquellos que abogan por el menor grosor posible y que tratan de aligerar peso y reducir dimensiones al máximo. El Kazam Tornado 348 con sus 5,5 mm de grosor fue destacado, pero se vio superado por el recién salido del horno Oppo R5 y sus impresionantes 4,85 mm de grosor.
Pero por otro están lanzamientos como el de ayer: el Motorola Droid Turbo le daba la vuelta a la tortilla y aprovechaba los mimbres del fantástico Moto X (2014) para ir más allá en un apartado fundamental: la batería. Este dispositivo promete 48 horas de autonomía, y lo hace a costa de comprometer un poco -tampoco excesivamente- ese grosor con el que parece que la mayoría de fabricantes están obsesionados.
Los móviles finos, más atractivos
Esos dos modelos de los que hablábamos inicialmente no son desde luego los únicos en abogar por una reducción del grosor hasta límites insospechados. De hecho, la batalla por el grosor es especialmente popular en el terreno de las gamas altas, donde esa magnitud se esgrime como uno de los principales argumentos de venta de un terminal de gama alta. Lo vimos por ejemplo hace poco en nuestra comparativa de móviles especialmente finos.
Y es que teóricamente reducir el grosor hace necesarios muchos compromisos ingenieriles, tanto en diseño como en la propia selección de los componentes. El argumento de los fabricantes suele ser siempre el mismo: somos más potentes habiendo reducido grosor (y peso) en un X% (poned la cantidad deseada en lugar de la "X").
Lo hemos visto continuamente, por ejemplo, en los dispositivos de Apple. Los tablets de la empresa de Cupertino han sido ejemplos claros, pero en esta última iteración de sus smartphones esa reducción del grosor es aún más patente. De hecho, el anterior diseño de los iPhone, con líneas más rectas y un cuerpo más "rotundo", más "compacto", se ha abandonado en favor de líneas redondeadas en las que la disminución en grosor es notable.
Pero también lo hemos visto en muchos grandes fabricantes de dispositivos basados en Android, con terminales cada vez más delgados y con otros elementos de diseño que llaman a la reducción de tamaños. Ahí destaca esa tendencia -que vemos fantástica- con los marcos para aprovechar el máximo de frontal para la pantalla.
El grosor no tiene por qué ser cosa de gamas bajas
En el otro extremo nos encontramos con esos dispositivos que tienen mayor grosor y a los que normalmente asociamos con las gamas de entrada. Los fabricantes no suelen esforzarse mucho en ese tipo de terminales en los que los márgenes de beneficio son mucho más ajustados.
De hecho esos dispositivos de gamas medias y bajas que no cuidan tanto ese grosor no incluyen en la mayoría de los casos baterías de mayor capacidad. Simplemente aprovechan el espacio de forma menos óptima que los modelos de gama alta que igualan esas capacidades de batería, algo que reduce su relación precio prestaciones.
Y sin embargo, llevamos tiempo abogando por móviles con mayor batería. Los phablets nos han dado cierto respiro en este apartado, y a pesar de sus pantallas de mayor tamaño, estos terminales también suelen ofrecer autonomías de batería cada vez más destacables. Las mayores dimensiones en todos los sentidos favorecen la inclusión de baterías de mayor capacidad, pero aún así los fabricantes siguen esforzándose en apostar por la delgadez, cuando quizás un equilibrio más moderado con la autonomía de la batería sería deseable para muchos usuariso.
¿Qué preferís los usuarios?
Lo hemos comentado en nuestras últimas primeras impresiones de dispositivos como los nuevos iPhone 6 y iPhone 6 Plus, pero ese debate es válido para todos esos móviles "ultradelgados". ¿Por qué no hacerlos menos delgados y mejorar la capacidad de la batería?
En mi caso, y aunque valoro esa disminución de peso y dimensiones, preferiría contar con un dispositivo algo más grueso y menos ligero -sin exagerar, claro- con tal de obtener una autonomía de batería más razonable. Y creo que esa es la opinión de muchos de vosotros también.
Es ahí donde en mi opinión han acertado de pleno el Motorola Droid Turbo con sus 3.900 mAh de batería y otros terminales como el Sony Xperia Z3 Compact, que puede ser más "gordito" de lo normal, pero que gracias a eso garantiza una autonomía de batería fantástica. No digamos ya terminales especialmente centrados en la autonomía como algunos dispositivos del fabricante ThL: no en vano hace unas semanas nuestros compañeros de Xataka Android analizaron el ThL 5000 con su batería de 5.000 mAh.
La industria parece no enterarse: la batería es hoy por hoy la mayor demanda de los usuarios de telefonía móvil. Dejaos de pantallas QHD que se comen la batería (te estoy mirando a ti, LG G3) y de grosores ínfimos que venden muy bien en los anuncios. Fabricantes, queremos teléfonos algo más gorditos y con mayor autonomía de batería. Al menos yo los quiero, desde luego. Y vosotros, ¿os animáis a participar y opinar en la encuesta?
En Xataka Móvil | La batería, la deuda pendiente de los smartphones
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